La alegría y la luz de la Navidad

Leer más
COLUMNA

Hablemos de...

¿Qué santos se celebran en diciembre y cómo seguir su ejemplo?

En diciembre celebramos Adviento y Navidad. Es el mes del festejo del Santo de santos, nuestro Señor Jesucristo.

27 noviembre, 2024
¿Qué santos se celebran en diciembre y cómo seguir su ejemplo?
Diciembre es un mes en donde se desborda la alegría por el festejo cristiano del Adviento y la Navidad. Foto: Especial
POR:
Autor

El Diácono Adolfo Prieto es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Iberoamericana; tiene una segunda licenciatura en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México y la Universidad La Salle; una maestría por en Ciencias de la Familia por el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Anáhuac y otra en Teología por la Universidad Lumen Gentium. Actualmente cursa un doctorado en Teología Espiritual. 

Diciembre es un mes en donde se desborda la alegría pues festejamos de manera especial a nuestro Señor Jesucristo. y con Él, existen otros ejemplos de santidad que refuerzan los tiempos que estamos a punto de vivir: el Adviento y la Navidad. Hoy te invitamos a conocer qué santos y fiestas se celebran en diciembre y el valioso testimonio que nos dejaron para llevarnos hacia Cristo.

Te recomendamos: ¿Qué significa “Creo que la comunión de los santos”?

¿Qué santos se celebran en diciembre?

El mes de diciembre es muy especial para los mexicanos, pues se celebra a la Virgen de Guadalupe.

San Francisco Javier (3): patrono de los misioneros. Fue uno de los seis primeros misioneros jesuitas y pionero en llevar el evangelio al lejano oriente y a África

San Juan Damasceno (4): fue un monje y sacerdote sirio. Escribió obras que exponían la fe cristiana y compuso himnos que todavía se usan litúrgicamente en la práctica cristiana oriental en todo el mundo.

San Nicolás de Bari (6): fue obispo de Bari y se caracterizó por su bondad y caridad. Es patrono de los marineros, viajeros y de los niños. A este santo, la tradición lo ha asociado con la figura de Santa Claus.

San Ambrosio (7): es uno de los cuatro Padres de la Iglesia Latina y uno de los 36 doctores de la Iglesia católica. Fue Obispo de Milán consagrado el 7 de diciembre del año 374, y uno de los más destacados teólogos que influyó en la conversión y el Bautismo de san Agustín.

Purísima Concepción de la Virgen María (8): es una de las fiestas más importantes para la Iglesia Católica y uno de los cuatro dogmas de fe sobre Nuestra Santísima Madre, que nos habla de que permaneció pura a lo largo de toda su vida.

San Juan Diego (9): fue vidente de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac en 1531. Cumplió fielmente la misión de llevar el mensaje de la Virgen al obispo Juan de Zumárraga, lo que llevó a la creación de un santuario y la milagrosa aparición de la imagen en su tilma. 

Nuestra Señora de Guadalupe (12): es una de las advocaciones más amadas de la Virgen María, patrona y protectora de México. Se le apareció a san Juan Diego en 1531 para anunciar a Dios tras la Conquista; por tal motivo, se le conoce como la “estrella de la nueva evangelización”.

San Juan de la Cruz (14): fue un carmelita descalzo (OCD), escritor místico, poeta, doctor de la Iglesia católica, reformador de los carmelitas y fundador de los carmelitas descalzos. Es patrono de los poetas, los místicos y los contemplativos.

San Lázaro (17): fue el amigo de Jesús que, según el Evangelio de Juan, fue resucitado por Cristo después de haber muerto durante cuatro días. Era hermano de Martha y María de Betania.

San Esteban (26): fue el primer mártir cristiano y uno de los primeros diáconos de la Iglesia, elegido para ayudar a los apóstoles en la distribución de alimentos. Fue lapidado hasta la muerte en Jerusalén por defender su fe cristiana

Los Santos Inocentes (28): se recuerda el episodio bíblico de la matanza decretada por el rey Herodes contra los niños menores de dos años en Belem, con la intención de asesinar al Niño Dios.

Te recomendamos: Hábitos para ser un buen misionero con ayuda de los santos

La santidad: un regalo de amor

En el cristianismo, la santidad de Jesucristo es fundamental, ya que es considerado el modelo perfecto de santidad en el cumplimiento de la ley divina. La santidad implica, como ya lo hemos dicho, una vida de plena comunión con Dios, sin pecado y dedicada al amor y al servicio a los demás, ¿quién mejor ejemplo que Jesús?

Jesús, en su naturaleza divina y humana, vive una vida de total obediencia a la voluntad del Padre, en su amor incondicional hacia todos, sobre todo los más vulnerables, y en su capacidad para actuar con justicia, misericordia, y compasión.

En los Evangelios podemos darnos cuenta de como Jesús lleva una vida de oración constante, de servicio a los más necesitados y marginados, y de predicación de un mensaje de paz, reconciliación y salvación para la humanidad; “Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo” (Mt 14, 23); “El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mt 20, 28); “La paz les dejo mi paz les doy; yo no la doy como el mundo la da. No se turbe su corazón ni tenga miedo” (Jn 14, 27).

La santidad es un acto de amor a Dios y que mejor prueba de amor que la de Cristo en su sacrificio en la cruz, en donde en un acto libre en obediencia al padre, se entrega por nuestros pecados. Esta entrega es el mayor ejemplo de amor y santidad. “¡Padres mío! Si es posible, que pase de mi este cáliz. Sin embargo, que se haga tu voluntad y no la mía” (Mt 26, 39-42)

Para los cristianos, la santidad de Jesucristo es tanto un misterio como una meta a seguir. Él es visto como el “camino, la verdad y la vida” (Juan 14, 6), y su vida es el modelo al que los creyentes están llamados a aspirar, con la ayuda de la gracia divina. A través de su ejemplo, los cristianos buscan vivir una vida santa, en comunión con Dios y en servicio a los demás.

¿Cómo vivir el Adviento con santidad?

El adviento es época de preparación espiritual, de cuatro semanas, antes de la Navidad, para preparar nuestro corazón en la esperanza y en el arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.

Te compartimos estos consejos para vivir este Adviento 2025 con santidad:

  1. Lectura de la Palabra: es fundamental en nuestra vida de fe, por eso, meditar las lecturas del tiempo de adviento nos ayuda a estar en sintonía con el adviento. Al encender las velas se aprovecha para escuchar la palabra de Dios con alguna lectura propia del día, como pueden ser: Mt 1, 18-25; Lc 1, 26-38. Estas lecturas se pueden dividir en cuatro, una por domingo. O también se pueden leer las lecturas propias del domingo de adviento que corresponda, lo cual es lo más recomendado.
  2. Colocar el “Nacimiento” en familia: o hay nada más hermoso que colocar el nacimiento en familia y que los papás o los abuelitos, vayan recordando a sus hijos y nietos, el significado de cada una de las piezas que se van poniendo, recuerden que el niñito Jesús se pone hasta el 24 en la noche con el arrullo que se acostumbre en cada familia, acompañado con cantos.
  3. Busca la reconciliación con nuestros familiares, amigos y con Dios: la reconciliación es fundamental para poder vivir en total armonía estas fiestas navideñas, de ahí la costumbre también, de dar regalos en señal de cercanía, amor, amistad, perdón y paz.

No podemos dejar pasar esta festividad sin recordar a nuestra dulce Madre del cielo, María, que con su sí se logró la salvación y redención de la humanidad entera.  María conocedora de la voluntad del Padre no dudo en decirle al Ángel Gabriel que sí aceptaba ser la Madre de Jesús.

Que esta Adviento y Navidad nos lleven a buscar la santidad de Cristo en cada uno de nosotros. Abramos nuestro corazón y dejemos que Dios actúe en él. ¡Feliz Navidad!


Autor

El Diácono Adolfo Prieto es licenciado en Administración de Empresas por la Universidad Iberoamericana; tiene una segunda licenciatura en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México y la Universidad La Salle; una maestría por en Ciencias de la Familia por el Instituto Juan Pablo II de la Universidad Anáhuac y otra en Teología por la Universidad Lumen Gentium. Actualmente cursa un doctorado en Teología Espiritual.