Corazón de oro
En el emblemático museo Soumaya, se llevó a cabo la primera entrega del premio nacional Corazón de oro.
En el emblemático museo Soumaya, un espacio de encuentro para todos que motiva a la reflexión y al encuentro, con más de 250 testigos de todas las edades y condiciones, se llevó a cabo la primera entrega del premio nacional Corazón de oro.
Si el corazón de la persona, como decía Francisco, es el centro del querer, el lugar donde se fraguan las decisiones importantes de las personas, el lugar de la sinceridad total, cuando es de oro hablamos entonces de personas de inmenso valor.
En esta ocasión, la primera, el reconocimiento fue para un mexicano, muy mexicano, fuerte, enamorado, inquebrantable y tenaz, tozudo o terco que nació en la ciudad de México hace 72 años e inició sus estudios en la escuela primaria Benito Juárez y los terminó cursando la carrera de Administración en la Universidad Latino. Hijo de Gustavo Serrano Mass, abogado Penalista de la Libre de Derecho y sobrino nieto de Ana Maass de Serrano, conocida profesora de filosofía de la UNAM, cercana al Maestro Vasconcelos.
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Casado con 7 hijos. Desde 1978 Jorge trabajó en la promoción y defensa de la vida, tema en el que vio siempre más allá con claridad meridiana, como más allá vieron los que se opusieron a la venta o uso de los hombres de color en siglos pasados o los que reclamaban el derecho al voto de la mujer cuando tenía prohibido acercarse a las urnas.
Lo conocí bien y lo llegue a estimar, valorar y hasta querer. Con el era imposible estar en paz; inquieto, bromista, risueño, humano, aficionado a la lucha libre, a los juegos de mesa y al maratón, amigo de la broma y el relajo.
La ceremonia fue organizada por tres instituciones que representan a millones de mexicanos que orgullosamente impulsan la vida, la familia y las libertades del ser humano: Conparticipación, Red Familia y Unión de Voluntades.
El premio lo entregó el empresario Patrick Slim quien agradeció a Jorge su trabajo a favor del primer derecho humano, el derecho a la vida, asegurando también que por sus conviccioines y su lucha salvó del atroz genocidio del aborto a más de 300 mil niñas y niños mexicanos.
“Uno de los más grandes ejemplos de caridad y santidad, la Madre Teresa de Calcuta, dijo al recibir el premio nobel de la paz: el mayor destructor de la paz es el aborto, porque si una madre es capaz de matar a su hijo, que nos queda a ti y a mi para no matarnos”, afirmó Patrick durante el evento y concluyó diciendo: “en nuestro país hoy ansiamos la paz, pero esta no vendrá hasta que haya paz en el vientre materno”
Durante la ceremonia hubo de todo: canciones, aplausos, lágrimas, gritos, música y emociones, todo lo que deja un corazón de oro que se ha marchado y que ser de oro pertenece a la historia, a la humanidad entera.
Los corazones de oro por definición son universales, me quedó claro cuando miré como todos los presentes aplaudían a rabiar: niños, jóvenes y adultos, políticos y académicos, mexicanos y extranjeros, intelectuales, obreros, sanos y enfermos y todos los que ahí estaban.
Ese Serrano Limón, al que era común verlo correr por los viveros de Coyoacán a las 5 de la mañana, que participó en más de 90 maratones y presumía de haber dado 4 veces la vuelta al mundo se nos ha ido, pero nos ha dejado su corazón, que, por cierto, es de oro.