¿Cómo acabar con esto? Aquí mi propuesta

Lamentablemente, hace unas semanas ocurrió otro incidente en una escuela, relacionado con papás violentos: una mamá golpeó a una maestra; la señora iba acompañada de su pareja, quien encañonó a la docente con un arma de fuego.

Lo peor del caso, es que el hijo de cuatro años fue testigo de estas terribles acciones; e incluso, en el video se le observa levantando la mano en señal de apoyo, como diciendo: ‘¡Ahora sí, para que veas que no me puedes regañar, jejele, jejele!‘.

Un golpe de ira

Esto sucedió en la escuela Frida Kahlo en Cuautlán Izcalli, Estado de México, el 18 de julio del 2023. Los padres, que ahora se encuentran detenidos por las autoridades, y a quienes se les dictó prisión preventiva por intento de homicidio, llegaron a reclamarle a la maestra por alguna razón.

En muchos casos, los padres de familia no van al fondo de la situación. Al escuchar decir a sus niños “me regañaron” o “me gritaron”, se exaltan hasta la furia y ya no escuchan más. Es probable que eso haya sucedido en este caso, donde los padres estallaron en cólera, y en un golpe de ira, salieron hacia la escuela a reclamar.

En el video se observa que cuando la maestra abre la puerta del kínder, la madre la propina una cachetada y se le abalanza para empezar a golpearla, mientras la docente se cubre la cabeza ante los golpes. La mujer la jala del pelo y la arrincona en un lugar de la escuela. Todo está siendo captado por la cámara de seguridad.

Muchas personas se han preguntado ‘¿por qué nadie la ayudó?’ Pero hay que recordar que había un hombre armado. ¿Cómo ayudar ante eso? Aún así, la cocinera salió en auxilio de la maestra, pero también fue amenazada. Después, los padres arrodillaron a la docente, quien humillada y golpeada, tuvo que pedir al “angelito” de cuatro años, perdón DE RODILLAS.

Creo que estarás de acuerdo conmigo en que no es posible la falta de compasión, de piedad, de entendimiento, de razonamiento, de madurez de muchos padres, que reaccionan, sin pensar, para defender como “mamá osa” a sus hijos.

Pero nosotros, los humanos, NO SOMOS BESTIAS, somos seres pensantes, a quienes Dios nos regaló la voluntad, la palabra y el razonemiento para evitar precisamente esto que acabamos de ver.

¿Qué estamos haciendo con esos dones?

La forma tan dolorosa con que algunos padres de familia se están comportando con los maestros lastima y rompe a nuestra sociedad. Por si fuera poco, hacen testigos a sus hijos.

¿Qué estamos enseñándole a nuestros niños con estas actitudes?

Un mensaje claro es que pueden gritar, patear o pegar a su maestro(a) si éste les pide buen comportamiento o les deja una tarea. O si los regañaron, sus padres tienen derecho de ir a golpear a una persona, con todo lujo de violencia.

Estamos enseñando ira y descontrol. Basta ver algunos de los comentarios que me han hecho en redes sociales ante lo sucedido: “Pues habrá que ver qué hizo esta maestra”, o “yo haría lo mismo”.

Es triste y lamentable la vorágine social que se detona ante la desdignificación del maestro, quien lo único que está queriendo hacer es educar y formar.

Verdaderamente esto ya llegó a su límite, al colmo de todo límite. De verdad, los padres de familia debemos reaccionar y DIGNIFICAR a quien forma el hábito de estudio y la disciplina necesaria ante la vida.

En la ley que estoy proponiendo ante el Senado de la República, y que se vota en septiembre, hay 5 puntos que te recuerdo:

1. Escuela para padres, obligatoria una vez al año.
2. Multas para los padres de los agresores (Yo creo que hay que incluir multas a los
   padres que agredan a los maestros)
3. Trabajo social para los testigos de bullying.
4. Terapia psicológica para los que hagan bullying; en este caso, también para los
   padres que hagan violencia o cometan este tipo de faltas de respeto.
5. Que los maestros se certifiquen cada año en estos temas.

De verdad, regresemos al respeto, pues es el ejemplo que estamos dando a los seres que Dios entregó a nuestro cuidado.

La violencia y la cultura del odio (de lo cual te voy a hablar en otro escrito), es algo que nos está rebasando, y es algo muy, muy, fuerte, porque el odio se contagia de unos a otros, mientras que el amor y la compasión, no.

¡Por favor, papás, recapacitemos. No podemos seguir como vamos, agrediendo de esa forma a los maestros! Mi corazón está con todo aquél que hoy se atreve a estar frente a grupo. ¡Únete!

Sígueme en mis redes @trixiavalle (en todas las plataformas) para apoyar estas iniciativas y frenar la violencia creciente.

*Los artículos de opinión son responsabilidad del autor y no necesariamente representan el punto de vista de Desde la fe.

TK: @trixiavalle