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¿Cómo saber si una persona está poseída? Estos son los síntomas

23 enero, 2023
¿Cómo saber si una persona está poseída? Estos son los síntomas
Los síntomas para identificar a una persona poseída los establece un sacerdote exorcista.
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¿Sospechas que conoces a una persona poseída? Si una persona necesita un exorcismo, lo primero que se tiene que hacer es identificar que se trata de una posesión demoniaca. Estos son los pasos que debes de seguir.

Hemos visto decenas de películas y relatos sobre posesiones y exorcismos, y hasta probablemente hemos escuchado el caso de alguna persona que está poseída. De hecho, pareciera que es un tema que últimamente se ha puesto de moda. Sin embargo, eso no lo vuelve un tema poco serio, en realidad, es un tema que debe tratarse con el cuidado y la seriedad necesarios.

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Hay cientos de preguntas e incógnitas sobre este tema, por lo que respondemos algunas de las más frecuentes, con ayuda del padre Alberto Medel, integrante del Colegio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México.

¿Qué es exorcismo en la Biblia?

De acuerdo con la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el exorcismo es una forma específica de oración que la Iglesia usa contra el poder del demonio. El primero en realizar exorcismos fue el mismo Jesús y podemos leerlo en diversos pasajes de la Biblia.

¿Cómo saber si una persona está poseída?

Las personas poseídas no siempre presentan los mismos ‘síntomas’ o características, sin embargo, varios sacerdotes exorcistas coinciden en que, en su mayoría, la persona:

  • Entra en un estado de trance
  • Pierde su voluntad y no recuerda ni es consciente de sus acciones
  • Posee una fuerza que, a nuestra mirada, parece sobrenatural
  • Es capaz de hablar en distintas lenguas (comprensibles o no)

Incluso se han presentado varios casos en los que la persona materializa objetos y los escupe, pueden ser clavos, cadenas, etcétera.

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¿Cuál es el proceso para saber si una persona está poseída?

El proceso no es nada sencillo y mucho menos se toma a la ligera. La persona que se sospecha poseída debe acudir a su parroquia y comentarle su caso al sacerdote. Este sabrá si es necesaria la intervención de un sacerdote exorcista.

Por lo tanto, el primer paso será una pequeña entrevista, en la que el sacerdote, gracias a su discernimiento, será el primer filtro para confirmar la posesión demoniaca.

El padre Amorth haciendo oración de liberación frente a una mujer poseída.

Las posesiones demoníacas deben ser determinadas por un sacerdote exorcista.

Una vez que lo haga, el mismo párroco dejará el caso en manos de un sacerdote exorcista, quien junto a un equipo de expertos: peritos, médicos, psicólogos y psiquiatras, harán un profundo estudio del caso para determinar si se trata de un problema psicológico o una posesión, no descartando que pudieran ser ambas.

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Exorcismo diagnóstico: ¿qué es y por qué se realiza?

Una vez que el equipo de expertos ha determinado que se cumplen las características para hablar de una posesión y que el exorcista (quien es el único capaz de discernir si se trata o no de una posesión) tiene casi seguro que sí es una posesión, puede proceder a realizar un exorcismo diagnóstico.



En un exorcismo diagnóstico, el sacerdote hará algunas oraciones propias del exorcismo, sin que sea propiamente el rito del exorcismo, y si la persona presenta reacciones, es decir, algunas de las manifestaciones ya enunciadas, entonces se confirma que se trata de una posesión y entonces procede a realizar el exorcismo según las normas litúrgicas prescritas por la Iglesia.

¿Qué es una manifestación preternatural?

Existen tres tipos de manifestaciones, y entenderlas nos permitirá entender mejor las posesiones.

Una manifestación natural es aquella con la que convivimos todos los días, la conocemos bien y podemos denominar como algo normal. Un ejemplo sería el caminar o correr.

Por otro lado, una manifestación sobrenatural es aquella en la que hay una intervención divina sobre la naturaleza, es decir, es la intervención directa de Dios sobre la naturaleza. En este sentido podemos decir que de alguna manera Dios rompe todas las reglas de la naturaleza y no es del todo explicable por la razón humana, el más claro ejemplo son los milagros.

Por último, están las manifestaciones preternaturales que son aquellas intervenciones que tienen los ángeles caídos, es decir los demonios, son aquellas leyes de la naturaleza que el demonio conoce pero el hombre todavía no las descubre.

El P. Amorth realiza un exorcismo en una mujer.

El P. Amorth realiza un exorcismo en una persona poseída.

Vale la pena aclarar que no porque no se conozca algo de la naturaleza significa que no exista. Un ejemplo sería la electricidad, hace cientos de años no se le conocía, pero eso no significa que no existiera entonces. El demonio, que conoce muy bien las leyes de la naturaleza, usa aquellas cosas que el hombre no conoce para manifestarse engañando al hombre con que tiene un poder sobrenatural, pero es eso, un engaño, porque el único que tiene poder sobre la naturaleza es Dios.

Las posesiones son una manifestación preternatural porque el demonio usa de las leyes de la naturaleza no conocidas por el hombre para manifestarse de una manera extraodinaria, ya que no puede hacerlo de manera natural o sobrenatural. No tiene ese poder.

¿El demonio quiere poseer a una persona?

Aunque suene difícil de creer, la respuesta es no. El demonio no quiere poseer exactamente a una persona, aunque le conviene para mostrarse poderoso ante el hombre y engañarlo para arrastrarlo por su camino de perdición.

El demonio en realidad lo que busca es que una persona se condene, que se vaya al infierno; por lo tanto, su fin primero y único es que el hombre peque, pues el pecado es lo que condena al hombre. Una posesión no es un pecado, aunque el pecado abra las puertas a la misma.

La posesión es permitida por Dios en orden a la salvación; es decir, que la posesión es un medio para que el hombre se convierta y viva el proyecto de santidad.

Así que ahora ya lo sabes: no se trata de un juego ni un tema de moda, los exorcismos son un tema muy complejo y serio. No abras las puertas de tu corazón al demonio, así como no abrirías las de tu casa a los ladrones.

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Autor

Mercadóloga digital por la Universidad de Guadalajara. Especialista en RSS, corazón de periodista y apasionada de la historia. 

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