¿Quién fue San Francisco de Asís y por qué es importante para la Iglesia?
La Iglesia católica celebra cada 4 de octubre a San Francisco de Asís.
La Iglesia católica celebra cada 4 de octubre a San Francisco de Asís, un gran modelo de santidad que mereció ser canonizado a tan sólo dos años de su muerte, el 16 de julio de 1228, por el papa Gregorio IX. Es uno de los santos más notables al punto de que otras religiones reconocen el valor de su ejemplar vida y el ejemplo que dio a la humanidad con su sencillez y fraternidad.
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Fue soldado en su juventud y participó en la guerra entre las ciudades de Asís y Perugia. Fue capturado y apresado durante un año lo que provocó un profundo cambio interior. Hijo de un importante mercader de telas, conoció la riqueza y el bienestar hasta que un día de 1205, comprendió el significado de la pobreza y entendió el sufrimiento de los menesterosos, los enfermos, ancianos y moribundos. Cuenta la historia que en la pequeña iglesia de San Damiano, cerca de Asís, escuchó a Cristo que le decía “repara mi casa que está en ruinas” y para obtener recursos recurrió al almacén de su padre y el indignado comerciante lo acusó y llevó ante el obispo y frente a él lo desheredó.
Francisco entendió que, en aquellos momentos, su padre se preocupaba más por los bienes materiales que por su hijo. Entonces, Francisco se desnudó para no llevarse ni siquiera las rompas que la habían dado su familia y, desde entonces, el hábito franciscano consistió en una sencilla túnica amarrada por una cuerda. San Francisco reconoció a Dios como su padre y a su causa consagró toda su vida.
En un marco austero de vida, varias personas se le unieron y en 1212, al lado de otros once seguidores, peregrinaron a Roma para que el papa Inocencio III aprobara el nacimiento de su Orden religiosa. Una amiga suya, Santa Clara de Asís, también abrió una rama femenina de la congregación hacia 1212 con la misma intención, oración y actitud ante la vida y la muerte. Ellas son las Hermanas Clarisas.
Para 1221, se fundó una rama para los legos en una Tercera Orden, los terciarios franciscanos, y para ese año, estos frailes y religiosas se habían extendido hasta España e intentaron predicar ante los musulmanes, por eso, los franciscanos se convirtieron con los años en los representantes pontificios en Tierra Santa.
Bajo un espíritu místico de igualdad entre todos los seres de la creación, San Francisco predicaba a las aves del cielo y a los lobos en su afán de transmitir la grandeza de Dios. “Hermano sol, hermana luna” fue una frase que sintetiza la teología franciscana en toda su magnitud.
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El espíritu franciscano siempre ha estado presente en la Iglesia, y por citar ejemplos recientes, Juan Pablo II organizó en la ciudad de Asís importantes reuniones ecuménicas e interreligiosas para orar por la paz mundial, mismas que continuó el Papa Benedicto XVI, y el actual Pontífice, Francisco, se inspiró en este santo al adoptar su nombre, como también sucedió con su Encíclica Laudato Si’, sobre el cuidado de la casa común.
San Francisco de Asís también sufrió los estigmas de Cristo que recibió en la montaña de La Verna y de ellos solo se supo hasta después de su muerte pues los cubría con telas para no llamar la atención. Los dos últimos años de su vida padeció agudas enfermedades, entre ellas malaria y ceguera.
San Francisco fue el iniciador de los Belenes o nacimientos que comenzaron a divulgarse con pastores ataviados como los personajes bíblicos y la aceptación de esta costumbre fue tal que se extendió por Europa e incluso América. Luego se hicieron con figuras.
La Orden franciscana es la más numerosa del mundo y en México fue determinante para la evangelización y la defensa de los indígenas ante el abuso de los conquistadores y encomenderos. Fue a partir de mayo de 1524 cuando los 12 primeros misioneros franciscanos iniciaron la evangelización formal de Nueva España con la creación de cuatro Provincias: México, a la que llamaron del Santo Evangelio; Texcoco, Tlaxcala y Huejotzingo, “distante una de otra a 20 leguas”.
A la fecha, cuentan con universidades y otros centros de estudio y asistencia social en todo el mundo. De entre todas las ordenes religiosas, ellos son los que viven con mayor humildad, y los tres nudos de la cuerda con la que atan su habito simbolizan humildad, obediencia y castidad.