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¿Cuántos santos tiene la Iglesia?

Todos los días del año son celebrados varios beatos y santos, y por lo general, esas fechas corresponden al fallecimiento de cada persona.

7 mayo, 2019
¿Cuántos santos tiene la Iglesia?
Los santos y la la Virgen María interceden ante el Señor para que nos conceda cuanto necesitamos. Foto: Cathopic

En la Biblia hay varias referencias en torno al llamado que Dios hace a los hombres a vivir en santidad, por acción del Espíritu Santo, al igual que otras religiones que reconocen a la santidad como una meta o destino espiritual de toda la humanidad.

En el Nuevo Testamento, por ejemplo, San Juan cita (17; 11): “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado para que sean uno como nosotros”, y en el Levítico (20; 26) se dice: “Sed, pues, santos para mí, porque yo, Yahveh, soy santo, y os he separado de entre los pueblos para que seáis míos.”

La fiesta litúrgica de Todos los Santos que se celebra cada 1 de Noviembre, y que fue establecida por el Papa Gregorio III (731-741), contempla tanto a los primeros mártires de la Iglesia, como a todos aquellos santos que por distintas razones, no aparecen en los martirologios.

Hay que recordar que en los primeros años del cristianismo eran los propios fieles que atestiguaban el martirio de sus compañeros quienes proclamaban la fe y la santidad de las víctimas; esto, durante los 129 años de persecución religiosa que hubo en el Imperio Romano, a lo largo de cuatro siglos.

De acuerdo con el investigador Daniel Ruiz Bueno, quien estudió las Actas de los Mártires de aquellos primeros años, “en un imperio de unos 50 millones de habitantes… se cometieron 100 mil asesinatos legales de personas inocentes”, todos ellos a causa de su fe, y estima que “junto a cada ajusticiado hay tal vez cien más que tuvieron que soportar la confiscación de sus bienes, el destierro, torturas y malos tratos de toda especie, sin llegar finalmente al martirio.” Todo esto nos habla de santidad.

Por fortuna, el número de personas que en el cielo gozan de la presencia de Dios, y que por lo mismo, son santos, aunque la Iglesia no los haya proclamado como tales, debe ser altísimo por la misericordia de Dios, sin embargo, el número de santos y beatos que ha proclamado la Iglesia, no es muy alto, si se toma en cuenta que estamos en el siglo XXI.

Ya en el siglo XX, y como consecuencia del Concilio Vaticano II, en 1969 se introdujo el nuevo Calendario General Romano, que recortó en un tercio en lo que se refiere a fiestas y días conmemorativos preceptivos generales.

Saverio Gaeta, en su libro Milagros, cuando la ciencia se rinde, señala: “durante los primeros 25 años del pontificado de Juan Pablo II fueron proclamados 1,327 beatos y 477 santos, en un solo cuarto de siglo, muchos más de los 827 beatos y 296 santos de los cuatro siglos anteriores, desde cuando en 1588 el papa Sixto V fundó la Sagrada Congregación de los Ritos”, encargada de estos asuntos.

En el martirologio Romano, en su edición del 2005, se estima que la Iglesia cuenta con un total de 7 mil santos y beatos, a los que habría que agregar los que han proclamado Benedicto XVI y Francisco, que suman unos dos mil más.

Todos los días del año son celebrados varios beatos y santos, y por lo general, esas fechas corresponden al fallecimiento de cada persona, es decir, de su entrada a la vida eterna.

Por un capricho de los calendarios, los santos que tal vez tienen menor número de festejos, por celebrarlos cada cuatro años, en los llamados años bisiestos, cada 29 de febrero, son: Antonia de Florencia, Hilario, Osvaldo de York y Chapdelaine Auguste.

Aunque es difícil responder con precisión sobre el total de santos y beatos que son venerados en la Iglesia, entre otras cosas, porque las cifran son cambiantes, siempre nos llena de alegría y esperanza el saber que aunque no aparezcan en los martirologios, gozan de la eterna presencia de Dios.



Autor

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.