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Con hábito, fe y tenis: las religiosas que corren para ayudar a quienes más lo necesitan

Fe, amor y devoción por la Virgen será lo que tres religiosas de la Congregación Esclavas de la Virgen Dolorosa le imprimen a su entrenamiento para participar en la primera carrera arquidiocesana "Pies en camino". Foto: Luis Aldana/DLF

26 marzo, 2025
Con hábito, fe y tenis: las religiosas que corren para ayudar a quienes más lo necesitan
Tres hermanas de la Congregación Esclavas de la Virgen Dolorosa, participarán en la primera carrera arquidiocesana "Pies en camino". Foto: Luis Aldana/DLF

Fe, amor, acompañamiento y devoción por la Virgen de Guadalupe, es lo que hidratará por tres kilómetros la fuerza de voluntad de tres religiosas de la Congregación Esclavas de la Virgen Dolorosa, quienes participarán en la primera carrera arquidiocesana “Pies en camino”.

También para ellas es la primera vez que sudarán y correrán en un evento de este tipo, pero sin demeritar el desafío físico que ello implica, dicen que ha sido más complejo adecuar las actividades propias de su carisma y dedicar una hora diaria a ejercitarse a la vista de los ojos curiosos de los vecinos, en el parque frente a su casa.

“Nunca habíamos participado en una carrera, pero estamos muy animadas porque es para ayudar a nuestros sacerdotes ancianos, además es Año Jubilar, es la primera carrera de la Arquidiócesis y lo más inspirador es que estaremos corriendo a los pies de la Virgen de Guadalupe”, comenta la hermana Cecilia Vázquez, ecónoma de las Esclavas de la Virgen.

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Es la primera carrera en la que las hermanas Esclavas de la Virgen Dolorosa, participan. Foto: Luis Aldana/DLF

La fe no está peleada con el deporte

Adaptarse al ejercicio no fue fácil, pero tampoco desconocido, ya que la misión de esta congregación —que busca prolongar el amor materno de la Virgen al acoger a madres solteras con sus hijos— implica para las religiosas llevar una vida intensamente activa, con muy pocas horas de descanso.”

“Nuestro día inicia muy temprano, atendemos a las mamás, preparamos desayunos, organizamos la casa y el bazar que abrimos todos los días para poder sostener la casa. Estamos en movimiento todo el día, incluso en la noche, por eso fue complicado encontrar un tiempito libre para salir a entrenar”, comenta la hermana Cecilia.

Personalmente, comenta la religiosa, su mayor motivación a inscribirse a la carrera “Pies en camino” fue ver la forma en que las mamás se recuperan de las vicisitudes, muchas de ellas terribles y ello gracias a su fe, amor y fuerza de voluntad.

“Un día las observé, aunque convivimos a diario, pero me dije: ellas son mis mejores entrenadoras, me demuestran que sí se puede superar cualquier cosa: se levantan temprano, se organizan, atienden a sus hijos, estudian, regresan y encuentran un momento para ellas y sus hijos, y fue cuando pensé: yo también puedo y que me anoto en la carrera”.

“Tengo una operación de columna y todos los días que entreno veo la mano de Dios en mi recuperación, siento mi cuerpo cómo se mueve, mis pies y mis piernas. El deporte es una oportunidad para ver las maravillas que Dios hace en cada uno de sus hijos”, comenta la religiosa.

El deporte es otra manera maravillosa de vivir la vida consagrada y les queda claro que la fe no está peleada con el ejercicio, al contrario, es otra manera de demostrar la mano de Dios, dice la hermana Marcela Lote Ríos.

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Las hermanas acogen a mamás solteras y sus hijos para que salgan adelante. Foto: Luis Aldana/DLF

Ser religiosa no sólo es orar, también es correr

“Esta carrera significa demostrar a las chicas que ser religiosa no es sólo orar y trabajar, también es hacer deporte. Yo aprovecho el entrenamiento para profundizar mi relación con Dios, pues le pido mucha fortaleza para continuar el ejercicio y correr por una ‘corona que no se marchita’, que es la fe”.

La religiosa espera que pueda motivar a las juventudes a seguir la vida consagrada, pues hacen falta vocaciones en las diferentes congregaciones del mundo, y para ella, es una parte muy triste que ahora los jóvenes estén extraviados en el mundo exterior.

“Yo espero que nos conozcan y que vean que se puede hacer una vida maravillosa dentro de alguna congregación, pues somos carismas diferentes; y dentro del nuestro yo relaciono esta carrera con uno de los dolores de la Virgen, pues a veces es doloroso dejar de hacer las cosas que nos gustan por hacer otras, en este caso la carrera. Al final, es algo que disfruto mucho, pues es un tiempo que me doy y que también aprovecho para estar con Dios”, dice la religiosa.

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La hermana Hortensia participará a pesar de tener una operación de ligamentos. Foto: Luis Aldana/DFL

Con hábito o sin él, ellas correrán

Comenzaron a entrenar hace quince días, de la mano de Monseñor Carlos Samaniego, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México, y lo hicieron con hábito: vestido, velo y ¡zapatos! Y a decir de las hermanas fue todo un calvario, pues el moverse era demasiado complicado, cuenta la religiosa Hortensia Allende, también parte del equipo de las hermanas corredoras.

“Monseñor nos dio permiso de correr como más estuviéramos cómodas, y decidimos hacerlo con pants y tenis, pero con nuestro velo”, dice.

Para ellas será una manera de hacer presente a la vida consagrada en espacios donde nunca se han visto, aunque la labor de cada una de las congregaciones de vida consagrada es invaluable, pues ha cambiado la vida de muchas personas, incluso no creyentes, así como el desarrollo de la Iglesia en el mundo.

“En mi caso este entrenamiento también es espiritual y lo ofrezco por mi apostolado, por las vocaciones y se lo ofrezco a la Santísima Trinidad y obviamente a la Virgen”, dice la religiosa Hortensia.

A la hermana se le zafó un tornillo, pero del pie y asegura que, con todo y eso, ella estará dando el máximo a lo largo de tres kilómetros.

“He estado en rehabilitación de mi pie, pero también he rehabilitado mi apostolado y fortalecido la relación con mis hermanas de congregación. Esta carrera es un ejercicio completo: físico, mental y espiritual”.

Todas ellas, además de encomendarse a Dios, pedirán la intercesión de sus santos favoritos, por ejemplo, la hermana Cecilia a San Miguel Arcángel, pues él ayuda a vencer al enemigo, que en su caso es el miedo.

Pío de Pietrelcina es el santo favorito de Hortensia, pues ha hecho muchos milagros en su vida, ya que ayudó a su mamá a superar una enfermedad muy grave.

Y la hermana Marcela irá directamente con el Todopoderoso, pues a Él le dedicará la carrera de este próximo domingo 30 de marzo.

“El día de la carrera asistiremos a la Misa que presidirá Mons. Luis Manuel Pérez Raygoza, en la Basílica de Guadalupe a las 6 de la mañana y después, como todos los días, nos prepararemos con una oración a nuestra Madre Santísima, aprovechando que estamos a los pies de su casa y después a ¡correr!”, concluyen las hermanas.



Autor

Reportera desde hace más de 20 años, egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. Ha trabajado en varios medios Milenio, El Universal Gráfico, Revista Alto Nivel, Desde la fe, entre otros.