La ayuda a los damnificados de Siria, en riesgo de ser robada

La situación que prevalece en Siria para apoyar a la población que resultó damnificada por los terremotos que se presentaron el pasado 6 de febrero es muy complicada, ya que la ayuda se concentra en Turquía porque fue el país más afectado y porque es difícil que los ayuda física llegue a los afectados, señaló el padre Enrique González.

Uno de los principales factores por los que los insumos y víveres no lleguen por vía terrestre, indicó el sacerdote argentino, asignado a una parroquia de Alepo, Siria, es la presencia de los grupos rebeldes que controlan la zona norte del país, los cuales ya han asaltado a algunos de los vehículos de los voluntarios que intentaron cruzar la frontera.

En Siria la parte más afectada es la norte y es la que está bajo el poder de los rebeldes. Hemos sabido de un grupo de ayuda que vino entrando de Turquía y fue asaltado. Para que se dé cuenta de que la parte rebelde es muy complicada, sobre todo porque ellos han sufrido también muchas destrucciones”, indicó el padre.

En entrevista exclusiva con Desde la fe, comentó que la presencia de los rebeldes complica mucho el que se pueda prestar apoyo a los damnificados en esa región. “De hecho en esa zona se encuentran dos parroquias de rito latino y las dos están destruidas y también es muy difícil para nosotros acceder a ellos porque tendríamos que acceder a la parte rebelde, lo que es complicado”.

Que la ayuda sea en efectivo

Por esa razón, planteó el sacerdote del Instituto del Verbo Encarnado, la manera más segura de apoyar a los damnificados sirios es que toda la ayuda que se les destine sea con dinero en efectivo a través de las cuentas que ha abierto la Iglesia en varios países o la de la Nunciatura Apostólica en Siria.

En entrevista exclusiva con Desde la fe, comentó que la presencia de los rebeldes complica mucho el que se pueda prestar apoyo a los damnificados.

“Por medio de la Iglesia es mucho más seguro que entre el dinero, que la ayuda llegue. ¿Cómo hacerlo llegar? Por medio de la Nunciatura Apostólica dirigida por el Cardenal Mario Zenari, que a su vez está en contacto con todas las otras iglesias católicas y no católicas de Siria”, informó.

El padre González detalló que si la ayuda llega en físico habría que tramitar todo lo relacionado con la aduana, sobre todo porque tiene que llegar a un puerto cómo el del Líbano o el de Siria y después realizar el trámite de importación y eso le complica la vida tanto a quién lo despacha y como a quien lo recibe.

“En dinero tiene una ventaja, llega más rápido y, además, da movimiento a la pobre economía del país, porque son cosas que encuentras y muchas veces los precios son mucho más baratos por acá, como los lácteos, medicamentos y ropa”, abundó.

Pese a todo, gracias a Dios

Durante la entrevista, el padre pidió que se siga orando por todos los afectados por los fuertes sismos que azotaron a Siria, y que hasta el momento se estima que han dejado cerca de 6 mil muertes.

La oración, indicó el sacerdote, es fundamental porque como católicos sabemos que el diálogo con Dios nos une a Él en cuanto a que nosotros somos sus hijos y entre nosotros, cristianos, a sabernos hermanos del mismo padre.

“Eso es fundamental, sabiendo que es un Padre que nos escucha y es un Padre que nos acaricia, incluso en medio del sufrimiento, pensando incluso que un gran misterio, el del dolor salvífico, que fue el camino que Nuestro Señor eligió para redimirnos, el dolor de la cruz”, aseveró.

De este modo, señaló que cada uno en la oración y delante de Dios tiene que buscar sus respuestas de vida y de fe, lo que es fundamental, y prueba de ello es que acá, la gente el mismo día del terremoto daba gracias a Dios porque pudieron pasar ese trauma.

“Daban gracias a Dios que nos da la vida y que nos ha conservado a nuestros seres queridos; gracias Dios que a pesar de que hayamos perdido cosas, de que hemos sufrido el miedo, aun así tenemos algo para agradecer. Eso es fruto de la oración y fruto de un pueblo que es en gran parte maduro en la fe, maduro en las virtudes cristianas”, concluyó.

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