Retos virales, un peligro en internet para tus hijos
Estos desafíos son una consecuencia de una gran necesidad de aprobación y falta de autoestima.
A principios del año pasado, la Unidad de Investigación de Delitos Informáticos en Tabasco lanzó una alerta sobre uno de los retos virales que circulaban entonces por internet, el Huachicol Challenge, el cual consistía en rociarse con gasolina el cuerpo para luego prenderse en fuego.
No se confirmaron víctimas mortales, pero el gobierno local tomó en serio este reto luego de que circularan en internet algunos videos de personas cumpliéndolo.
Aunque ése es un caso extremo, entre los adolescentes proliferan los desafíos que ponen en riesgo su integridad, como meterse un preservativo a la boca y sacarlo por la nariz, ingerir bebidas alcohólicas por los ojos o comer una cucharada de canela, entre muchos otros.
“Este es un problema de autoestima, pues los jóvenes buscan la aprobación de los demás a través de estos retos y, si los cumplen, ganan popularidad en redes sociales y pueden adquirir estatus”, detalla Anakaren Aiza Maffuz, maestra en educación y neuropsicología.
Lo cierto -asegura- es que los padres tienen la responsabilidad de trabajar con sus hijos desde temprana edad en el fortalecimiento emocional y en su autoconocimiento, pues ello resultará en una mejor autoestima, y sabrán reconocer cuáles son sus fortalezas y debilidades.
Aunado a esto, la maestra Aiza Maffuz destaca que el cerebro de los adolescentes aún está en desarrollo, y eso los hace tender a la impulsividad y actuar sin considerar las consecuencias de sus actos.
Ante ello, los familiares deben dejarles claro que exponer su integridad no es una forma de ganar aceptación.
¿Buscar emociones fuertes?
La impulsividad de los adolescentes puede canalizarse de formas recreativas. “El deporte es un buen recurso, además le ayuda a regular sus emociones y adquiere una disciplina. También está el arte, que permite a los jóvenes expresar sus emociones y reflexionar sobre ellas”.
La proliferación de los retos virales no es culpa de las redes -apunta la especialista- sino de la falta de atención que ponen los padres al contenido al que acceden sus hijos en internet. Por ello es necesaria una buena supervisión de las actividades para evitar que busquen popularidad y aceptación en falsas alternativas.