P. Juan Jesús Priego

P. Juan Jesús Priego

Homo viator
Homo viator
Columna invitada

Homo viator

P. Juan Jesús Priego
El hombre es un nómada incurable. Nada tiene. Nada es suyo, sino sólo lo que le fue prestado por un tiempo muy breve.
El tenor y los pájaros
El tenor y los pájaros
Columna invitada

El tenor y los pájaros

P. Juan Jesús Priego
Hannes Rassiem vivía preocupado por agradar al público y acabó perdiendo la voz, es decir, dejándose avasallar por él. La recuperó sólo cuando se puso a cantar como los pájaros cantan en las ramas de los árboles.
Oraciones de soldados
Oraciones de soldados
Columna invitada

Oraciones de soldados

P. Juan Jesús Priego
¿Quién dijo que los soldados no saben rezar? He aquí una hermosa oración encontrada en los bolsillos de un soldado, muerto hace ya algunas décadas.
El rostro cambiado
El rostro cambiado
Columna invitada

El rostro cambiado

P. Juan Jesús Priego
Uno está acongojado, triste y casi al punto del suicidio. Pero vamos al templo, nos arrodillamos, hablamos con Dios exponiéndole nuestra causa y cuando nos levantamos para volver a casa ya no somos los mismos.
Sobre la muerte
Sobre la muerte
Columna invitada

Sobre la muerte

P. Juan Jesús Priego
¿Cómo saber si morir no es únicamente regresar? ¿Cómo saber si, ante la muerte, sería preferible reír a entristecerse?
Dichosos los que mueren
Dichosos los que mueren
Columna invitada

Dichosos los que mueren

P. Juan Jesús Priego
Tu semblante no me engaña: eres mortal; tienes el rostro de quien dice adiós.
El arte de dormir
El arte de dormir
Columna invitada

El arte de dormir

P. Juan Jesús Priego
¡Escuchar es un arte, y no por cierto de los menos trabajosos! Ante una palabra difamatoria habría que preguntar: “¿Eres capaz de sostener lo que acabas de decir?”
Puestas de sol
Puestas de sol
Columna invitada

Puestas de sol

P. Juan Jesús Priego
Mientras seas capaz de decir: ¡Otra vez, otra vez!, como el Principito, no todo estará perdido
El hombre que amaba los hospitales
El hombre que amaba los hospitales
Columna invitada

El hombre que amaba los hospitales

P. Juan Jesús Priego
Sí, cuando uno no es amado, acaba siempre amando los hospitales. ¿Por qué no? ¿Qué hay de absurdo en ello?
Déjame hablarte del olvido
Déjame hablarte del olvido
Columna invitada

Déjame hablarte del olvido

P. Juan Jesús Priego
“Si no perdonas a tu enemigo, no lo perjudicas a él, sino que te perjudicas a ti"
Zaqueo en el sicomoro
Zaqueo en el sicomoro
Letras minúsculas

Zaqueo en el sicomoro

P. Juan Jesús Priego
¿Por qué hospedarse en casa de Zaqueo habiendo tantas otras, mucho más respetables, en Jericó?
Marcela
Marcela
Columna invitada

Marcela

P. Juan Jesús Priego
Tu último amor fue un marinero a quien acompañabas en sus largas travesías, conformándote con verlo a lo lejos maniobrando el timón
Nuestra propia historia
Nuestra propia historia
Columna invitada

Nuestra propia historia

P. Juan Jesús Priego
La historia de los discípulos de Emaús va más allá de lo que una lectura podría hacernos creer: estaba contando nuestra propia historia.
La costumbre de morirse
La costumbre de morirse
Columna invitada

La costumbre de morirse

P. Juan Jesús Priego
No sé de ninguno al que la medicina haya salvado de la muerte.
Modos de Fe
Modos de Fe
Columna invitada

Modos de Fe

P. Juan Jesús Priego
Después de haber leído a Romano Guardini me quedo tranquilo: que cada uno actúe según su vocación particular, y todos en santa paz

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