¿Cómo proteger a mis hijos de las amistades tóxicas?
Conoce qué pueden hacaer los padres para ayudar a sus hijos a elegir a buenos amigos en lugar de amistades tóxicas.
La Sagrada Escritura tiene referencias únicas y maravillosas sobre la amistad. En el Eclesiástico se nos dice: “Un amigo fiel es un refugio seguro, quien lo encuentra ha encontrado un tesoro” (Eclo 6,14s). La amistad es un referente tan excelente que Dios quiso tener una relación de amistad con el hombre.
El mismo Jesús, en la víspera de su pasión y muerte, quiso llamar a sus discípulos amigos y les enseñó que la mayor prueba de amor que se da por los amigos es dar la propia vida por ellos: “No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos, si cumplen lo que les mando.
El hermoso regalo de la amistad
Ya no les llamo siervos, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre” (Jn 15, 13-15). La amistad con Dios supone el cumplimiento de los mandamientos. La amistad es un hermoso regalo que Dios nos ha dado y los cristianos estamos llamados a cultivarlo entre nosotros, teniendo en cuenta que nuestro amor como amigos será siempre imperfecto y defectuoso. El único amor de amistad perfecto es el de Dios.
Ahora bien, es esencial para el desarrollo y crecimiento personal y social de cualquier persona cultivar amistades. Dicha tarea se debe realizar desde pequeños, por eso, es importantísimo acompañar a los hijos en este proceso. Una relación de amistad no siempre es buena.
Cuando una amistad no es benéfica
Muchas veces los hijos están expuestos a juntarse con “malas compañías” y los padres pueden intuir cuando una relación de amistad no le ayuda al desarrollo de su hijo.
Conviene señalar que una “amistad tóxica” es aquella persona que genera malestar con frecuencia, crea conflictos y causa daños físicos y/o emocionales en la otra persona. Hay señales de alerta en los hijos cuando hay una amistad tóxica:
- Enojos, peleas y disgustos frecuentes con el amigo.
- Actitud negativa o triste, cuando viene de estar con él.
- El hijo cambia radicalmente de conducta a como era antes de conocerle.
- Hay una relación unilateral: uno siempre cede y el otro nunca
¿Cómo debe actuar un padre o una madre de familia para ayudar su hijo a identificar a las amistades tóxicas?
Si hay alguna sospecha de amistad tóxica es necesario que los padres trabajen el tema de la amistad con él. El hijo debe reflexionar qué no le gusta de su amigo. Hay que darle herramientas para saber solucionar sus conflictos. No es necesario prohibirle que vea su amigo, porque muchas veces la prohibición lleva, sobre todo al adolescente, a empeñarse a convivir más con él.
Solamente si es caso verdaderamente grave, como es la inducción a las drogas, abuso sexual o maltrato físico, es necesario actuar con firmeza y tomar las decisiones pertinentes. Lo que conviene es analizar cómo el hijo se comporta y orientarlo para que tome sus mejores decisiones.
Los buenos amigos vs amistades tóxicas
Es menester predicar con el ejemplo, por ello, los papás deben enseñarles a los hijos cómo relacionarse con los amigos del trabajo, del hogar y del vecindario. Asimismo, los padres deben ayudarle a los hijos que muchos amigos de la escuela están de paso y que los que se quedan para el resto para el resto se su vida son muy pocos.
Por último, los hijos deben aprender a trabajar en sus habilidades sociales y para hacer nuevos amigos y que aprender a discernir qué amistades le ayudarán a ser mejor, porque muchas veces los hijos toleran una amistad tóxica por miedo a quedarse solos.
Buscar el bien para un amigo
El fundamento de la amistad es querer el bien a otra persona. Ser amigo no significa tolerar nuestros errores ni inducirnos al pecado. El auténtico amigo quiere el verdadero bien para nosotros. Que mayor bendición que podamos tener una amistad santa, una amistad que te lleve a Dios.
Santa Catalina de Siena decía “La amistad que tiene su fuente en Dios no se extingue nunca” y Santa Teresa de Ávila sostenía que “La amistad con Dios y la amistad con los demás son la misma cosa. No podemos separar una de la otra”.Un auténtico amigo es aquel que tiene la conciencia de llevarte a Dios. Un amigo que quiere tu santidad es aquel que te dice: “Hoy le hablé a Dios de ti”.
Si te gustó este artículo, también puedes ver: