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27 de diciembre: san Juan Evangelista, el apóstol que reclinó su cabeza en el corazón de Jesús

El 27 de diciembre la Iglesia celebra a San Juan Evangelista, el discípulo amado que reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús. Su Evangelio revela el misterio del Verbo hecho carne y el amor que transforma.

27 diciembre, 2023
27 de diciembre: san Juan Evangelista, el apóstol que reclinó su cabeza en el corazón de Jesús
San Juan Evangelista. Foto: Cathopic.

** Esta nota se actualizó el 26 de diciembre de 2025

En la última cena, mientras los demás discípulos escuchaban atentos las palabras de Jesús, uno de ellos hizo algo que ningún otro se atrevió a hacer: reclinó su cabeza sobre el pecho del Maestro. No fue un gesto casual ni meramente afectivo; fue la expresión de una relación única, marcada por la confianza, la intimidad y el amor. Ese discípulo era Juan, el más joven de los apóstoles, a quien la Iglesia recuerda cada 27 de diciembre como San Juan Evangelista, testigo privilegiado de la vida, muerte y resurrección de Cristo.

San Juan Evangelista fue uno de los Doce Apóstoles y uno de los cuatro evangelistas. Después de San Pedro, es uno de los personajes más citados en las Sagradas Escrituras. Su Evangelio fue el último en escribirse y tiene una intención muy clara: más que narrar hechos, busca revelar quién es Jesús. Así lo expresa desde su prólogo, uno de los textos más profundos del Nuevo Testamento: “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad”.

Para Juan, los milagros de Jesús no son simples prodigios, sino “signos” que revelan su identidad divina. Cada gesto de Cristo apunta a una verdad más profunda: Él es la Luz, la Vida y el Amor hecho carne.

¿Cómo empieza el Evangelio de San Juan?

A diferencia de los evangelios sinópticos, San Juan no comienza con la genealogía de Jesús ni con su nacimiento, sino con una reflexión teológica de gran profundidad. No obstante, en su narración aparecen también Juan el Bautista, quien da testimonio del Mesías al bautizarlo en el río Jordán, y el llamado de los primeros discípulos en Galilea.

Juan, al igual que su hermano Santiago el Mayor, era pescador e hijo de Zebedeo. Ambos se encontraban remendando las redes junto a Pedro, en una barca del lago de Tiberíades, cuando Jesús los llamó con una frase decisiva: “Síganme”. Sin dudarlo, dejaron todo para seguirlo (cf. Mt 4,18-22).

El discípulo amado, presente en los momentos clave

En los relatos evangélicos, Juan aparece siempre en los momentos más decisivos de la vida de Jesús:

  • En la Transfiguración (Lc 9,28-36),
  • En la agonía en el huerto de Getsemaní (Mc 14,33),
  • Y al pie de la cruz, donde Jesús le confía a su Madre: “Ahí tienes a tu madre” (Jn 19,26).

Ese gesto selló una misión particular para Juan: cuidar de María, para que no quedara sola. Por ello, la tradición cristiana lo reconoce como el discípulo amado, no por favoritismo, sino por su profunda capacidad de amar y permanecer fiel.

Juan también fue el primero en llegar al sepulcro vacío, tras el anuncio de María Magdalena (Jn 20,4), y el primero en reconocer a Jesús resucitado a orillas del lago de Galilea (Jn 21,7).

San Juan Evangelista y Pedro

Después de Pentecostés, Pedro y Juan caminaron juntos durante un tiempo. Oraban, predicaban y fueron encarcelados por anunciar a Cristo. Ambos aparecen en el libro de los Hechos de los Apóstoles, especialmente en la evangelización de Samaria, donde oraron para que los nuevos creyentes recibieran el Espíritu Santo (cf. Hch 3–4; 8).

Con el paso del tiempo, sus caminos se separaron. Juan terminó estableciéndose como obispo de Éfeso, en la actual Turquía.

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El destierro en Patmos y el Apocalipsis

Durante la persecución del emperador Domiciano (81–96), Juan, ya anciano, fue desterrado a la isla de Patmos. Allí, según la tradición, escribió el Apocalipsis, un libro lleno de símbolos, esperanza y promesas de victoria para una Iglesia perseguida.

Una antigua leyenda relata que Juan fue condenado a morir en una tina de aceite hirviendo, pero al salir ileso, el emperador decidió exiliarlo. Tras la muerte de Domiciano, Juan regresó a Éfeso, donde probablemente escribió su Evangelio y sus epístolas.

¿Cuándo se celebra a San Juan Evangelista?

La fiesta litúrgica de San Juan Evangelista se celebra el 27 de diciembre, dentro de la octava de Navidad. En el arte sacro se le representa como un anciano con el libro del Evangelio y el símbolo del águila, imagen de la altura espiritual y teológica de su mensaje.

San Juan es patrono de diversos oficios, entre ellos escultores, notarios, grabadores, fabricantes de papel y velas, y es invocado contra las dolencias del pie, el granizo y para pedir una buena cosecha.



Autor

Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la UNAM. Con 30 años de experiencia en periodismo, se ha especializado en la cobertura religiosa, trabajando en Televisa S.A. y Televisión Azteca. En 1997, recibió el Premio Nacional de Periodismo del Club de Periodistas de México. Ha realizado reportajes en cuatro continentes, incluyendo coberturas significativas como el Jubileo del año 2000 en Roma, los funerales de Juan Pablo II, el viaje de Juan Pablo II a Tierra Santa y el Encuentro Mundial de la Juventud en Sydney. Fue Jefe de Prensa durante el VI Encuentro Mundial de las Familias en México. Además, ha colaborado en publicaciones como Época, Última Moda e Impacto, donde mantiene columnas sobre cultura religiosa. Ha escrito varios libros, entre ellos "El Agua del destino" y "Popocatépetl: Mito, ciencia y cultura". También es comentarista en programas de radio.