Te compartimos esta oración franciscana para hacerla ante el Nacimiento, Pesebre o Belén, y obtener así la Indulgencia Plenaria que ha concedido el Papa Francisco con motivo del octavo centenario del primer Nacimiento navideño montado por san Francisco de Asís en Italia. Te explicamos más del tema.
Así es, con ocasión de los 800 años de la representación del Nacimiento de Jesús montado por san Francisco de Asís, en Greccio, Italia, el Papa Francisco otorgó a la Conferencia de la Familia Franciscana la Indulgencia Plenaria a quienes visiten las iglesias de la orden y se detengan ahí, ante los Nacimientos navideños, para orar él.
De acuerdo con el decreto, los fieles podrán obtener esta Indulgencia Plenaria concedida por el Santo Padre entre el 8 de diciembre de 2023, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, y el 2 de febrero de 2024, fiesta de la Presentación en el Templo de Nuestro Señor Jesucristo.
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La Indulgencia Plenaria es una gracia que concede la Iglesia Católica a sus fieles, en virtud del poder de atar y desatar que le ha concedido su fundador, Jesucristo Nuestro Señor.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la Indulgencia Plenaria “es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya perdonados”.
Para entender esta doctrina y esta práctica de la Iglesia es preciso recordar que el pecado tiene una doble consecuencia: pena eterna y pena temporal. A continuación te las explicamos.
Pena enterna
El pecado grave nos priva de la comunión con Dios.” (CIC 1472), y por lo tanto, nos priva de pasar la eternidad con Él. A esto se le conoce como la ‘pena eterna’ del pecado. Cuando cometemos un pecado grave, nos arrepentimos y confesamos, se nos perdona esta ‘pena eterna’.
Pena temporal
Pero además, todo pecado, incluso venial, implica que se tiene un apego desordenado, algo que es necesario purificar. Es lo que se conoce como ‘pena temporal’ del pecado. Pues bien, “la Indulgencia Plenaria es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados ya perdonados” (CIC 1471).
El Papa Francisco ha concedido esta la indulgencia plenaria con la finalidad de promover la renovación espiritual de los fieles y acrecentar la vida de gracia.
El primer requisito, según el decreto, es que los fieles visiten alguna de las iglesias que las familias franciscanas tienen en todo el mundo y se detengan ahí en oración ante el Nacimiento navideño. Es por ello que aquí te ofrecemos una oración muy específica.
Pero además, para obtenerla los fieles deberán cumplir con los tres requisitos establecidos para toda Indulgencia Plenaria:
Es importante tener en cuenta que quienes estén enfermos o físicamente incapacitados para participar en la obtención de esta gracia, también podrán gozar del don de la Indulgencia Plenaria ofreciendo sus sufrimientos al Señor o realizando prácticas piadosas.
Oración franciscana ante el Nacimiento
Autor: Fray Cándido Olguín Ibarra, T.O.R.
Asistente de la RCCES en la Arquidiócesis de Mexico
Señor, Dios, en el Cántico de las criaturas, también llamado “Cántico al hermano sol”, tu siervo san Francisco de Asís, el más pequeño, se dirigía a tu soberana majestad con estas palabras:
“Altísimo Omnipotente buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria, el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, corresponden, y ningún hombre es digno de hacer de ti mención”.
Hoy, con la misma humildad, nos dirigimos a ti, Señor, conscientes de nuestra pequeñez ante tu Onmipotencia bendita.
Según el biógrafo de san Francisco de Asís, Tomás de Celano, “el santo de Dios viste los ornamentos de diácono, pues lo era, y con voz sonora canta el Santo Evangelio. Su voz potente y dulce, su voz clara y bien timbrada, invita a todos a los premios supremos. Luego predica al pueblo que asiste, y tanto al hablar del nacimiento del Rey pobre, como de la pequeña ciudad de Belén, dice palabras que vierten miel”.
Hoy, también, Señor, nosotros, tus humildes siervos, estamos ante ti, con la dulzura que brota de nuestros corazones al pronunciar el nombre del Niño Jesús.
Hoy más que nunca, te suplicamos, oh Altísimo Omnipotente Buen Señor, que el nacimiento del niño Dios traiga la paz, la alegría y la esperanza a un mundo que convulsiona ante tanta guerra, violencia, enemistad y desesperanza.
Hoy más que nunca, hoy más que siempre: paz y bien a todos los hermanos, paz y bien a toda la humanidad, paz y bien a toda la Creación.
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