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COLUMNA

La voz del Obispo

Preparar el futuro, ¿qué significa esto para los católicos?

Esta semana en la Voz del Obispo, el Arzobispo Carlos Aguiar Retes nos invita a reflexionar sobre la crisis y la esperanza en la vida de fe.

27 septiembre, 2020
Preparar el futuro, ¿qué significa esto para los católicos?
Hay que aprender a preparar el futuro, como afirma el Papa Francisco. Foto: Exe Lobaiza/Cathopic.

Participa cada lunes a las 21:00 horas (tiempo del centro de México) en La Voz del Obispo en Facebook Live.  Este lunes podrás conversar con el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo Primado de México, y autor de este texto. 

 

1. Hay que diferenciar entre visualizar el futuro y preparar el futuro, como afirma el Papa Francisco. ¿Cuál es la diferencia?

1.1 Visualizar el futuro es identificar los actuales dinamismos sociales, que influyen para bien o para mal en la sociedad, y realizar una proyección de su evolución, describiendo la situación que en el futuro desarrollarán dichas situaciones.

1.2 En cambio, preparar el futuro consiste en identificar los dinamismos sociales, descubrir sus bondades y sus riesgos, detectar los factores que los generan, y analizar las causas troncales, que son la raíz de la que se producen las situaciones que vive la sociedad.

El segundo paso es analizar y definir qué procesos necesitan generarse para sanar las raíces o causas de fondo de los dinamismos, que parcial o totalmente conducen a una situación indeseable de la vida social.

El tercer paso consiste en estudiar cómo actuar lo más rápido y eficaz posible para reorientar los dinamismos sociales en la dirección hacia el futuro que deseamos que se genere; y proponer las estrategias para rectificar o sustituir los factores que están originando las crisis.

Finalmente promover, iniciar e impulsar los procesos que se consideran fundamentales para aspirar una vida social acorde a los valores evangélicos.

2. Un ejemplo: La crisis de la transmisión de la fe.

2.1 Los factores que a mi parecer han dificultado o impedido la transmisión de la fe en las nuevas generaciones:

2.1.1 La crisis por la que atraviesa la familia, en un gran sector de la sociedad, ha impedido la transmisión de la fe, misma que se heredaba de padres a hijos, y facilitaba el desarrollo de la sociedad que vivía los valores del Evangelio de manera cotidiana. No se percibía la urgencia de una mayor promoción, pues había una cultura de identidad católica. Hoy, en muchos casos, la familia se ha vuelto incapaz de transmitir la fe a las nuevas generaciones.

2.1.2 Nuestra historia como país independiente, respecto a la formación cristiana. En nuestro país, debido en buena parte al histórico enfrentamiento entre el gobierno y la Iglesia, tanto en el periodo de la Reforma en el siglo XIX, y en el periodo revolucionario y post-revolucionario de principios del siglo XX, dejó a la Iglesia sin el brazo educativo para la formación en la fe. De entonces a la fecha esa indispensable formación en el conocimiento de la Palabra de Dios, de la tradición de la Iglesia y de sus enseñanzas quedó notablemente reducida en el pueblo cristiano.

2.1.3 La escasa formación integral de la fe. Fueron la familia, las pocas escuelas católicas, y la catequesis parroquial, principalmente para la niñez, las instancias que continuaron con muchas limitaciones la enseñanza sobre la fe. Dicha enseñanza, hay que reconocerlo, ha sido frágil, débil, en general sustentadas de manera muy limitada en el conocimiento de la Palabra de Dios y de las enseñanzas de la Iglesia.

2.2 La realidad actual

2.2.1 De hecho, la catequesis se ha impartido en un porcentaje muy bajo de la población, y la mayoría de las veces solo se recibe en la niñez, y lamentablemente con frecuencia al pasar el tiempo se olvida o no se actualiza acorde a la etapas de la vida, y así, difícilmente se practica la enseñanza aprendida.

Los factores adversos que han debilitado la formación en la fe en los adolescentes y jóvenes, aun catequizados, son la influencia contraria a lo aprendido; influencia de algunos maestros en escuelas públicas, influencia acrecentada especialmente en las redes de internet.

Por otra parte, son muchos los papás actuales con hijos jóvenes, que los dejan elegir libremente si quieren o no practicar la religión, y otras veces reciben en la misma familia un testimonio contrario a lo propuesto en las enseñanzas de Jesús y de la Iglesia.

Por tanto, en muchos católicos su fe ha quedado supeditada a las tradiciones de religiosidad popular, dejando en una mayoría de los fieles las tradiciones heredadas, pero no el conocimiento del para qué fueron establecidas.

2.3 Hay procesos que se necesitan proponer, fortalecer o acompañar:

2.3.1 La atención y acompañamiento de los padres de familia a la niñez en el proceso de conocer y vivir, acorde a su edad, la fe cristiana.

2.3.2 Promoción en las nuevas generaciones (adolescencia y juventud) de la educación sexual, y conciencia de la vocación que Dios desea en cada uno para vivir en plenitud la vida.

2.3.3 Los procesos de preparación a quienes solicitan el Matrimonio y acompañamiento posterior.

2.3.4 La participación en la comunidad cristiana, parroquial o en alguna organización apostólica.

Pido a Dios nos ayude a preparar el futuro que desea para la humanidad.

 

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