Saber ser amigos
Si bien el día de San Valentín se convirtió en un pretexto para festejar el amor y la amistad con fines meramente comerciales, podemos convertir este festejo superficial en la oportunidad de profundizar sobre el valor de la amistad, agradeciendo a nuestros amigos su presencia en nuestras vidas, y a Dios por habernos hecho coincidir.
Bien lo dice el Papa Francisco: “La amistad es un regalo de la vida y un don de Dios. Los amigos están a nuestro lado en los momentos duros, son un reflejo del cariño del Señor, de su consuelo y de su presencia amable”.
Hay un sinnúmero de pensamientos y frases que intentan definir o expresar el el valor de la amistad, pero la vida nos enseña por el camino que siempre hay algo que aprender y descubrir, porque como una forma de amor, la verdadera amistad no conoce límites para procurar el bien del amigo. “El amigo ama en todo tiempo; es un hermano para el día de la desventura” Eclesiastés 17,17.
Para un buen corazón, para un buen cristiano resulta relativamente fácil ser amigo de aquel o aquella que cayó en desgracia por una enfermedad, por abandono, por bancarrota, por ser víctima de una injusticia o de un delito; siempre habrá la mano amiga que intente levantar, la palabra que anima y que aconseja y la oración que sostenga en los momentos difíciles. Pero ¿somos capaces de permanecer en la amistad con el que se equivocó? ¿con el que hizo daño a otros y erró el camino? ¿con el que perdió la honra y el prestigio?
El valor de la amistad está no en justificar conductas erróneas, sino a pesar de éstas, permanecer con la mano extendida para mostrar caminos de esperanza y reconciliación a quien vive en la desolación por sus propias culpas.
Que mejor testimonio y ejemplo que el de Jesús, que con su vida nos da una constante lección del valor de la amistad. Con paciencia y tolerancia, es Él quien inicia el diálogo con la Samaritana al pedirle agua, creando un vínculo de cercanía y afecto para invitarla después a la conversión; perdona la traición de Pedro, y le asegura el cielo al ladrón crucificado a su lado.
Hoy podemos convertir este festejo en oración de agradecimiento por los amigos que permanecen en nuestras vidas y también en una petición a María, para que como Ella, saber ser, saber estar y saber permanecer con nuestros amigos.
FELIZ DIA DE LA AMISTAD