¿Cuánto has amado?
En esta Semana Santa podamos vivirla acompañando a Jesús en el camino al calvario.
Consuelo Mendoza es conferencista y la presidenta de la Alianza Iberoamericana de la Familia. Es la primera mujer que ha presidido la Unión Nacional de Padres de Familia, a nivel estatal en Jalisco (2001 – 2008) y después a nivel nacional (2009 – 2017). Estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM, licenciatura en Ciencias de la Educación en el Instituto de Enlaces Educativos, maestría de Ciencias de la Educación en la Universidad de Santiago de Compostela España y maestría en Neurocognición y Aprendizaje en el Instituto de Enlaces Educativos.
Me impresionó mucho ver en las redes y noticieros, cómo Su Santidad el Papa Francisco a pesar de estar hospitalizado y con la salud quebrantada, no perdió tiempo para vivir las obras de misericordia en el mismo hospital en que se encontraba. Las imágenes del Papa visitando a los niños enfermos de cáncer, o consolando a los papás que acababan de perder a su hija, nos dan una gran lección y llenan el corazón de compasión y de ternura.
Quizá en esta Semana Santa podamos vivirla acompañando a Jesús en el camino al calvario, no solo asistiendo a los Oficios; también a través de nuestros hermanos que sufren, que necesitan una palabra de aliento, una oración y un poco de nosotros mismos para compartir su cruz.
No es fácil mirar a los demás cuando estamos sumergidos en nuestros propios problemas, en nuestros miedos y necesidades; pero el dolor quizá tocó la puerta de otro, que puede ser un ser querido, o un vecino. No será suficiente compadecerlo, porque necesita de nuestra compasión, solidaridad y empatía, así como tampoco será suficiente horrorizarnos de lo sucedido a los migrantes que en Ciudad Juárez perdieron la vida, si no somos capaces de escuchar y mirar a los ojos al migrante que nos pide ayuda y conmiseración.
Estos días santos Jesús nos brinda la oportunidad de salir de nosotros mismos, de ser mejores cristianos, y de vivir la caridad profundamente, como lo hizo Él, que en el camino del Calvario consoló a las mujeres, y en la Cruz prometió la vida eterna al ladrón.
La pedagogía de Jesucristo es la pedagogía de la ternura, que nos ve con ojos de misericordia y nos corrige siempre con amor. Cuando estemos en presencia de Dios la pregunta no será: ¿Eres de izquierda o de derecha?” sino “¿Cuánto has amado?”.
Consuelo Mendoza
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