Angelus dominical: para lidiar con los merolicos
Ten cuidado de las exageraciones de merolicos, de desesperados: analiza sus afirmaciones y te darás cuenta que están llenas de soberbia.
POCAS VECES AL DÍA suelo ser exagerado (apenas como 27) y en casi todas me equivoco; aquí enfilo algunas causas de mi falta de tino: por ignorante, por intempestivo, por superficial, por autoritario, por distraído, por conveniencia, por llamar la atención, por histrión, por impaciente, por ansiedad, por táctica, por sacar ventaja, por marrullero, y hasta por ¡exagerado!…
POR SUPUESTO QUE no quiero presumirte mis defectos en estas líneas, pero ya irás haciendo un listín de las ocasiones cotidianas en que tú también exageras como si fuera competencia olímpica, y aquí (“entre comillas” y separadas por una coma) te facilito un adelanto: “Es que nadie me hace caso, Yo siempre te lo advertí, Tú no hablas de otra cosa, Sabe a rayos y centellas, Todo es por la maldita crisis, Está horripilante, Pero si está baratísimo, De plano no sirve de nada, Eres el “nomber güan” del mundo, Mejor no le hablo, Nunca había hecho taaaanto calor, Eso no tiene solución, Te lo diré un millón de veces, Pero ni yendo a bailar a Chalma, Eso ya lo sabe todo el mundo, Me duele hasta el alma, Me muero del cansancio y Mañana te pago”…
A DECIR VERDAD, la última expresión suena más a mentira que a exageración, y es que si bien las exageraciones pueden ser útiles, corren gran riesgo de convertirse en rotundo estorbo y en tremenda mentira; para que tal cosa no suceda, creo que hacen falta dos ingredientes que casi siempre vienen juntos: inteligencia y sentido del humor…
PARA SER UN BUEN payaso (¡en serio!) no es suficiente exagerar los zapatos y la greña, ni se precisa utilizar maquillaje por kilo o soltar cinco leperadas en cada frase; y diciendo lo anterior me acuerdo de René, vecino de la infancia, compañero monaguillo, payaso profesional -con atuendo sencillísimo- que se plantaba en el escenario y ni daba un solo paso y ni alzaba la voz, pero era capaz de tenernos desternillados por largo rato a niños y adultos, a sabios y necios, a chinos y lacios, a vivos y no tan vivos…
LA LECCIÓN PARA SER un mal payaso no la busques aquí (¡ni la busques en ningún otro sitio, por favor!); más bien ponte abusado y atento para que nunca te falte ni inteligencia ni sentido del humor, ingredientes substanciales de las exageraciones que más me gustan y que más hacen falta, aquí y en China (que allá todos son lacios)…
ESTOY A PUNTO de presentarte un elenquito (breve porque no cabe más) de frases interrumpidas por un asterisco, mismas que podrás concluir recurriendo a tu memoria; en ellas descubrirás al Autor y te darás cuenta de sus bellísimas y profundas exageraciones, llenas de sabiduría y retadoras a más no poder; ojalá que te pueda servir como remanso en esta Cuaresma…
NADA MÁS NO te espantes y si no puedes completar tú sólo cada frase, pues pide ayuda; aquí están: Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja (), El que esté libre de pecado (), Si te dan en una mejilla (), Si tu ojo es ocasión de pecado (), Si alguien viene a mí y no me prefiere más que a su padre y a su madre, a su hijo o su hija, y a su propia vida (), Deja que los muertos (), Al que tenga se le dará, y al que no tiene (), No piensen que he venido a traer la paz (), Si tuvieras fe como un grano de mostaza (), Destruyan este templo (), Si alguien te pide el manto (), Han oído que se dijo “ojo por ojo”, pero yo les digo (), Yo les aseguro que hasta los cabellos de su cabeza (), Les aseguro que si éstos se callan, las piedras (), Que no sepa tu mano derecha (), Yo los envío como corderos en medio (), No está bien tomar el pan de la mesa para echárselo (), Les aseguro que esta pobre viuda dio más que (), Amen a sus (*)…
BIEN TE DAS cuenta lo buenamente exagerado que es el Autor de tales frases, y si las profundizas y meditas con serenidad lograrás seguir sacando luz y riqueza a manos llenas; que no sobre señalar la inteligencia y buen humor que hay detrás de cada expresión, que si no logras distinguir tales elementos, de plano no entenderás lo que se dice “nada de nada”…
TEN CUIDADO DE las exageraciones de merolicos, de desesperados, de malos comerciantes, de despechados, de chismosos y de políticos de pacotilla: analiza sus afirmaciones y te darás cuenta que en lugar de inteligencia están llenas de soberbia o tontería, y en lugar de buen humor tienen cinismo o desfachatez…
EN LA PASCUA diré alguna palabra sobre lo que entiendo por “buen humor”, no sea que estemos en diversa sintonía y entonces te pongas así de exagerado que hasta perdamos el cacumen; por ahora termino dejándote de tarea un pasaje bíblico (Jn 3,15) en donde encontrarás la más inteligente, generosa, bondadosa y perspicaz de las exageraciones, ¡y a las pruebas me remito!…