Desamor, ¿cómo ayudar a tu hijos ante una ruptura amorosa?
El noviazgo no debe ser un tabú en familia, se debe tratar con naturalidad, pues es clave para un buen Matrimonio.
El noviazgo es un paso muy importante en la adolescencia y la juventud. Muchos adolescentes sueñan con que su primer noviazgo sea con el amor de su vida; sin embargo, rara vez es así. Lo que es un hecho, es que el noviazgo puede ofrecer la posibilidad de encontrar a futuro una pareja sana, con frecuencia a través de procesos de amor y desamor.
De acuerdo con Maite Sainz Manero, psicoanalista y psicoterapeuta especializada en atención a niños, lo más importante es ayudar a que nuestros hijos construyan relaciones sanas, que vayan descubriendo lo que quieren y que pongan límites.
Para lograr esto, lo primero es que sepan identificar cómo es una relación basada en el amor, para que no se conformen con menos.
La especialista recomienda a los papás mostrarles ejemplos concretos. “Por ejemplo, si los padres se llevan bien, se puede reforzar con las hijas e hijos las partes importantes de una relación. Incluso, si alguno de los padres no está presente, es importante platicar con ellos de qué es lo que pasó en la relación, para que no repitan la historia”, comenta Sainz.
¿Qué hacer si les rompen el corazón?
Siempre existe la posibilidad de que una relación, especialmente en la adolescencia, no funcione. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Psicodebate de la Universidad de Palermo, Argentina, en 2004, sólo el 13% de las personas se casa con su primer amor.
A fin de preparar a los jóvenes para la posibilidad de un corazón roto, la especialista aconseja transmitirles el mensaje de que si una relación no funciona, es un aprendizaje que nos ayudará a que la siguiente mejore.
“Si a nuestro adolescente le rompen el corazón, lo peor que le podemos decir es: ‘te lo dije’, ‘¿por qué te metes en relaciones de ese estilo?’, o ‘Ya mejor dedícate a ti y no tengas pareja’”, advierte Sainz.
La recomendación de la especialista es entender y aceptar que los adolescentes viven un proceso de duelo y acompañarlos, siempre desde la empatía. “Decirles que los entendemos y abrazarlos. Hay que permitirles que experimenten el proceso de duelo y, en la medida que van saliendo, animarlos a no defraudarse”.