¿Cuál es el verdadero nombre de Dios: Yahvé o Jehová?
¿Existe una pronunciación correcta del nombre de Dios? Te explicamos.
El Tetragrama sagrado y el nombre de Dios
La palabra Revelación nos recuerda el acto por el cual Dios en su infinito amor se ha dado a conocer a los hombres, nos ha acompañado en nuestra historia y nos ha hablado sobre el sentido más profundo de su existencia y la nuestra.
En la sagrada Escritura encontramos un momento especial en que Dios envía a Moisés a hablar a los israelitas y presentarse con ellos para exponer su plan para rescatarlos de la opresión. Ante la duda de saber quién es el que envía a esta misión, Dios revela su nombre diciendo: “Yo soy el que soy” (Ex 3,14). Este nombre se identificó con el Tetragramatón Sagrado, compuesto por cuatro consonantes hebreas: YHWH. Pero este nombre era considerado tan sagrado por manifestar la majestad y divinidad de Dios que se evitó pronunciar. Por eso se empezó la costumbre sustituirlo por un nombre alternativo: “Adonay” que significa “Señor”.
Así debemos decir francamente que, con el pasar de miles de años nadie pueda asegurar cuál era la pronunciación correcta del Tetragramatón sagrado, con el tiempo se olvidó.
¿De dónde surgen los dos nombres de Yahvé y Jehová?
Ambos nombres han surgido de un intento por pronunciar el tetragramatón, hay que mencionar que en el hebreo antiguo no se colocaban las vocales y las palabras eran escritas solo con consonantes, de tal forma que la persona que leía la Escritura debía recordar la palabra por tradición o por memoria.
Según los estudiosos, la forma posiblemente más cercana al original del nombre de Dios es Yahvé. Y la palabra Jehová fue el resultado de unir inadecuadamente las consonantes del nombre de Dios, con las vocales de hebreas del término Adonay (Señor), intentando darle de esta manera una pronunciación.
Hoy en día debemos resaltar que la comunidad cristiana desde el siglo II no utilizó en ningún momento el nombre sagrado, de hecho, desde que utilizó la Biblia en su versión griega (Septuaginta) o latina (Vetus latina o la de San Jerónimo) encontró la palabra “Señor”. Incluso por eso hasta nuestros días son los protestantes quienes prefieren usar la palabra Jehová, más por distinción que por otra razón. Y los católicos hemos preferido el uso de la palabra Yahvé.
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