¿Quién es Anacleto González? El Patrono de los Laicos mexicanos
Conoce al beato Anacleto González, Patrono de los Laicos mexicanos y mártir de la Guerra Cristera.
El beato Anacleto González Flores es uno de los testimonios de fe, valentía y compromiso cristiano en la historia de México. Su vida —marcada por la pobreza, el trabajo humilde, el estudio, el liderazgo social y, finalmente, el martirio— refleja el corazón de un laico que buscó servir a Cristo en todo momento.
Anacleto fue un defensor incansable de la libertad religiosa, que se convirtió en una voz firme en tiempos de persecución y en un ejemplo para todos los fieles. Conoce aquí su historia, su misión y el camino que lo llevó a entregar su vida por amor a Dios y a su pueblo.
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¿Quién es Anacleto González Flores?
El beato Anacleto González Flores nació en Tepatitlán, Jalisco, el 13 de julio de 1888 en el seno de una familia de pocos recursos; fue hijo de Valentín González Sánchez, fabricante de rebosos y de María Flores Navarro. Anacleto tuvo once hermanos; era el segundo. Al día siguiente de su nacimiento fue lo bautizaron en la Parroquia de San Francisco, por el Padre Miguel Pérez Rubio. Gobernaba la Iglesia el Papa León XIII.
De joven, Anacelto ayudó a su padre en el telar y se dedicó a la música y con dos de sus 9 hermanos que tocaban en la banda del pueblo. En 1905 asistió a unos ejercicios espirituales y tres años después, ingresó al Seminario de San Juan de los Lagos con la idea de convertirse en apóstol seglar porque tenía vocación religiosa, pero no quería ser sacerdote.
En Guadalajara continuó sus estudios y en 1913, al lado de su amigo, el también beato Miguel Gómez Loza, representó a su pueblo (Tepatitlán) en la Convención del Partido Católico, celebrado en Guadalajara. Ese mismo año, ingresó a la Escuela Libre de Leyes; ejerció la jurisprudencia y tuvo facilidad para la oratoria. Un año después, influenciado por la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII, organizó sindicatos católicos e impulsó círculos de estudio para contrarrestar la ideología atea en la enseñanza oficial.
¿Qué pasó con Anacleto?
En julio de ese año, el General Álvaro Obregón tomó Guadalajara. El Seminario y otros edificios necesarios para la Iglesia los cerraron al punto de que muchos católicos, entre ellos él mismo, tuvieron que tomar partido favoreciendo a Francisco Villa.
En 1916 restableció el círculo estudiantil de la Gironda y creó un grupo de catequesis en el barrio del Santuario de Guadalupe. El 17 de julio, con la aprobación del Obispo Francisco Orozco y Jiménez, organizó la ACJM, Acción Católica de la Juventud Mexicana, desde la cual la Iglesia podía tener mayor presencia en la vida social.
A partir del 1° de julio de 1917, fundó y editó el Semanario católico La Palabra desde donde criticó todos los Artículos anticlericales de la Constitución de 1917, y a la débil respuesta de innumerables católicos. En febrero de 1922 terminó la carrera y se relacionó con autoridades católicas para convertirse en un líder social cristiano. Ejerció el periodismo con una visión cristiana.
En 1922 se casó con María Concepción Guerrero Figueroa; fue esposo modelo y padre responsable de sus dos hijos.
Vida política
A fines de 1922 fue coordinador en el Primer Congreso Nacional Obrero Católico que se celebró en Guadalajara, y también fue miembro de la Confederación Nacional Católica del Trabajo que en poco tiempo se extendió por todo el país.
Entabló gran amistad con el Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez quien fue su guía espiritual. Anacleto propuso a los católicos la resistencia pacífica a los ataques del Estado contra la Iglesia y la fe. Lo designaron Jefe del Partido de la Unión Popular, agrupación de la cual él fue uno de sus fundadores y que llegó a contar con miles de afiliados; también creó el Semanario “Gladium”, y trabajó en la organización de las brigadas femeninas “Santa Juana de Arco”.
A finales de 1926, luego de haber agotado todos los recursos legales y cívicos para evitar que el Estado cometiera más abusos contra la Iglesia, apoyó los proyectos de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, y fortaleció su espíritu con la oración y la comunión diaria.
Martirio de Anacleto González
Durante la Guerra Cristera, lo apresaron el 1º de abril de 1927; lo torturaron en el Cuartel Colorado para exigirle, entre otras cosa, que revelara el paradero del Arzobispo de Guadalajara.
A cada golpe de sus verdugos, él respondía con plena convicción de morir a causa de la defensa de la Iglesia y de una plena y abierta libertad de culto en México: “No lo sé, y si lo supiera, no lo diría”.
Los torturadores actuaban bajo las órdenes del General de división Jesús María Ferreira, Jefe de operaciones militares de Jalisco. En la tortura desarticularon sus extremidades, le levantaron las plantas de los pies y a golpes le desencajaron un brazo.
Antes de morir dijo al militar: “perdono a usted de corazón, muy pronto nos veremos ante el tribunal divino, el mismo juez que me va a juzgar, será su juez, entonces tendrá usted, en mí, un intercesor con Dios”. El general Ferreira ordenó que lo traspasaran con el filo de una bayoneta calada.
su esposa recibió su cadáver, en la tarde de aquél mismo día, quien dijo a su hijo mayor: “Ese es tu padre. Ha muerto por confesar la fe. Promete sobre ese cuerpo que tú harás lo mismo cuando seas grande, si así Dios lo quiere.” Al sepelio asistieron cientos de personas.
Sus restos los llevaron al Cementerio Municipal de Guadalajara, y en 1947 fueron trasladados al Santuario de Guadalupe, en Guadalajara.
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Anacleto González, uno de los 13 mártires cristeros
Anacleto encabezó la lista de 13 beatos que fueron elevados a los altares en Guadalajara, Jalisco, el 20 de Noviembre del 2005, en una ceremonia que presidió el Cardenal José Saraiva Martins, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, representante del Papa Benedicto XVI.
El hermano de Anacleto, Salomé González Flores, quien nació en Tepatitlán el 22 de octubre de 1904, también lo fusilaron el 13 de diciembre de 1927, en Guadalajara, por defender los derechos de la Iglesia.
En julio de 2019, el beato Anacleto González Flores lo nombraron patrono de los laicos mexicanos por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
8 datos para conocer mejor a Anacleto González
1. Ingenioso catequista
Para que los niños conocieran a Jesús, ponía en su ventana un viejo fonógrafo y tocaba alguna melodía. Cuando llegaban los niños atraídos por la música, les enseñaba el catecismo. Se iban felices.
2. Luchador pacifista
Nunca disparó una bala, pero no creía en luchar por la paz quedándose ‘en paz’, de brazos cruzados. Cuando comenzaron los decretos anticatólicos por parte del gobierno (más de 100 en un año), Anacleto encabezó protestas y organizó la resistencia pacífica.
Pensaba que, siendo los católicos mayoría en el país, bien organizados, su fuerza se haría sentir. Organizó boicots económicos, que en muchos casos lograron sus objetivos.
3. Estudioso brillante y perseverante
Voraz lector y alumno aplicado, cuando estudió en el seminario, si faltaba un profesor, Anacleto daba la clase. Le apodaron con cariño ‘el máistro Cleto’, pues enseñaba con erudición, pero con humildad.
Salió del seminario a estudiar leyes para ‘defender a Dios y a la Patria. Al fin de su carrera, el gobierno estableció que sólo reconocería títulos profesionales obtenidos en escuelas oficiales. Anacleto no desistió, sino que volvió a presentar todos los exámenes.
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4. Impulsor de jóvenes
Fundó en Guadalajara una filial de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana (ACJM) que promovía la piedad, el estudio y la acción, bajo el lema: ‘Por la Iglesia y la Patria’.
De ahí surgieron los líderes de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa, extendida en todo el país.
Su don de mando, coherencia y simpatía movieron a incontables jóvenes a seguirlo. Fundó grupos de estudio de apologética, periodismo, literatura, y sobre todo les daba formación espiritual. Los animaba a tener pasión y audacia en defender la fe.
5. Católico comprometido
De Comunión diaria, devoto Guadalupano, rezaba y enseñaba a rezar el Rosario. Fue condecorado por el Papa Pío XI con la cruz ‘Pro Ecclesia et Pontifice’ por su defensa del catolicismo.
6. Gran orador, escritor, editor
Sus discursos y textos denunciaban la acción de poderosos intereses anticatólicos y no sólo se comprometía, sino buscaba comprometer para combatirlos. Criticaba al ‘católico paralítico’ que no defiende su fe, al individualista, indiferente y aislado.
Era creativo, aprovechó los medios a su alcance. Creó varias publicaciones católicas, como ‘La Palabra’ y ‘Gaudium’, también escribió libros.
7. Padre de familia
Se casó y tuvo varios hijos. El suyo fue un ejemplo de hogar católico donde no se sentía un ambiente ‘santurrón’, sino que se vivía la fe de modo gozoso y natural, había una armonía de amor, alegría y devoción.
8. Mártir
Fue varias veces apresado por su fe. En la última lo torturaron y no sólo no delató a nadie, sino animó a sus compañeros a resistir la tortura con valor. Sus últimas palabras fueron: “Yo muero, pero Dios no muere. ¡Viva Cristo Rey!”
Anacleto González, patrono de los laicos
La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos aprobó que el mártir Anacleto González Flores como Patrono de los Laicos, e instruyó que el tercer fin de semana de noviembre, en la fiesta de Cristo Rey, se celebre el Día del Laico.
“En la alegría de la oración nos encomendamos al nuevo Patrono de los Laicos. Que el ejemplo de su entregado amor a Dios nos recuerde que el camino de la santidad es un martirio vivificante que sólo es posible gracias a la fuerza de Dios”, compartió la CEM en un comunicado.


