5 lecciones de fe del gran compositor Ennio Morricone
El compositor Ennio Morricone falleció este 6 de julio. Era un ferviente católico, que no comprendía su vida si no era junto a Jesús.
Este 6 de julio el admirado Ennio Morricone, uno de los compositores más importantes de la historia de la cinematografía, falleció en Roma a los 91 años.
Famoso por ser el creador de la música de películas como La Misión, El bueno, el malo y el feo, y Cinema Paradiso, entre muchas otras, Morricone era también un ferviente católico, que no comprendía su vida si no era junto a Jesús.
En una entrevista de 2015 con el portal católico italiano Credere.it, Ennio Morricone habló de su infancia, de su exitosa carrera y, por supuesto, de cómo Dios ha sido fundamental para él y su familia.
Aquí te mostramos, en pequeñas frases, 5 grandes lecciones de Morricone:
1. Un creyente es honesto, ama a Dios y al prójimo
“Un buen creyente es una persona honesta, desinteresada, respetuosa de Dios y del prójimo, y ama a los demás. La palabra amar puede parecer fuerte, sin embargo, es así. Esto es importante. En verdad pienso en el bien de los demás, en que mi forma de ser no cause el mal a otros”.
2. La importancia de la oración
“Rezo por una hora al día, pero también más. Es lo primero que hago. Incluso durante el día, por casualidad. Por la mañana me detengo frente al Cristo, y también en la noche. Espero que mis oraciones sean escuchadas”.
3. Sacrificarse por los demás
“En los últimos tiempos es necesario sacrificarse aún más: yo mismo a veces me sacrifico para ayudar a los desempleados, son muchas las preocupaciones que nos agobian. Con mi esposa, que es una persona buena y escrupulosa, hemos acostumbrado a nuestros hijos en este sentido de la generosidad. (…) Ama a los demás como te amas a ti mismo, este es para mí una forma normal de ser”.
4. La música está cerca de Dios
“La música es el único arte verdadero que realmente nos acerca al Padre Eterno y a la eternidad. Me lo digo a mí mismo, y a veces a mi esposa, que la música ya existía, ¡Toda! La música que se ha escrito y la que se escribirá. El compositor la toma y la tomará, según su edad, según el momento en que escribe y según la civilización y el estado de la investigación musical de su época. La música ya existe incluso si no está allí”.
5. Transmitir a Dios siempre
“Luciano Salce, director para quien hice varias películas, un día me llamó y me dijo: ‘Tengo que dejarte’. ¿Por qué? Éramos amigos, y seguimos siendo amigos hasta su muerte. ‘Porque yo hago películas cómicas y tú haces música espiritual, sagrada. Te tengo que dejar’. Este episodio me marcó mucho. Gracias a él empecé a pensar en ello. A veces, probablemente transmito lo sagrado incluso cuando no lo busco o pienso en ello”.
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