¿Quién es el médico de los pobres del que habla el Papa Francisco?

Conoce la historia y 10 datos importantes del médico de los pobres, el beato José Gregorio Hernández

José Gregorio (1864-1919) fue médico, filósofo, científico y filántropo, pero sobre todo un católico entregado a Dios y al prójimo. Era originario de Isnotú, en el estado andino de Trujillo, Venezuela.

Intentó ser monje y también ingresó al seminario, pero una enfermedad se lo impidió, por lo que vivió su vida como un laico ejemplar y Terciario Franciscano.

El llamado “Médico de los pobres” trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de fiebre española. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia a comprar medicinas para una anciana, fue atropellado por un coche y llevado al hospital, donde recibió la Unción de los Enfermos. Murió diciendo estas palabras: “¡Oh, Virgen Santa!”. ¿Quieres conocer más de él? Aquí te compartimos algunos datos interesantes.

10 datos curiosos sobre el llamado médico de los pobres, el beato José Gregorio Hernández:

1. Aunque en un principio tenía la intención de estudiar derecho, José Gregorio Hernández se decidió por la medicina por recomendación de su padre y, desde el principio abrazó esa carrera como una verdadera vocación.

2. Estudió medicina en la Universidad Central de Venezuela, y en 1889 se fue a vivir a Francia donde se formó con los grandes maestros de la época, como Charles Robert Richet e Isidor Strauss Mathias Duval. Después viajó a Berlín donde se especializó en bacteriología e histología.

3. El doctor Hernández era políglota. Hablaba francés, portugués, inglés, alemán, italiano y latín; y tenía conocimientos de hebreo.

4. De acuerdo con la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, el doctor Gregorio Hernández fue un gran impulsor de la renovación y el progreso de la ciencia venezolana. Perfeccionó el uso del microscopio y fundó el Instituto de Medicina Experimental, el Laboratorio del Hospital Vargas y varias cátedras de Medicina, entre ellas, Histología Normal y Patológica; Fisiología Experimental y Bacteriología.

5. En 1904 ingresó como Individuo de Número a la Academia Nacional de Medicina como uno de sus Fundadores, Sillón XXVIII.

6. En 1909, cuando ya era un médico y científico con amplio reconocimiento nacional, decidió abrazar la vida religiosa e ingresó a la Orden de San Bruno en la Cartuja de Farneta, Italia, pero en menos de un año cayó enfermo y el superior dispuso su vuelta a Venezuela para su recuperación. Más tarde ingresó al Colegio Pío Latinoamericano de Roma para formarse como sacerdote, pero nuevamente la enfermedad se lo impidió.

7. Fue el estudiante más destacado de su generación, y durante casi 30 se desempeñó como profesor de la Universidad Central de Venezuela, su alma mater.

8. Fue un asiduo aficionado a la música, el baile, la pintura y la literatura. Escribió varios textos no relacionados con la ciencia, como “En un vagón”, “Visión del Arte” y “Los Maitines”, este último sobre la Cartuja.

9. A la par de su labor científica y como profesor, el doctor Gregorio Hernández ejerció la medicina de forma privada y tuvo su consultorio en su casa, donde muchos de sus pacientes eran hombres y mujeres necesitados a quienes no cobraba un centavo.

10. En una Carta Apostólica, firmada por el Papa Francisco, se fijó como fecha para celebración litúrgica de José Gregorio Hernández el 26 de octubre de cada año, que coincide con la fecha de su nacimiento en la que tradicionalmente los venezolanos lo celebran.

El ahora beato Gregorio Hernández murió atropellado mientras se dirigía a atender médicamente a una persona pobre.

Reliquias del beato en México

El cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas, trajo a México una reliquia del ‘médico de los pobres‘, el beato José Gregorio Hernández, quien supo compaginar su exitosa carrera de doctor con una vida de entrega a los más necesitados. Fue beatificado apenas hace dos años, el 30 de abril de 2021.

La reliquia estuvo expuesta para su veneración el martes 18 de abril, en la Parroquia de Nuestra Señora de Covadonga, en Lomas de Chapultepec, Ciudad de México. Fue traída a México a petición de la comunidad venezolana en el país y de los hermanos migrantes que se encuentran varados en tierras aztecas esperando llegar a los Estados Unidos.

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