Restauremos la humanidad de los migrantes, pide el Papa Francisco
El Pontífice presidió la Misa con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
El Papa Francisco presidió este domingo la Misa por la 105 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se realizó en la plaza de San Pedro. Ahí el Pontífice aseguró que la “preocupación amorosa por los menos favorecidos” es un rasgo distintivo de Dios, lo que él espera de la humanidad, por eso “debemos prestar especial atención” a los migrantes y a otras víctimas de la cultura del descarte como las viudas y los huérfanos.
“El Señor nos pide que pongamos en práctica la caridad hacia ellos; nos pide que restauremos su humanidad, a la vez que la nuestra, sin excluir a nadie, sin dejar a nadie afuera”.
En su homilía aseguró que este mundo es cada vez más cruel y elitista con los excluidos y criticó a los países en vías de desarrollo que siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados.
“Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no quieren hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan, quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las ‘migajas’ del banquete”.
Citando el evangelio de hoy, que habla sobre el rico y Lázaro el pobre aseguró que al final “también nosotros corremos el riesgo de convertirnos en ese hombre rico del que nos habla el Evangelio”, que no se preocupa por el pobre Lázaro, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico (Lc 16,20-21).
“Demasiado ocupado en comprarse vestidos elegantes y organizar banquetes espléndidos, el rico de la parábola no advierte el sufrimiento de Lázaro. Y también nosotros, demasiado concentrados en preservar nuestro bienestar, corremos el riesgo de no ver al hermano y a la hermana en dificultad”.
Amar al prójimo como a uno mismo es un santo mandamiento que Dios dio a su pueblo, añadió el Santo Padre. Y es un mandamiento que el Padre “selló con la sangre de su Hijo Jesús, para que sea fuente de bendición para toda la humanidad”. Pues la familia humana son todos hermanos, hijos del único Padre, aseguró, es el plan original del Padre revelado en Jesucristo.
Lee: ¿El pecado de los ricos es tener dinero?
Inaugura estatua
Al término de la Misa, el Pontífice inauguró la estatua Angels Unawares, obra del escultor Timothy Schmalz, inspirada en las palabras de la Carta a los Hebreos: “No se olviden de practicar la hospitalidad, ya que gracias a ella, algunos, sin saberlo, hospedaron a los ángeles”.
Es una escultura de bronce de tamaño natural que representa a un grupo de migrantes y refugiados de diferentes orígenes culturales y raciales y de diversos períodos históricos. Ellos están juntos, hombro con hombro, acurrucados en una balsa. Dentro de esta diversa multitud de personas, las alas de un ángel emergen del centro, sugiriendo la presencia de lo sagrado entre ellos.
“Esta escultura de bronce y arcilla representa a un grupo de migrantes de varias culturas y diferentes períodos históricos. Quería esta obra de arte aquí en la Plaza de San Pedro para que recordara a todos el desafío evangélico de la acogida”, dijo el Pontífice.
Información de Griselda Mutual, Vatican News