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¿Es seguro llevar ayuda a Acapulco? Esto dice el Obispo de Chilpancingo

El obispo de Chilpancingo, José de Jesús González, explica qué tan real son los rumores de los saqueos, rapiña y politización de la ayuda a Acapulco.

3 noviembre, 2023
¿Es seguro llevar ayuda a Acapulco? Esto dice el Obispo de Chilpancingo
Cómo llevar ayuda segura a los damnificados de Acapulco

Si hay una entidad que conoce bien cómo está fluyendo la ayuda hacia Acapulco tras la destrucción causada por el huracán Otis, es la Diócesis de Chilpancingo, que sigue siendo un importante centro de operaciones para hacer llegar la ayuda humanitaria a los municipios guerrerenses devastados.

En entrevista para Desde la fe, el obispo José de Jesús González habla de cómo fue que esa Iglesia particular se convirtió en un importante brazo operador de Cáritas Mexicana para llevar a cabo de manera eficaz la ayuda a los damnificados, al tiempo que desmiente los rumores de la inseguridad en las carreteras para quienes buscan ayudar en la tragedia.

Una brisa para Chilpancingo; un huracán para Acapulco

La Diócesis de Chilpancingo se encuentra a 105 kilómetros de distancia del puerto de Acapulco, donde el pasado 25 de octubre el huracán Otis tocó tierra con una fuerza devastadora que provocó la muerte de más de 40 personas, decenas de desaparecidos e incontables daños materiales.

Al municipio de Chilpancingo -de acuerdo con el obispo José de Jesús González-, debido a la cordillera que lo rodea, sólo llegaron algunas ráfagas de viento con agua, que incluso ayudaron a las cosechas en un momento de sequía, pero desconocían lo que estaba pasando en Acapulco.

Aquel día, el obispo se encontraba en la sierra y había perdido el internet. Fue hasta que bajó a la ciudad, el jueves 26, cuando se enteró de los estragos que había provocado Otis. Después recibió una llamada de Cáritas Mexicana explicándole que no tenían comunicación con el arzobispo de Acapulco, Mons. Leopoldo González, y que requerían urgentemente el apoyo de la Diócesis de Chilpancingo para comenzar a enviar ayuda.

Una avanzada de sacerdotes de Chilpancingo partió el viernes 27 a Acapulco para informarle al obispo cuál era la situación: “El informe que me dieron me dolió mucho. La situación era muy grave. No habíamos visto algo así en Acapulco”, lamenta Mons. José González.

Una brecha de esperanza en medio de los escombros

A partir de ahí se estableció una estrategia: canalizar, a través de camionetas, la ayuda de Chilpancingo y la que llegara a Chilpancingo, pues era imposible la entrada de los tráileres al puerto.

“El Ejército había podido abrir un pequeño carril en medio de los escombros para que pudieran entrar los coches. Y así empezamos a operar”, explica.

Fue a través de camionetas que comenzó a llegar al ayuda para los damnificados de Acapulco, de manera particular, a los centros de acopio que abrieron las parroquias del puerto.

Las camionetas que salían de Chilpancingo iban en caravana y eran escoltadas por la Guardia Nacional. Además -explica monseñor González- los sacerdotes que la llevaban iban revestidos como tales, pues para entonces estaban fuertes los rumores de la inseguridad en las carreteras.

La ayuda fluye cada vez más rápido hacia Acapulco

Desde la fe (DLF): ¿Han tenido algún problema para entregar la ayuda?

Mons. José de Jesús González (M.JJG): Toda la ayuda está llegando bien a Cáritas Acapulco. Pero si en el camino vemos alguna comunidad necesitada, se le brinda el apoyo para que no tengan que esperar a que llegue la Cáritas. Todo ha ido avanzando. Gracias a Dios poco a poco se han abierto más camino y hay más comunicación; creo que la ayuda va a fluir más rápido para llegar a poblaciones a las que todavía no ha sido fácil acceder; por ejemplo, a los municipios de la Costa Grande y de la Costa Chica, que también fueron devastados. Hay algunas poblaciones donde los ríos se desbordaron y el agua inundó las viviendas, aunque ciertamente, de lo que más conocemos es de Acapulco.

Ahorita es importante enviar alimento, agua y colchonetas; eso es lo primero que se pide, porque después vendrá el tema de la salud a causa de las infecciones por los drenajes destruidos, que provocó la contaminación del agua, el dengue, etc., por la falta de higiene. Y después de eso vendrá la reconstrucción. ¿Cómo vamos a ayudarles? Y para todas estas etapas, la Iglesia se está preparando. Pero todo a su tiempo.

¿Es seguro llevar ayuda a Acapulco?

Desde la fe (DLF): Monseñor, ¿qué le dice a la gente que quiere ir en vehículos particulares a entregar su ayuda?

Mons. José de Jesús González (M.JJG): Si bien hay organizaciones como Cáritas Mexicana a la que pueden entregar su ayuda para que ésta llegue sin ningún problema a los damnificados, cualquiera puede hacerlo de manera personal y segura. Lo que tenemos que hacer es recuperar la cultura de la confianza. Incluso, hay Cáritas diocesanas que mandan su gente para comprobar que la ayuda llegue a quien lo necesita. Otras Cáritas sólo piden fotografías de que la ayuda llegó bien. Por lo pronto, mientras no exista esa cultura de la confianza, pues que manden a una o dos personas con el cargamento para ir ganándola. En este sentido, Cáritas Mexicana ya lleva camino ganado. Es una organización de nuestra Iglesia, muy confiable.

Lo importante es que llegue la ayuda

Desde la fe (DLF): Monseñor, ¿percibe politización en la ayuda?

Mons. José de Jesús González (M.JJG): Yo sinceramente no tengo ojos para ver si alguien está haciendo campaña, si están politizando o condicionando la ayuda, si están saludando con sombrero ajeno. Y no tengo ojos para ver eso porque tenemos muchas otras cosas que ver, porque tenemos mucho quehacer nosotros. Ni siquiera conviene perder el tiempo en eso. Esto no quiere decir que, si nos llegara a suceder, no lo diríamos. Claro que lo denunciaríamos. Ahorita lo importante es hacer entender a la gente que nos necesitamos todos, que debemos confiar en el prójimo. Nosotros hemos visto que el Ejército está trabajando. Y si hay políticos que están haciendo campaña o tomándose la foto con esto, pues que entiendan que deben ayudar porque la necesidad es urgente. Lo importante es que la ayuda llegue a quien lo necesita porque estamos en una emergencia.



Autor

Estudié Ciencias de la Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, de la Universidad Autónoma de México. Desde 2003 soy Editor General de la revista Desde la fe, órgano de formación e información de la Arquidiócesis Primada de México. Me he especializado en la fuente religiosa a través de cursos y diplomados. La tesis de licenciatura es "Exorcismos en el siglo XXI, ¿mito o realidad".