Inician el rescate de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles

El sismo de septiembre de 2017 dejó graves daños en la Parroquia de Nuestra Señora Los Ángeles, entre las que destaca el derrumbe de su cúpula principal y diversas grietas y un gran boquete en su nave principal, además de afectaciones en algunas columnas.

Luego de cinco años de que se presentara ese fenómeno natural, iniciaron de manera parcial los trabajos de remodelación de algunos espacios de esta construcción que data de finales del siglo XVIII, declarada monumento histórico.

En este momento, informó el padre Adrián Israel Vázquez Velázquez, en la Iglesia ubicada en la colonia Guerrero se están realizando tres obras distintas en el proceso: la restauración de la sacristía de la parroquia, la restauración de dos pinturas y la reparación del vitral de los Querubines.

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Restauran la Sacristía

La cúpula del camarín o sacristía de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles presentaba fisuras y se metía el agua a través de ellas, lo que con el tiempo iba a detonar en un daño estructural mayor. Si bien el daño no era grave, era necesario realizar estos trabajos de remodelación.

De la misma manera, el personal de la Coordinación de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia se encargó de mejorar las bajadas pluviales que se tenían en la azotea, ya que las que existían no cumplían ya con las condiciones necesarias para desalojar el agua de lluvia, en especial porque debido al sismo se habían desprendido de su sitio.

“La primera de las obras es la restauración de la sacristía y con esta primera etapa de intervención se busca ir liberando espacios. Renovando los espacios de la parroquia ya se podría hacer una capilla provisional en la sacristía y tener la Eucaristía ahí y así la gente ya se sentiría más dentro del templo”, comentó el sacerdote.

Protegen las pinturas del presbiterio

Otro de los trabajos que se están llevando a cabo en la parroquia, indicó el padre Vázquez Velázquez, es la restauración de las dos pinturas murales que están cerca del presbiterio y que corresponden a la Presentación del Señor y al Anuncio del Ángel a la Virgen María.

Ambas pinturas, elaboras por el Padre Jesuita Gonzalo Carrasco a principios del Siglo XX, mostraban grietas que se generaron por el temblor, así como por la humedad que empezó a filtrarse a través de ellas, que generó salitre, y que ocasionaron desprendimientos en algunas zonas.

Fotos: Miguel Ávila

La labor que realizan cuatro personas de la empresa contratada por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia, indicó el sacerdote, no es una consolidación integral, sino solamente preventiva para seguir evitando su deterioro.

“Solo se buscan acciones de conservación para mantener fija toda la parte de la capa pictórica, que la lectura iconográfica no se vea más afectada y evitar mayor deterioro y pérdida de esta obra realizada por medio de la técnica del óleo”, explicó la encargada del proyecto, Patricia Ruiz.

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Reparan el Vitral de los Querubines

El tercero de los trabajos que se están llevando en esta primera etapa de reconstrucción y rehabilitación de algunos espacios de la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, es la reparación de uno de los vitrales ubicado en la cúpula de esta iglesia y que fue dañado por la intensidad del sismo de 2017.

El Padre Adrián Israel señaló que los trabajos de restauración del vitral de Los Querubines, que data de principios del Siglo XX, fueron financiados en su totalidad por la Fundación Gerda Henkel, empresa alemana que se encargó de hacer originalmente dicho trabajo en 1917, aproximadamente.

La presencia de un maestro alemán que se encargará de dicho proyecto, dio pie a que se ofreciera un Curso de reparación de vitrales convocado por la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, para capacitar a expertos mexicanos, quienes vieron paso a paso el proceso de restauración de dicha pieza histórica, y que se llevó a cabo del 17 al 28 de octubre.}

“Estos son los tres contratos que están en proceso en la parroquia. Quisiéramos que se hiciera el de la cúpula mayor, pera es un buen avance con todo el tiempo y las dificultades presentes. Pero esto también significa el avivamiento de la esperanza y de la fe de la comunidad parroquial”, concluyó el Padre.