Iglesia de México da su palabra de no abandonar a los damnificados de Acapulco
La iglesia en México prometió que las parroquias mantendrán el apoyo a los damnificados por el paso del huracán Otis en Acapulco.
La Iglesia en México, representada por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) anunció que, a través de las iglesias locales, mantendrán el apoyo que se está otorgando a los miles de damnificados por el paso del huracán Otis en el puerto de Acapulco.
Al dar a conocer su Mensaje al Pueblo de Dios, en el marco de la CXV Asamblea Plenaria, los Obispos de México señalaron que “su mirada pastoral se dirige primeramente a los hermanos y hermanas que están sufriendo las consecuencias del huracán Otis”.
“No podemos medir el sufrimiento de tantas personas que perdieron algún ser querido, su casa, su trabajo y sobre todo los que enfrentarán un período largo de reconstrucción. Les manifestamos nuestra cercanía con la ayuda solidaria que nuestras Iglesias locales de México seguirán haciéndoles llegar y exhortamos a todos a continuar colaborando para esta causa”, aseguraron.
Pide Iglesia en México impulsar acciones para el cuidado del medio ambiente
En este tenor, la CEM interpretó la catástrofe que provocó el huracán Otis en Acapulco y que dejó un gran número de damnificados, como un “signo de los tiempos” y como un reclamo de la naturaleza que sigue sufriendo inestabilidad y cambios drásticos en el orden creado, por el descuido y la indolencia de quienes habitamos la casa común.
De la misma manera, señalaron que la naturaleza no nos pertenece, sino que somos parte de ella, que es creación de Dios, y coincidieron con el Papa Francisco de que las causas humanas de la crisis climática global, “por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, están ahí, cada vez más patentes”.
“Además, son los más pobres los que siguen pagando las consecuencias. Invitamos a todos a asumir la responsabilidad del cuidado de la naturaleza, cada quien desde su ámbito de influencia, para lograr compromisos y respuestas globales más eficaces”, indicaron.
La violencia en México crece de manera exponencial: Iglesia
En el Mensaje al Pueblo de Dios, los obispos de México advirtieron que las comunidades del país siguen padeciendo la inseguridad y que la violencia está creciendo de manera exponencial en muchas zonas.
“Y no se trata solo de estadísticas, sino de rostros y corazones de personas concretas que sufren las consecuencias de la violencia extrema, de la impunidad, de la desaparición de sus seres queridos, del cobro de piso, de la migración forzada y de las estrategias de seguridad fallidas”, aseguraron los representantes de la Iglesia.
Así, indicaron, el reciente Diálogo Nacional por la Paz, realizado en Puebla, nos da luces para la reflexión y la acción, por lo que debemos seguir buscando caminos operativos para construir una cultura de la paz que nos lleven a la reconciliación y a la pacificación tan anheladas.
MENSAJE AL PUEBLO DE DIOS
— CEM (@IglesiaMexico) November 16, 2023
Reunidos en la CXV Asamblea Plenaria, los Obispos de México nos dirigimos al Pueblo de Dios que peregrina en estas tierras, bajo la mirada maternal de Santa María de Guadalupe.
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El camino sinodal fundamental para superar los retos
Los obispos de México indicaron que aunque hay temores hacia lo inexplorado o a abrirse al diálogo sobre temas complejos dando voz a todo el Pueblo de Dios, es fundamental confiar en el Espíritu Santo que guía a la Iglesia, que da armonía entre la diversidad y que será el faro que nos oriente en el camino sinodal.
“Es en la aceptación mutua, la escucha, el diálogo, el silencio, el discernimiento y la acción participativa que podremos dar más espacio al Espíritu y enfrentar los retos de nuestra Iglesia en México y los desafíos globales a los que hemos hecho referencia”, asevera el documento.
Así, concluye el mensaje, “la solidaridad y el cuidado de la casa común, el diálogo y la construcción de paz son algunas acciones que tienen el potencial de convertirse en ejercicios sinodales, pues nos convocan a caminar juntos buscando la voluntad de Dios, reconociendo que ‘todo está conectado’ y que ‘nadie se salva solo’”.