El último adiós a Fátima, entre la indignación y la esperanza
Cientos de personas despidieron a la pequeña de 7 años, cuyo asesinato consternó a México.
Los gritos airados para exigir justicia callaron, aunque sólo por unos minutos, mientras se celebraba la Misa de exequias fuera de lo que era la casa de Fátima Cecilia en la colonia San Sebastián Tulyehualco, alcaldía de Xochimilco, Ciudad de México.
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Un centenar de personas, entre familiares, amigos y vecinos, se reunieron la tarde de este martes 18 de febrero para despedir a la pequeña de 7 años, cuyo cuerpo sin vida -con huellas de violación y tortura- fue encontrado dentro de una bolsa de basura este domingo en las inmediaciones de la alcaldía de Tláhuac.
Al tiempo que recorría las redes sociales el retrato hablado de la mujer que la plagió la tarde del 11 de febrero fuera de su escuela, el vicario de la Diócesis de Xochimilco, el padre Carlos Becerril, junto con el obispo Andrés Vargas Peña y otros sacerdotes de Tulyehualco celebraba la Misa de cuerpo presente.
Entre flores, veladoras, fotografías de Fátima y lágrimas, los asistentes participaron respetuosamente en la Eucaristía, dejando de lado por un momento los carteles con reclamos de justicia: “¡Ya basta!”, “Justicia para Fátima”, “Tulyehualco, pueblo feminicida” y “Todos somos Fátima”.
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Durante la celebración, el padre Carlos Becerril habló de la corresponsabilidad en el cuidado de los niños y de la importancia de crear una red de protección entre los familiares y vecinos para cuidarse unos a otros.
En entrevista para Desde la fe, el padre Juan García Parra, párroco de la comunidad, explicó que en momentos tan dolorosos, lo que busca la Iglesia con su presencia es generar esperanza en la promesa de la resurrección, sobre todo cuando se trataba de una pequeña inocente.
“Como párroco, esta situación me ha hecho reflexionar en los problemas que sufren las familias de la zona, y sobre todo, en el alejamiento de fe, en el alejamiento de Dios. Muchos de los niños de la comunidad, por ejemplo, ni siquiera están bautizados”.
El sacerdote dijo experimentar en este momento un fuerte sentimiento de dolor, pero sobre todo de tristeza, pues Fátima era una niña inocente.
El padre García explicó que la Iglesia continuará acompañando a la comunidad, y por lo pronto se le ha ofrecido a la familia de Fátima el apoyo para la organización del novenario y la Misa. “Eso es lo que nos toca, lo que es la fe. En eso estamos al pendiente y los acompañaremos de esa manera”.