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Sacerdote comparte en redes que tiene cáncer y da una cátedra de fe

El padre Andrés Esteban López compartió en su cuenta de Facebook la noticia, junto con una carta que es una verdadera cátedra de fe.

30 agosto, 2023
Sacerdote comparte en redes que tiene cáncer y da una cátedra de fe
Padre Andrés Esteban López, sacerdote exorcista de la Arquidiócesis de México

Muchas personas, al enterarse que tienen cáncer o padecen de alguna grave enfermedad, se deprimen y comienzan a buscar culpables de lo que están sufriendo. No pocas veces, el culpable es Dios, con quien se enemistan casi de forma inmediata. Pero no es el caso de este sacerdote exorcista.

Y es que la fe permite ver las cosas desde otra óptica, con un enfoque que, para quienes no la tienen, es incomprensible, incluso, desconcertante.

Fue por ello que el mensaje que compartió el P. Andrés Esteban López, sacerdote de la Arquidiócesis de México, tras enterarse que tenía un pequeño tumor cancerígeno, llamó mucho la atención en las redes sociales.

El sacerdote, miembro del Colegio de Exorcistas de México, lejos de reprochar a Dios por sufrir esa enfermedad, escribió una carta que es una verdadera cátedra de fe.

A continuación publicamos la carta íntegra.

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Carta del P. Andrés Esteban López:

Siempre he disfrutado del sol. Me gusta subir las montañas y mirar el sol. A veces me acuesto en la cumbre de una montaña, y veo como pasan las nubes dejándome ver los resplandores del cielo. El sol ha cautivado mis ojos. Pero también ha dañado mi carne.

Tal vez detrás de este suceso se esconda un misterio. Mi alma ha buscado la luz y ha querido subir por los caminos más altos del espíritu; sin embargo, algo en mi carne nunca ha estado a la altura de la santidad de Dios. Esa es la verdad: Dios es Santo.

La exposición continua a los resplandores eternos de la pureza de la Santa Trinidad, hacen brotar una verdad arraigada en mi alma.

Mirar la luz quema, mata y destruye todo lo que se ha desconfigurado en el corazón impuro. Tal vez sea necesario para pasar de las tinieblas a la luz, para ser verdadero hijo de la luz, ser acrisolado por el fuego.

No lo sé, sólo sé que todo me habla de Dios. El descubrir de una manera accidental que había un cáncer en mi piel, me ha hecho pensar todas estas cosas. El tumor es pequeño y descubierto muy a tiempo. Se trata de un CBC en el parpado derecho.

Pareciera mentira, pero no lo es: el cáncer fue descubierto en un día de ayuno y oración. Para mí fue muy significativo. La palabra de Dios era clara. El Señor me decía con dulzura:

“Andrés, permanece en actitud orante, en camino de conversión, en ayuno y oración, y yo sanaré tu carne, yo reconfiguraré tu corazón, yo arrancaré lo que está enfermo en ti, aun todo aquello que ni siquiera te has dado cuenta que está dañado.”

Tal vez sea algo que pase pronto, tal vez sea algo que me acompañará durante mi vida. No lo puedo saber. Lo que si sé es que tendré que cubrir mi carne del sol con más cuidado del que siempre lo he hecho, y permanecer vigilante. También sé que hay que quitar el tejido maligno.

Ojalá el Señor, en su misericordia, quite también toda enfermedad de mi alma y me haga digno de Su rostro junto con todos los que lo buscan.

Algo de esta realidad me recuerda también a Moisés. Sé que no puedo dejar de mirar la luz, especialmente ese esplendor que brota del calvario y del trono de mi Rey: la Santa Cruz.

Allí, bajo esas dulces claridades, siempre pasará la muerte y vendrá la vida nueva. Y también sé que algo de ese monte se quedará en mi rostro.

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