Es arquitecto, pero encontró su vocación en componer música religiosa
Mario Andreé Tapia Flores es arquitecto, pero tiene una vocación paralela: la composición de música religiosa.
El arquitecto Mario Andreé Tapia Flores es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con mención honorífica, pero tiene una vocación paralela: la composición de música religiosa.
Andreé ha compuesto más de 60 canciones, de las cuales, unas 40 son religiosas, y destacan piezas como ‘Alégrate María’, ‘Quisiera ser’ y ‘Cristo es el camino’, que se interpretan constantemente en distintas iglesias.
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El empezó muy joven a componer de manera lírica; luego estudió guitarra clásica y formó parte del grupo musical del compositor e intérprete yucateco Guadalupe Trigo y de su esposa Viola Trigo, de modo que se profesionalizó en el medio artístico, además de que los acompañó en diversas giras por el país y el extranjero. También entabló amistad con Martín Valverde, famoso intérprete de música religiosa, internacionalmente conocido y con Eduardo Ortín Tirado Kelly, con quien fundó el grupo Alabanzas.
Su afición por la música inició en el coro de la Iglesia de San Lucas, en Coyoacán, a los 14 años de edad, y luego en San José del Altillo que atienden los Misioneros del Espíritu Santo, donde se le encargó el Ministerio de la música, y ha formado parte de varios grupos musicales religiosos, entre ellos: Alabanzas y Cantar de los Cantares, con quienes hizo algunas grabaciones, entre ellos, La paz es posible. Su carrera ha estado muy ligada al Movimiento de Renovación Carismática del Espíritu Santo, y ha formado parte de distintos grupos.
Su carrera musical la tuvo que interrumpir en 1999 pues se fue a trabajar como arquitecto a Cuernavaca, Morelos, a Caminos y Puentes Federales, donde se dedicó al diseño y construcción de casetas y todo lo relacionado con las carreteras, lo que lo absorbió durante 18 años.
Además, es padre de cuatro hijos y también tuvo que concentrarse en su educación y la atención de su familia.
Para él ha sido una gran satisfacción el asistir a Misa en distintos templos y escuchar las piezas que ha compuesto, e incluso, algunas de ellas están en YouTube, y guarda con cariño varias anécdotas sobre cómo la música ha ayudado a la evangelización y motiva, sobre todo a los jóvenes.
“Cuando yo doy estoy recibiendo, y esto es muy importante porque cuando alguien escucha mi música, también estoy recibiendo la satisfacción de servir a Dios”, comenta.
Ahora que dispone de más tiempo libre, ha vuelto a la música y tiene el proyecto de grabar y dar a conocer todo su repertorio, así como incrementarlo con nuevas obras, porque como él dice, Dios le pedirá cuentas sobre los dones que ha recibido. Él piensa como San Agustín en el sentido de que quien canta ora dos veces.