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Ellos son los nuevos diáconos transitorios de la Arquidiócesis de México

Ellos son los nuevos diáconos transitorios de la Arquidiócesis de México
Los nuevos diáconos transitorios de la Arquidiócesis de México serán ordenados este martes 2 de agosto.

Este 4 de agosto de 2020, en la Basílica de Guadalupe, fueron ordenados 5 nuevos diáconos transitorios para la Arquidiócesis Primada de México.

Estos jóvenes pasarán aproximadamente un año de servicio a la caridad y oración, en su camino vocacional rumbo al sacerdocio. Conoce más de ellos, sus historias vocacionales y sus aspiraciones como diáconos.

Pablo Tomás Patrito

Pablo Tomás Patrito es un joven de 28 años, miembro de los Cruzados de Cristo Rey, que se describe a sí mismo alegre, estudioso y un poco inquieto. Como futuro diácono, Pablo está muy consciente de que sólo una persona que escucha a Dios, es capaz de anunciar su Palabra a los demás, por ello desea ejercer su ministerio en oración, y al servicio de la caridad.

Lee: Las nuevas ordenaciones sacerdotales y diaconales serán en agosto

“Quien tiene su oído afinado a Dios y quien tiene su Palabra en la boca, está preparado como tierra fértil para tener la semilla del encuentro con el prójimo. Es decir, sólo un corazón verdaderamente cercano a Dios tiene la disponibilidad de estar orientado a las necesidades del prójimo”, expresa en entrevista con Desde la fe.

Pablo Tomás Patritio, CCR

Pablo Tomás Patrito, CCR

Pablo ha visto esto muy de cerca, pues los últimos meses, tuvo la experiencia de convivir con los padres Roberto Funes y Andrés Esteban López, que durante la pandemia por coronavirus, se han desempeñado como capellanes COVID, llevando consuelo y atención espiritual a los enfermos y personal médico en distintos hospitales.

Leer: Capellanes COVID-19: Sacerdotes que llevan esperanza a hospitales

“Ellos han sido un ejemplo impresionante de cómo una vida verdaderamente entregada a la oración se transforma en una sensibilidad hacia el prójimo; es parte de lo que el Papa Francisco ha insistido: no tener miedo al encuentro, no tener miedo a la enfermedad. La nueva llaga del prójimo se llama COVID-19. No debemos de tener miedo de tocar esa llaga y, por amor a Dios, salir al encuentro”, expresa.

Padre Roberto Funes, Capellán COVID-19 de la Arquidiócesis de México.

Padre Roberto Funes, Capellán COVID-19 de la Arquidiócesis de México.

En palabras de Pablo, el diácono está llamado a ser, de modo especial, testigo de la alegría del Evangelio. Para lograrlo, su primera herramienta es la oración.

“Cuando el diácono se incorpora al estado clerical, su oración personal se convierte en oración por la Iglesia. Y no importa qué tan solo o tan acompañado esté, cada oración repercute para bien de todos”, dijo Pablo Tomás.

Al hablar de lo que espera lograr como diácono, Pablo asegura que es la entrega a la oración y a la caridad. 

“El mayor reto va a ser no tener miedo, pero también creo que en esa entrega va a haber mucha alegría. Y a eso voy, con mucha expectativa. ¡Ya quiero que empiece!”

Bernardo Valle Rodríguez

Fue al interior de una familia profundamente católica donde Bernardo Valle entendió que no era extraño entragarle la vida a Dios. El diácono asegura que las Misas dominicales, el rezo diario del Rosario y la enorme fe de su familia volvieron su corazón tierra fértil para escuchar Su llamada.

“Empecé a sentir inquietud vocacional desde muy pequeño. Quizá a los 7 años, 8 años ya empezaba a decir que quería ser sacerdote, aunque no tenía ni idea de lo que significaba. Y ya fue más en la adolescencia, de 16 o 17 años, que maduró la opción vocacional. En un retiro, enfrente del Santísimo, fue donde percibí con más claridad que Dios me estaba llamando”, cuenta a Desde la fe.

Bernardo Valle Rodríguez, CCR

Bernardo Valle Rodríguez, CCR

Bernardo está convencido de que los 10 años de estudio rumbo al sacerdocio —en concreto la filosofía y la teología— proporcionan herramientas que permiten entender al ser humano en su anhelo de Dios para, posteriormente, darle una respuesta que lo acerque a Él.

“A pesar de los cambios que hay alrededor —sean tecnológicos, políticos, sanitarios como los que estamos viviendo (con la pandemia de COVID-19)—, la persona sigue teniendo las mismas necesidades e intenta cumplirlas de diferente manera. Intenta refugiarse en la tecnología y al final se da cuenta que no es la respuesta correcta, porque no le llena el corazón”, considera.

Para dar respuesta a ese anhelo humano, los sacerdotes están obligados a ‘configurar’ su corazón para hacerlo más parecido al de Jesús y esto sólo es posible si ellos conocen bien a Cristo a través de su Palabra y enseñanzas.

Cristo es el único que puede llenar el corazón de las personas. Y en medida en que yo conozca mejor a Cristo, en la escritura, en la tradición, en el magisterio, en la enseñanza de la Iglesia, no voy a ser yo quien dé respuesta a las personas, sino Cristo a través de mí“.



Para continuar en su camino vocacional, Bernardo, que también pertenece a la sociedad de Cruzados de Cristo Rey, sabe que necesita estudiar, pero que también necesita crecer como ser humano y en su vida espiritual, todo ello a través de la oración y los Sacramentos.

Jorge Valdez González

Jorge Valdez considera que la alegría de su ordenación es compartida, pues gracias a su familia, que es muy allegada a la Iglesia, se ha ido configurando su camino vocacional.

Cuando se le pregunta sobre su servicio como diácono, Jorge confiesa que se siente un poco nervioso, pero al mismo tiempo alegre de saber que es el Señor quien lo ha llamado.

Jorge Valdez, SCM

Jorge Valdez, SCM

Para este joven, las adversidades -como la pandemia o los retos que representa servir en un un territorio tan vasto y diverso como la Arquidiócesis de México- sólo los puede superar con la plena confianza de que Dios lo ha llamado.

Considero que la actitud que puedo tomar en este nuevo caminar va a ser de confianza y de fortaleza. Confianza porque creo que en este tiempo en el Seminario nos ha quedado claro que quien ha llamado ha sido Dios. Y si tenemos claro eso, podemos sobrellevar las circunstancias de la vida” dice a Desde la fe.

Guadalupe Reyes Aguilar

Guadalupe Reyes es un religioso de la Sociedad de los Hermanos de Cristo, originario de Tabasco, que pertenece a una familia extensa donde él es el menor de 11 hermanos

El religioso considera que una de las grandes ‘tentaciones’ que enfrenta esta nueva generación de diáconos transitorios es dejarse vencer por el miedo, pues, a consecuencia de la pandemia, la sociedad y las comunidades se han visto invadidas por el temor.

Guadalupe Reyes, SFC

Guadalupe Reyes, SFC

“Creo que uno de los efectos que tiene esta pandemia son los miedos, miedo al contacto, miedo a salir de nuestras casas. Pero si nos tomamos de las manos de Dios, si caminamos con Él y le tenemos plena confianza, creo que superaremos esto”, asegura.

Guadalupe cuenta a Desde la fe que se siente contento, agradecido con su familia y su congregación, aunque un poco nervioso. “Tengo muchas expectativas de qué es lo que viene. Esperar eso me emociona mucho, también me anima y me fortalece”.

Daniel Morquecho Pérez

Desde muy pequeño, a Daniel Morquecho, que creció en el seno de una familia católica, le llamó la atención la figura del sacerdote, pues su comunidad tenía un pastor muy atento y cercano. El joven considera que esa figura despertó en él la inquietud por servirle a Dios.

Daniel está convencido que una conversión constante como verdaderos discípulos de Cristo es la mejor forma de entender las necesidades de los demás y hacerle frente a este cambio de época que estamos viviendo, pues la Palabra de Dios no cambia, a pesar de circunstancias o ideologías.

Daniel Morquecho, SCM

Daniel Morquecho, SCM

“Creo que es necesario que como bautizados nos nutramos de la Palabra de Dios, una palabra que después nos anime a ser apóstoles, testigos fieles del Evangelio. Decía el Papa Juan Pablo II a los jóvenes de Chile: debemos buscar a Cristo, mirar a Cristo, vivir en Cristo. Buscar a Cristo en la oración, mirar a Cristo en los más débiles, y vivir como Cristo haciendo el bien”, dijo a Desde la fe.

El joven está consciente de que no es nada fácil ser testimonio de Cristo en la adversidad, pero considera que el hombre que escucha la Palabra de Dios, es capaz de vivir bajo Su gracia y Su Palabra y, de esta manera, ver por las necesidades de los que más sufren. 

Daniel se siente muy agradecido con todos los que lo han apoyado en este proceso de discernimiento. “Me siento contento, nervioso, pero muy agradecido con Dios por darme cuenta de que es Él quien me llamaba, que es Él quien me invita a seguirlo de cerca”.

 

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