¿Cómo superar la pérdida de un ser querido? Estas palabras te darán consuelo

Siempre la muerte de un ser querido deja dolor, tristeza y soledad en todos aquellos que le rodearon y si bien es cierto que hay quienes llegan a sobreponerse de esa pena, hay muchas personas para las que es muy difícil superar ese trance, sobre todo a nivel espiritual.

El no saber superar la pérdida de esa persona que tanto significó en nuestras vidas, puede repercutir negativamente en nuestro estado de ánimo, lo que a la larga podría afectar otros ámbitos de nuestro entorno, desde lo familiar hasta lo laboral, pasando por lo social.

En el marco de la Visita Pastoral que realizan por el territorio que integra la Arquidiócesis Primada de México, dos personas confiaron a los obispos auxiliares monseñor Héctor Mario Pérez Villarreal y monseñor Francisco Javier Acero Pérez el dolor que siguen sintiendo por la pérdida de un ser querido y aún no logran superar su muerte.

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Ante una situación de este tipo, los obispos nos orientan sobre la manera en cómo podemos superar la pérdida de ese ser tan querido que a fin de cerrar un episodio tan doloroso.

Creer en Dios nos hace entender que sigue vivo

Monseñor Pérez Villarreal aseguró que la pérdida de un ser querido es una herida que duele, pero el creer en Dios nos permite entender que quien murió sigue vivo, porque su amor sigue viviendo en Dios y con ello podemos experimentar cómo esa persona nos sigue amando.

Para lograr este primer paso, indicó, lo que debemos hacer es el intentar platicar con la persona a la que perdimos y pedirle que interceda por nosotros, que nos ayude a superar alguna situación o que nos dé las palabras de ánimo que requerimos para sentirnos seguros, “porque para mí está vivo y eso solamente lo puedo decir porque creo en Dios”.

De la misma manera, añadió el Obispo Auxiliar, para enfrentar el dolor de la pérdida, debemos pedirle a Dios consuelo: “Señor ven a consolarme. Es como si nos pusiéramos árnica o algo sobre la herida. Cada vez que oramos, cada vez que comulgamos, estamos poniendo un poco de medicina sobre la herida interior con la presencia de Dios”.

Así, mientras por un lado encontramos el consuelo, por el otro tenemos la esperanza de que estando nuestro ser querido con Dios seguirá vivo, “es más, más vivo que antes, porque ya no sufre”.

De esta manera, aseveró monseñor Pérez Villarreal, aunque la cicatriz siempre va a quedar, poco a poco la herida va disminuyendo de tal manera que cuando nos llegue un recuerdo de esa persona especial será con nostalgia, pero no con dolor. “Así es como Dios va obrando poco a poco en nuestra vida”.

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Tu ser querido está con Jesús Eucaristía

Para monseñor Acero Pérez el dolor por una pérdida sólo se puede aceptar e integrar en nuestra vida cada vez que lo contamos, porque conforme lo hacemos su recuerdo se va integrando y colocando en una gran piedra como un monumento.

Indicó que el hecho de que una persona haya atendido a su ser querido en la enfermedad debe tomarse como algo positivo, porque tuvo la dicha y la suerte de preparar su despedida y “esto es algo grandísimo, es un regalo que Dios te dio ya que tener un enfermo, en un momento de despedida, une a las familias”.

“Desde este punto de vista, nosotros vemos como un momento de gracia a la enfermedad y a la vez nos hace pensar que cuando perdemos, ganamos, porque tu ser querido está en tu corazón y nadie te lo va a quitar”, aseguró Monseñor.

“Tu ser querido”, concluyó el Obispo Auxiliar, “sigue en el cielo y cada vez que te encuentras con Jesús Eucaristía ahí estará. Que Dios te siga bendiciendo, porque tu ser querido lo hace siempre”.

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