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Un ‘jardín secreto’ dentro de la Basílica de Guadalupe

Bajo la escultura monumental de Cristo Rey, está este jardín ubicado en la faldas del Tepeyac.

5 diciembre, 2018
Un ‘jardín secreto’ dentro de la Basílica de Guadalupe
El jardín de las Bienaventurazas está a las faldas de Tepeyac, en la Basílica de Guadalupe.

La Basílica de Guadalupe es el tempo mariano más visitado del mundo, y por increíble que parezca aún guarda lugares poco recorridos por los visitantes como el Camino de las Bienaventuranzas, un jardín que parece mantenerse casi en secreto y que fue creado para emular al sitio donde Jesús dio el Sermón de la Montaña.

Se sitúa en las faldas del Cerro del Tepeyac dentro del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y su atractivo es una escultura de bronce de Cristo Rey, que mide nueve metros de alto y tiene el Sagrado Corazón expuesto. La escultura se posa sobre un globo terráqueo hecho de cantera, símbolo que lo coloca como Rey del Universo.

¿Cómo surgió?

En la década de los 50, el Cerro del Tepeyac se encontraba olvidado e invadido de comercios, casas y vendedores ambulantes, al ver esto, algunas familias se unieron para fondear y conformar el llamado Fideicomiso del Tepeyac.

Algunos terrenos circunvecinos fueron adquiridos por el Fideicomiso con el propósito de preservar el santuario de la Virgen de Guadalupe y renovar escalinatas, rampas, terrazas, fuentes, jardines y esculturas, así surgió el Camino de las Bienaventuranzas.

Sólo cinco años de antigüedad

Este jardín es relativamente nuevo en comparación con el resto de la Villa de Guadalupe, pues el 23 de noviembre cumplió apenas cinco años de su inauguración, la cual fue encabezada por el Cardenal Norberto Rivera, que coronó la escultura como parte de los actos de clausura del Año de la Fe (2013), y la llamó Cristo Rey del Universo.

La entrada está decorada por un arco. El trayecto tiene doce estaciones de cantera y por cada una de ellas corre el agua de las fuentes de estilo modernista. La primera estación tiene una frase de Juan Pablo II, la segunda está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús y la tercera al Inmaculado Corazón de María; y después están las nueve Bienaventuranzas, para concluir a los pies de Cristo Rey

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