¿Cuál es la diferencia entre latría, hiperdulía, protodulía y dulía?
La Iglesia Católica distingue claramente entre los tipos de culto: latría, hiperdulía, protodulía y dulía, con el fin de evitar confusiones entre veneración y adoración.
A menudo olvidamos que en nuestra fe tenemos distintos tipos de culto: latría, hiperdulía, protodulía y dulía. Por ello, te invitamos a comprender y distinguir correctamente cada uno para evitar malentendidos que puedan dar lugar a confusiones doctrinales o prácticas inapropiadas.
El padre Jorge Luis Zarazúa, Superior General de la Fraternidad Misionera Apóstoles de la Palabra, nos ofrece una clara explicación sobre los tres tipos de culto en la fe católica.
Primero tengamos en cuenta la diferencia entre adoración y veneración: la primera es solo para Dios e implica el reverenciar o rendir culto a la naturaleza divina de nuestro Creador. La segunda, en cambio, implica el respeto en un grado superior a alguien con una profunda relación con Dios, y que, por lo tanto, nos puede ayudar a acercarnos a Él.
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¿Cuáles son los tipos de culto en la Iglesia Católica?
¿qué es la latría?
Son cuatro los tipos de culto en la Iglesia Católica: latría, hiperdulía, protodulía y dulía. La latría es el culto de adoración que se dirige exclusivamente a Dios, en la Santísima Trinidad. Este implica un reconocimiento absoluto de la divinidad y la supremacía de Dios. Se manifiesta en la oración, la adoración ante el Santísimo Sacramento, y en actos litúrgicos de culto divino.
Un ejemplo claro de latría es la adoración que se realiza ante el Santísimo Sacramento durante la Eucaristía o la adoración perpetua, donde se reconoce y honra a Dios de manera única y suprema.
El padre Zarazúa puntualiza que la Iglesia Católica distingue claramente entre estos tipos de culto para evitar cualquier confusión. “Por ejemplo, aunque en la Biblia encontramos que Josué se arrodilla ante el arca de la alianza, no es para adorarla sino para expresar respeto y veneración, actitud que corresponde a la dulía y no a la latría”.
¿Qué es la hiperdulía y por qué se da a la Virgen María?
La hiperdulía es un culto especial y más elevado que se reserva exclusivamente a la Virgen María, Madre de Dios. Este tipo de veneración reconoce su papel único en la historia de la salvación y su singular cercanía a Jesucristo, por lo que su veneración es superior a la dulía dada a los santos, pero siempre distinta de la adoración divina.
A decir del padre Zarazúa, un ejemplo concreto de hiperdulía es la celebración de las festividades marianas, como la que se hace a la Virgen de Guadalupe, en la que los fieles expresan una devoción profunda y singular, reconociendo a María como Madre de Dios y modelo perfecto de fe.
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¿Qué es la protodulía y a quiénes se dirige?
La protodulía es un término menos común, pero se refiere a un tipo específico de veneración que se concede a ciertos santos que tienen un lugar especial, generalmente los primeros santos o los más antiguos y reconocidos en la historia de la Iglesia, como San Pedro y San Pablo.
En particular, la protodulía se asocia a la veneración especial que se le da a San José, padre adoptivo de Jesús y esposo de la Virgen María.
¿Qué es la dulía y por qué se aplica a los ángeles y a los santos?
Finalmente, la dulía es el culto de veneración que se da a los ángeles y a los santos, es decir, a aquellos que están en relación con Dios. Este tipo de veneración implica un reconocimiento de respeto y honor a quienes, por la gracia de Dios, han alcanzado la santidad y la cercanía divina.
El padre Zarazúa comenta que en el libro del Eclesiástico se presentan a los grandes héroes de la fe, quienes son honrados por su testimonio y santidad. Así, comenta, la dulía también puede extenderse a objetos o lugares que tienen un vínculo especial con Dios, como reliquias o templos, sin que ello implique adoración.
Un ejemplo práctico de dulía es cuando los fieles rezan pidiendo la intercesión de un santo, como San José o Santa Teresa de Ávila, o visitan una iglesia dedicada a un santo para honrar su memoria y ejemplo.
El padre Jorge Luis asegura que el conocer y respetar las distinciones en los diferentes tipos de culto fortalece la vida espiritual de los creyentes y ayuda a vivir una fe coherente con la doctrina católica.
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