¿Fe, magia o superstición? Sacerdote explica cómo diferenciarlas
La fe, la magia y la superstición tienen más diferencias que similitudes. Te explicamos.
Parecería que la fe, la magia y la superstición tienen en común creer en lo que no podemos ver; sin embargo, tienen fundamentos muy distintos, especialmente para los católicos.
“El que cree, lo hace a partir de un testimonio”, dijo el padre Alberto Medel, de la Diócesis de Xochimilco. “La fe verdadera se basa en alguien que vio, que escuchó, que estuvo. Por eso, la fe apela a la razón”, explicó. Según el sacerdote, el acto de creer no debe ser ciego, sino que debe pasar por el filtro del pensamiento, la reflexión y la experiencia.
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En contraste, la magia y la superstición, a las que el sacerdote llamó “primas hermanas”, no se apoyan en la razón ni en la verdad. Aunque la magia puede presentarse como una práctica elaborada o estructurada, “no tiene sustento ni en la razón, ni en la ciencia, ni en la realidad”, subrayó. El hecho de manipular ciertos objetos o seguir ciertos rituales no garantiza, según explicó, que se obtengan los efectos prometidos.
“La superstición es creer por creer, creer porque sí, sin razonarlo, sin verificarlo, sin que se base en una verdad”, advirtió. A diferencia de la fe, que exige pensar, preguntar, confrontar y asentir con la razón, la superstición y la magia caen en el fideísmo: es decir, una creencia sin fundamento racional.
El padre Medel recordó a los fieles que deben estar atentos a no confundir estos conceptos y que la verdadera fe no está reñida con el uso de la inteligencia, sino que la exige. “La fe se basa en la realidad, en la verdad, en un testimonio creíble; no es magia ni superstición”, concluyó.
En palabras del Papa Francisco, quien recordó en 2022 que quien cree en Cristo no cree en la magia: “Si eliges a Cristo no puedes recurrir al mago: la fe es abandono confiando en las manos de un Dios fiable que se da a conocer no mediante prácticas ocultas, sino por revelación y con amor gratuito”.