El prisionero de la sonrisa que da esperanza a los ucranianos
La historia del ucraniano Myckailo Dianov dio la vuelta al mundo. Vivió dos meses como prisionero del ejército ruso... y nunca perdió la esperanza.
Hasta el día de la invasión de Rusia a su país, Mykhailo Dianov se ganaba la vida como músico. Pero cuando comenzó la guerra, acudió al llamado del gobierno ucraniano, que movilizó a miles de hombres para combatir al ejército ruso.
Después de varias semanas en el frente, fue capturado por los rusos en la planta metalúrgica Azovstal tras una ardua batalla y permaneció más de 80 días en cautiverio, en terribles condiciones, hasta que los gobiernos de Rusia y Ucrania acordaron un intercambio de prisioneros.
Las 3 fotografías
La historia de Mykhailo Dianov ha dado la vuelta al mundo por las fotografías que le fueron tomadas en tres distintos momentos de la guerra. Una, en los primeros días tras su ingreso al ejército; otra más, antes de ser capturado; y la última, tras su liberación.
En las tres instantáneas es notorio su cambio físico, pero lo que no cambia es la sonrisa con la que aparece, y que se ha convertido en un símbolo de esperanza para el pueblo ucraniano, que sigue sufriendo los estragos de la guerra.
En la primera luce sano y sonriente, vistiendo el uniforme militar limpio. Apenas habían transcurrido unos pocos días de su ingreso al ejército.
La segunda fotografía fue tomada por el fotógrafo ucraniano Dmytro ‘Orest’ Kozatskyi en Azovstal, días antes de que ambos fueran capturados. En esa foto, quedan en evidencia los meses de la guerra: la barba crecida, un vendaje en el brazo derecho y el rostro cansado, pero igual de sonriente y haciendo con su mano izquierda la señal de la victoria.
La última fotografía es la más impactante. Mykhailo Dianov aparece más delgado, con varias cicatrices en el rostro y el cuerpo, en evidente estado de desnutrición y un brazo lastimado. Pero, una vez más, también aparece la sonrisa en su rostro.
Su hermana, Olena Lavrushko, ha dicho a medios ucranianos que Dianov no recibió ningún cuidado médico durante su cautiverio, pero tampoco perdió nunca la esperanza.
“Mentalmente, Mijail es muy fuerte, está feliz hasta el extremo de haber regresado. Dice: ‘Camino y respiro aire limpio y libre’”, contó su hermana.
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