23 de octubre: la Iglesia celebra a San Juan Capistrano
Amigo de cuatro Papas y uno de los grandes predicadores de su época. Te contamos más sobre San Juan Capistrano.
San Juan Capistrano fue amigo y colaborador cercano de cuatro papas: Martín V, Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III, y se distinguió por su brillante carrera apostólico en Nápoles, Francia, Flandes, Sajonia y Sicilia
También se dedicó a predicar de manera ambulante por varios países de Europa del Este, al punto de que ha sido llamado “El Santo de Europa”.
La Iglesia Católica lo recuerda el 23 de octubre, y lo reconoce como el patrono de los militares capellanes y de los juristas.
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¿Quién fue San Juan Capistrano?
Él Nació en Capestrano, Italia, el 24 de junio de 1386, en el seno de una familia alemana que fue migrante de buena posición social.
Estudió jurisprudencia y alcanzó el título a los 26 años; llegó a ser gobernador de Perugia, gracias a Ladislado I de Nápoles.
El ejército de Segismundo Malatesta invadió su ciudad y lo hizo prisionero. Este tiempo de cautiverio le sirvió como parteaguas para pensar sobre su porvenir, por lo que decidió ingresar con los frailes franciscanos cuando lo liberaron.
Tras un año de estudios, en los que tuvo como maestro a San Bernardino de Siena, se ordenó sacerdote en 1417.
Tiempo después, llegó a ser Vicario General de la Orden a la que hizo algunas reformas.
A partir de ese momento y durante 40 años, Juan Capistrano comenzó a recorrer mundo predicando en las plazas públicas, primero en Alemania y Bohemia, donde hizo una fuerte campaña contra los husitas y los fratricelos; luego fue a Austria, Hungría y Polonia. El cronista Elia Capriolo cuenta que sus discursos llegaban a durar hasta 3 horas y que ocasionalmente ocurrían hermosos milagros. Después de muerto, se reunieron apuntes de los estudios que realizó para preparar sus sermones y estos sumaron 17 volúmenes.
Considerado como uno de los grandes predicadores, condenó con sus enseñanzas la herejía y la vanidad.
Un acontecimiento relevante fue que, en la batalla de Belgrado, de 1456, apareció con una cruz en las manos y consiguió que las tropas cristianas no decayeran y se lanzaran de nuevo contra los turcos, a los que finalmente derrotaron deteniendo el avance del islam.
Él falleció a causa de la peste en la ciudad de Ilok, Croacia, el 23 de octubre de 1456, a los 70 años.
Lo beatificaron en 1622 y El Papa Alejandro VIII lo canonizó en 1690; su fiesta litúrgica se estableció el 23 de octubre.
En el arte sacro se representa como monje franciscano, con una bandera con la cruz y un crucifijo, con una custodia con la hostia y predicando.