Participa cada lunes a las 21:00 horas (tiempo del centro de México) en La Voz del Obispo en Facebook Live. Este lunes 13 de diciembre podrás conversar con el autor de este texto sobre la Virgen de Guadalupe y México, Mons. Luis Manuel Pérez Raygoza, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de México.
Como nación mexicana hoy celebramos el amor inconmensurable que Dios nos ha manifestado en Santa María de Guadalupe.
La Virgen se aparece, como bien lo sabemos, en un momento dramático de la historia de nuestro pueblo, cuando muchas seguridades y certezas se habían derrumbado y para el mundo indígena todo era caótico; todo tenía olor a muerte y a sangre.
En ese preciso momento de nuestra historia, en donde un pueblo nuevo estaba gestándose para nacer, la Virgen aparece para iluminar, guiar y acompañar a quienes habrían de ir conformando un México nuevo.
En aquel momento, la Virgen vino a mostrarnos la ternura de Dios, a tocar y curar con delicadeza las heridas de miles de personas que se sentían vejadas y sumergidas en una densa oscuridad; a reconciliar las razas que parecían irreconciliables, a iluminar con el evangelio los corazones, tanto de los indígenas como de los españoles.
Ella aparece como madre que ayuda a todos, en especial a los indígenas, a reconocer su propia grandeza y dignidad, infundiendo ánimo para que el pueblo asuma la tarea de su propia gestación, nacimiento y desarrollo.
Santa María de Guadalupe ha estado siempre presente en nuestra historia nacional, mostrándonos su amor y su auxilio, ayudándonos a afrontar y superar numerosas adversidades. Ella ha sido nuestro auxilio en epidemias, inundaciones, guerras, revoluciones, terremotos y mucho más.
En medio de las múltiples crisis que actualmente vivimos como nación, no sólo a causa de la pandemia Covid-19, sino también de las realidades y estructuras de muerte que frenan el desarrollo de nuestra patria: las nuevas dictaduras y tiranías ideológicas que campean en contra de la recta comprensión del ser humano y del sentido de su vida desde su gestación hasta la muerte natural, el ataque frontal a la familia como Dios la ha pensado y querido, las divisiones que nos enfrentan unos con otros debilitándonos como nación y alimentando el resentimiento social, la ola irrefrenable de injusticia, impunidad y crimen organizado que estamos viviendo, Santa María de Guadalupe
sigue a nuestro lado, intercediendo, curando, auxiliando, animándonos como personas, como familias y como nación, dándonos aliento y valor para levantarnos, para seguir luchando, para re-inventarnos y transformarnos, para comprometernos en la construcción del bien común poniéndonos en marcha para:
Colaborar en la construcción de una patria más unida, justa y solidaria, bajo el amparo y la inspiración de santa María de Guadalupe y su mensaje de amor, unidad, fraternidad y servicio.
Ofrecer soluciones que integren a todos los que convivimos en este suelo patrio, combatiendo los virus de la indiferencia, la pasividad y el individualismo.
Aprender de la Virgen el amor que se traduce en disponibilidad, atención, servicio y perdón; del amor que se hace patente especialmente frente al que sufre, frente al que está crucificado.
Inspirémonos, hoy y siempre, en la oración colecta de la solemnidad de santa María de Guadalupe:
Dios nuestro, padre de misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de santa María de Guadalupe, Madre de tu hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe, y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz.
Mons. Luis Manuel Pérez Raygoza es obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México.
Este texto pertenece a nuestra sección La Voz del Obispo y se complementa con la transmisión en vivo que realizará su autor este lunes 13 de diciembre a través de Facebook Live a las 9 PM. ¡Participa!
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