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COLUMNA

La voz del Obispo

La relación de confianza en el cuidado del enfermo

Previo a la Jornada Mundial del Enfermo 2021 analicemos el mensaje del Papa Francisco.

7 febrero, 2021
La relación de confianza en el cuidado del enfermo
El sufrimiento y la enfermedad nos pueden acercar a Dios.
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Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México. 

Participa cada lunes a las 21:00 horas (tiempo del centro de México) en La Voz del Obispo en Facebook Live.  Este lunes 8 de febrero podrás conversar con el autor de este texto, Monseñor Salvador González

 

El próximo 11 de febrero, Memoria de Nuestra Señora de Lourdes, celebraremos la XXIX Jornada Mundial del Enfermo. El Papa Francisco nos ha regalado un mensaje para este acontecimiento anual, en el cual quiere destacar cómo, para el cuidado de los enfermos, es indispensable una relación de confianza.

La Jornada en sí misma es el medio por el cual se busca brindar atención a las personas enfermas, así como a los que cuidan de ellas. El Santo Padre no desaprovecha la oportunidad para manifestar su cercanía a los que sufren por la pandemia, particularmente a los más pobres y marginados.

El texto que da tema a esta Jornada aborda la crítica a la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen; pues “cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre credo profesado y la vida real se debilita”.

El comportamiento opuesto a la hipocresía –dice el Papa– es el detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento, hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio, tal como lo encontramos en la parábola del Buen Samaritano (Lc 10,30-35).

En su mensaje, el Papa nos lleva a reflexionar cómo es que la enfermedad nos hace sentir nuestra vulnerabilidad, así como la necesidad del otro, imponiéndonos la pregunta por el sentido, que en la fe se dirige hacia Dios, que le da nuevo significado y nueva dirección a nuestra existencia.

También destaca el Santo Padre un aspecto negativo que ha evidenciado la pandemia: la insuficiencia de los sistemas de salud, así como las carencias en la atención de las personas enfermas. Sobre esto, subraya la importancia de invertir más recursos en el cuidado y la atención de las personas enfermas como una prioridad, pues la salud es un bien común primario.

Y no deja de lado el aspecto positivo de la crisis, como es la “multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros haciéndose cargo de las heridas de los pacientes”, y aquí se refiere a los médicos, los enfermeros, el personal de limpieza y todos los involucrados en la atención de las personas enfermas.

Y es desde ellos que se descubre como la cercanía es un bálsamo muy valioso, expresión del amor de Jesucristo, y no sólo a nivel personal, sino también comunitariamente, manifestación del amor fraterno y muestra de una comunidad capaz de sanar, que no abandona a nadie, y que incluye y acoge a los frágiles. Por eso la solidaridad fraterna se expresa en el servicio, el cual se da de muy diversas formas, sin ser nunca ideológico.

En el número cuatro del mensaje, el Papa nos habla de la importancia del aspecto relacional en una buena terapia. Y es que la relación interpersonal de confianza tiene como su fuente la Caridad de Cristo, de la cual dan testimonio, a lo largo de la historia de la Iglesia, hombres y mujeres que se han santificado cuidando a los enfermos. Este aspecto interpersonal, lo tenemos en los encuentros del Señor Jesús con los enfermos, en éstos el don de Dios que ofrece Jesús se corresponde a la fe de quien lo acoge, y que se resume en la expresión: “Tu fe te ha salvado”.

El Santo Padre concluye su mensaje dejándonos ver que el Mandamiento del amor se realiza plenamente en nuestra adecuada relación con los hermanos y hermanas enfermos, y tiene esta expresión que es verdaderamente desafiante: “Una sociedad es más humana en cuanto más sabe cuidar a sus miembros más frágiles y que más sufren”.

En todo momento, para esta Jornada, pero en los tiempos difíciles y oportunos de esta pandemia, acojamos la invitación del Papa y pidamos la intercesión maternal de Santa María, Salud de los enfermos, para que nuestra forma de relacionarnos con todos los que sufren nos ayude a dar confianza y expresar el amor de Aquel por cuyas llagas hemos sido curados, Jesucristo Nuestro Señor.

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Autor

Es Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México.