¿Qué le digo a un niño que pregunta por qué Dios se llevó a su papá?
Encontremos consuelo en nuestra fe cristiana y seamos solidarios con quien sufre una pérdida.
Responder o explicar la muerte de alguien amado es muy difícil, no es que Dios arrebate sin piedad la vida, sino que la muerte es parte de nuestra naturaleza y algunas veces se presenta de forma sorpresiva. Más que una explicación propongo una especie de proceso para asumir esta realidad de nuestra humanidad:
1. Acompañar, abrazar y consolar, más que explicar
Este es el primer paso. La muerte abre un vacío inmenso y una amargura que puede llevarnos a olvidar el amor presente. Estar con una persona que atraviesa ese momento difícil puede servir más que 1,000 explicaciones, porque el amor es capaz de sanar las heridas, la cariñoterapia es muy efectiva en este momento.
2. Agradecer, aún en medio de la tragedia
Podemos decirles que piensen en los buenos momentos que tuvieron junto a su ser querido, cuántos abrazos, cuánto lo quisieron y pedirles que agradezcan por haberlo tenido. También decirles, que esos momentos estarán en su memoria siempre que requieran consuelo.
3. Decirles que volverán a encontrarse
Los católicos confiamos en que la persona amada está en manos de un Padre amoroso, que no abandona a ninguno. No quedamos en el vacío, sino que el ser querido sigue viviendo en una realidad diferente, en donde algún día volveremos a encontrarlo. En esa realidad se puede platicar con la persona amada, además podemos seguir sintiendo su presencia en la comunión de los santos y orando junto a ella.
Encontremos consuelo en nuestra fe cristiana y seamos solidarios con quien sufre una pérdida.
¿Tienes alguna duda sobre la religión o la Iglesia Católica? ¡Mándala a nuestras redes sociales!
Visita nuestra sección Pregúntale al padre