¿Qué es ser “migajero” y por qué los católicos no debemos serlo?
Aunque parece un concepto moderno, el "ser migajero" habla de una realidad de siempre: la tentación de conformarnos y no buscar el amor pleno y verdadero.
La redacción de Desde la fe está compuesta por sacerdotes y periodistas laicos especializados en diferentes materias como Filosofía, Teología, Espiritualidad, Derecho Canónico, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia, Religiosidad Popular, Eclesiología, Humanidades, Pastoral y muchas otras. Desde hace 25 años, sacerdotes y laicos han trabajado de la mano en esta redacción para ofrecer los mejores contenidos a sus lectores.
En redes sociales, existe un término utilizado por los jóvenes para referirse a una persona que, en su búsqueda por amor, atención y respeto, decide conformarse con lo mínimo, con “migajas”. A esto se le llama ser “migajero“.
Aunque parece un concepto moderno, en el fondo habla de una realidad de siempre: la tentación de conformarnos con lo superficial y momentáneo, en lugar de buscar el amor pleno y verdadero.
Te recomendamos: ¿Por qué los católicos nos damos tres golpes en el pecho durante el “Yo pecador”?
¿Qué significa ser un católico “migajero”?
El padre Salvador Barba, sacerdote de la Arquidiócesis Primada de México, explica que ser “migajero” refleja la fragilidad de una sociedad que ha olvidado el verdadero sentido del amor.
“Son fruto, con dolor lo digo, de una sociedad decadente, donde el amor es lo menos que importa. Todo se queda en lo momentáneo, en aquello que nos impide ver hacia el futuro”, señaló.
Esta actitud, explica, lleva a muchos jóvenes y adultos a conformarse con relaciones vacías, que no construyen esperanza ni estabilidad:
“Lo pasajero, lo efímero, las migajas son un paliativo, pero generan mayor vacío, porque no llenan, no alimentan”.
Frente a ese amor incompleto, el sacerdote recuerda que la respuesta está en reconocer nuestra dignidad de hijos de Dios y en aprender a amar de manera plena.
“Para hacer algo bien, para hacernos bien, tenemos que reconocer nuestra dignidad de hijos de Dios y buscar incansablemente lo que es el auténtico amor. Amar cuesta, implica esfuerzo y sacrificio, pero también plenitud”.
No te pierdas: ¿Qué es la hipocresía? Esta es la definición de Jesús

“Si no amamos a Dios, será difícil amar al prójimo”
Y es que el amor, desde la visión cristiana, no puede reducirse a migajas: “Si no amamos a Dios, será difícil amar al prójimo, y si no nos amamos a nosotros mismos, también será complicado relacionarnos con los demás. Todo se resume en el mandamiento de Jesús: amar a Dios y al prójimo como a uno mismo”.
El padre Barba hizo también una distinción importante: mientras que el mundo ofrece migajas de atención o afecto que dejan vacío, las “migajas de Dios” son distintas.
“El Señor nunca nos da migajas. Él se da en plenitud. Incluso aquello que parece poquito, cuando viene de Dios, nos dignifica, nos alimenta y nos llena de sentido”, añadió.
Por eso, los católicos no debemos conformarnos con menos de lo que realmente merecemos en Dios:
“Tenemos que recuperar nuestra identidad de personas valiosas y llamadas por Dios. No debemos ser migajeros ni con Él, ni con las personas, ni con nosotros mismos”.
TE RECOMENDAMOS:
Dos claves y tres preguntas para saber si es amor verdadero
@desdelafe Encajar puede ser complicado, y a veces parece más fácil ocultar quién eres y lo que crees. 😶 Pero la fe no está blindada, no se rompe si la compartes. Al contrario: Dios está contigo en cada paso, apoyándote y amándote incondicionalmente.✨ Así que respira, sé tú mismo y deja que tu luz brille, porque Él nunca te dejará.
♬ sonido original – Desde la Fe