¿Por qué Isabel le dice María: “dichosa tú, porque has creído”?
Isabel no solamente, al ser vista, confirmó lo que el ángel había anunciado a María, sino que también se lo dijo de viva voz: “Dichosa tú porque has creído”.
Del santo Evangelio según san Lucas (Lc 1, 39-48 )
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó:” ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava”.
“Dichosa tú, porque has creído”
En la Arquidiócesis de México el 12 de diciembre es la Solemnidad de la Virgen María de Guadalupe porque el 12 de diciembre de 1531 quedó estampada la imagen de la Virgen María en la tilma del indio Juan Diego.
Sin olvidar que nos encontramos dentro del tiempo de Adviento, la lectura del Evangelio que se nos presenta el día de hoy nos relata el encuentro entre la Virgen María y su prima Santa Isabel.
Es importante reconocer el contexto que antecede a este encuentro: el episodio de la anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María de que sería la madre del Mesías (Lc 1,26-38) es el que antecede al de la visitación.
En tal pasaje, ante el anuncio de la maternidad, ella preguntó al arcángel cómo sería aquello, pues ella no conocía varón, en lenguaje más actual, ella nunca había tenido relaciones sexuales con alguien. San Gabriel le contestó que el Hijo sería engendrado en ella por el Espíritu Santo, y por eso se le llamaría Hijo de Dios.
En la anunciación podemos observar dos temas que requirieron de la fe de la Virgen María. El primero de ellos es que sería la madre del Mesías y el segundo de que sería madre por obra del Espíritu Santo, sin la intervención de varón alguno.
Para mayor confirmación de la relación entre Isabel y María, el ángel en la anunciación le dijo a María que la señal que Dios le daba era que Isabel, su prima estéril, estaba en cinta y ya iba en el sexto mes de embarazo.
Así es que Isabel no solamente, al ser vista, confirmó lo que el ángel había anunciado a María, sino que también se lo dijo de viva voz: “Dichosa tú porque has creído”.
Dentro del relato de las apariciones de la Virgen a Juan Diego también hay una hermosa lección de fe, cuando ella le salió al encuentro mientras él quería darle la vuelta para no perder tiempo. En aquel encuentro buscado por la Virgen a pesar de Juan Diego, conocemos la atención y cuidado con que Dios nos quiere tratar a los humanos. “Ten entendido, hijo mío, el más apreciado, que es poco lo que te aflige… tu tío ya está sano”.
Desde entonces sabemos muy bien que recurrir a Dios en nuestras necesidades no es pérdida de tiempo, sino ganancia en recibir sus dones.