¿Qué hacer con las imágenes, rosarios y crucifijos heredados?
Cuando nos hemos llenado de rosarios y crucifijos heredados, suele llegarnos la pregunta sobre qué hacer con ellos sin darles un mal uso.
¿Qué hacer con los rosarios y crucifijos heredados, con las imágenes de la Virgen o de los santos, y toda clase de objetos religiosos que hemos recibido pero que ya no los queremos conservar? Sobre este tema, Maria Baumann, jefa del departamento de Conservación de Arte y Monumentos de la Diócesis de Ratisbona (Alemania), propone una buena solución.
Por principio de cuentas, Maria Baumann anima a las personas que cuentan con rosarios y crucifijos heredados, o con imágenes religiosas, a hablar con sus padres o abuelos sobre el significado de los mismos, y quizás, al conocer esos detalles, como la manera tan especial en que llegaron a sus manos, ya no quieran renunciar a ellos.
“Tal vez la cruz que vas a heredar, si sabes que tu madre la recibió como regalo de bodas, entonces puede que no sea una pieza para el mercadillo, sino más bien un objeto con historia familiar. De hecho, yo he tenido esta experiencia varias veces”.
Pero si a pesar de esto -agrega Maria Baumann-, la persona quiere deshacerse de los rosarios y crucifijos heredados, Baumann propone que estos se lleven a las oficinas parroquiales, donde, dependiendo del objeto, tal vez puedan quedárselo para ampliar alguna colección o donarlo a una persona que desee conservarlo.
Además, propuso que si se trata de un objeto fabricado con materiales naturales se puede preguntar al sacerdote si es posible quemarlo. Aunque esto sólo funciona con madera, ya que el plástico crea problemas medioambientales, y en este caso no queda más que cortar el objeto en pequeños trozos y llevarlo a un centro de reciclaje, pero no tirarlo completo a la basura.
Maria Baumann recuerda que las personas cambian a lo largo de su vida, de manera que invita a todos a considerar si realmente quieren regalar sus rosarios y crucifijos heredados, sus imágenes o piezas religiosas, pues tal vez diez años más tarde el enfoque de su vida sea otro y vea el objeto como algo particularmente valioso, quizás como un recuerdo de aquel ser querido.