¿Qué dice la Biblia sobre los Reyes Magos?
¿Qué dice la Biblia de los Reyes Magos? ¿Cómo sabemos sus nombres? ¿Realmente eran tres? ¿Qué fue lo que le regalaron al Niño Dios? Aquí te lo explicamos.
La Iglesia católica en México celebra el 6 de enero a los Reyes Magos, tres sabios de oriente que, según las Sagradas Escrituras, llegaron a adorar al Niño Dios nacido en un portal de Belén, pero, ¿qué dice exactamente la Biblia sobre los Reyes Magos?
¿Qué evangelio habla de los Reyes Magos?
El único evangelio dentro del Nuevo Testamento que nos habla sobre un grupo de magos orientales que fueron a visitar a Jesús, es el evangelio de San Mateo. Este relato está vinculado al relato de la persecución de Herodes y la matanza de niños en Belén.
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¿Qué dice tradición De la Iglesia sobre los Reyes Magos?
Más allá de la Biblia, muchos padres de la Iglesia hablaron sobre los magos pero nunca los identificaron como reyes.
Aun antes de Cristo, el historiador griego Herodoto menciona a los magos como una casta especial entre los Medos, dedicada a actividades religiosas.
En tiempos de Jesús, había un grupo importante de magos en el imperio de los Partos que formaban uno de los dos grupos de consejeros del rey. Tertuliano, un autor eclesiástico del siglo IV d.C., los llama reyes.
El origen de identificar a los magos que visitaron a Jesús como reyes, puede provenir de la misma liturgia de la Iglesia que usaba el Salmo 71,10 en la fiesta de la Epifanía.
El Salmo dice así: “los reyes de Tarsis y de las islas presentan regalos, los reyes de Arabia y de Saba le traerán presentes y todos los reyes de la tierra lo adorarán…”.
Es cierto que San Mateo recurre con frecuencia a los cumplimientos proféticos, pero en este caso concreto no vio un cumplimiento del Salmo citado.
¿Cuántos reyes magos menciona la Biblia?
En cuanto al número de reyes magos que menciona la Biblia, San Mateo sólo nos dice que llevaron tres regalos y por este motivo los padres de la Iglesia pensaron que eran tres.
No todas las tradiciones suponen este número. En una pintura encontrada en el cementerio de los Santos Pedro y Marcelino en Roma, los magos son dos; una pintura del museo de Letrán, en Roma también, pone a tres magos; otra pintura en el cementerio de Domitila en la misma ciudad propone que fueron cuatro, y un vaso labrado que se conserva en el museo “Kircher” propone que fueron ocho.
¿Cómo se llaman los Reyes Magos?
Los nombres de los reyes tampoco son mencionados en el evangelio y aparecieron en occidente aproximadamente en el siglo VII. Los nombres típicamente Babilonios, son Gaspar, Melchor y Baltazar.
Las iglesias orientales de Siria les dan otros nombres como: Hormisdas, Larvandad y Gushnasaf.
Algunos han propuesto que su número y nombre tienen que ver con los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, para representar así a toda la humanidad rescatada del diluvio universal ahora presentándose ante Jesús para ser nuevamente redimida.
¿Cuál fue el camino que recorrieron los Reyes Magos?
La ruta probable de los magos fue la ruta comercial conocida como la “media luna”, desde algún poblado en Mesopotamia avanzaron hacia el noroccidente hasta llegar a Damasco desde donde bajaron hacia el sur occidente, pasaron por Galilea y recorrieron hacia el sur la rivera del Jordán.
Como era probable, ellos se dirigieron a la capital judía, Jerusalén, pensando que el pequeño heredero de David habría nacido allí.
Un viaje desde Mesopotamia hasta Jerusalén tomaría aproximadamente un año trasladándose en camellos, por lo tanto, hay varias posibilidades para ubicar la ocasión en que ellos partieron. Probablemente antes del nacimiento del Niño.
O bien, se puede pensar en el encuentro con Jesús varios meses o casi un año después de su nacimiento.
Actualmente la fiesta de Navidad y la de la Epifania (manifestación de Jesús a los magos) está a escasas semanas de distancia. Esto no refleja necesariamente la cercanía de ambos eventos en la historia.
¿Existió la estrella de Belén?
Por otra parte, podemos comentar sobre la estrella que, de acuerdo con la tradición, guió a los Reyes Magos a Jesús.
Esto ha sido materia de muchas controversias desde el surgimiento de la astronomía pues es imposible que una estrella siga un movimiento caprichoso hasta posarse encima del recinto donde Jesús se encontraba.
Por ello, se habla de la aparición de un cometa, el cual habría seguido una órbita distinta en el firmamento, otros afirman que fue la conjunción de Júpiter con Saturno o la conjunción de Júpiter con Venus; y por último hay quien habla de una súper nova (explosión de una estrella).
Para este fenómeno mejor es pensar en la función simbólica de la “estrella” como la “gloria de Dios”, así como el pueblo de Dios fue conducido por ella en su camino por el desierto.
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¿Qué significan los regalos que le llevaron los Reyes magos al Niño Dios?
Los tres regalos considerados tesoros a los que se refiere el evangelista san Mateo en el texto de este domingo son: oro, incienso y mirra.
El oro con el incienso, tanto en madera como en esencia, eran regalos que se ofrecían a los reyes. Según nos lo reporta el primer libro de los Reyes (1Re 10,11-13) la reina de Saba regaló al rey Salomón oro puro y madera de incienso con el que se construyeron balaustradas e instrumentos musicales.
En el libro del Profeta Isaías (Is 60,6) también se mencionan estos regalos a Jerusalén donde reina el Señor Dios.
La mirra, por su parte, es un perfume usado tanto por las personas como lo vemos en el libro del Cantar de los Cantares (Ct 1,13;5,5.13)
La novia compara a su amado con una bolsita de mirra, es decir, una bolsita de perfume; la novia habla de que sus manos destilaban mirra, es decir, que sus manos estaban perfumadas, tal vez metáfora de la emoción que la embargaba por ser visitada por el novio.
También la mirra era usada en la preparación de los cadáveres como lo vemos en el evangelio de San Juan (Jn 9,39), donde se nos narra que Nicodemo y José de Arimatea habían preparado una mezcla de mirra y áloe, para preparar el cadáver de Jesús.
A raíz de estos datos, san Pedro Crisólogo (Sermón 160) afirma que los magos vieron, en Jesús, al rey porque le regalaron oro, a Dios porque le regalaron incienso y al que había de morir porque le regalaron mirra.