¿Qué es una parroquia personal y para qué sirve en la Iglesia Católica?

Una parroquia personal es una figura canónica prevista por la Iglesia católica para atender las necesidades pastorales específicas de diversos grupos de fieles dentro de una diócesis o arquidiócesis, y su establecimiento está regulado por el Código de Derecho Canónico y la autoridad diocesana competente.

La Arquidiócesis Primada de México señala que si se considera que las estructuras parroquiales territoriales no pueden realizar el acompañamiento de los fieles cristianos para que cumplan con su misión bautismal y se les garanticen sus derechos fundamentales, en conveniente crear estructuras personales que puedan adaptarse mejor a las necesidades de un grupo determinado de fieles.

“Es por eso que el Derecho Canónico propone que donde convenga, ‘se constituyan parroquias personales en razón del rito, de la lengua o de la nacionalidad de los fieles de un territorio, o incluso por otra determinada razón’.

“A través de dichas estructuras personales se quiere desarrollar una actividad pastoral más adecuada para la comunidad de fieles, que no podrían recibirla en la misma intensidad a través de las parroquias territoriales”, se señala en el documento Organización Pastoral de la Arquidiócesis de México.

¿Cuál es el fundamento pastoral para constituir una parroquia personal?

Según se establece en el texto editado por la Arquidiócesis de México, que encabeza el Arzobispo Primado, Cardenal Carlos Aguiar Retes, las parroquias personales se crean como un instrumento para abordar el reto que “supone evangelizara las culturas en las grandes ciudades en donde las distancias, el tráfico y las largas jornadas laborales suelen ser un impedimento” para que los católicos acudan a sus parroquias a recibir atención espiritual.

La parroquia personal “es un instrumento pastoral con el que la Arquidiócesis de México quiere responder a la llamada de ser una Iglesia en salida, en la que se hace patente la necesidad de atender a los fieles en sus núcleos vitales y no solo en nuestras parroquias”.

Un ejemplo de una parroquia personal dentro del territorio de la Arquidiócesis Primada de México lo es la Capellanía Militar, cuyo párroco castrense es el presbítero Jorge Reyes de la Riva, que es la parroquia militar-naval de la Iglesia católica para las Fuerzas Armadas de México y se encuentra ubicada en la Calzada Legaria, número 861, colonia Irrigación, en la Alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México.

¿Qué es una parroquia personal?

En la organización pastoral de la Iglesia católica, la parroquia suele entenderse como una comunidad territorial, esto es, un conjunto de fieles que viven dentro de ciertos límites geográficos y que son confiados al cuidado de un párroco.

Sin embargo, la normativa eclesial prevé otras formas de organización para responder a necesidades concretas de grupos con características particulares, una de esas figuras lo es la parroquia personal.

De acuerdo con el canon 518 del Código de Derecho Canónico, la regla general es que las parroquias sean territoriales, es decir, que abarquen a todos los fieles que viven dentro de un área geográfica determinada.

Ese mismo canon permite que, cuando lo exijan las necesidades pastorales, el obispo diocesano pueda erigir parroquias personales, que no se determinan por el territorio, sino por otros criterios como:

• El rito (por ejemplo, fieles de rito oriental dentro de una diócesis latina).
• La lengua o nacionalidad.
• La atención pastoral específica
• La condición particular de los fieles (comunidades universitarias, militares, grupos migrantes, etc.).

A diferencia de una parroquia territorial, cuya pertenencia depende del domicilio dentro de una zona, en una parroquia personal los fieles se vinculan por compartir una característica común que justifica un acompañamiento pastoral especializado.

Características de una parroquia personal

De acuerdo con la normativa canónica y las orientaciones de las diócesis que cuentan con esta figura pastoral, una parroquia personal tiene las siguientes características:

• Atiende a una comunidad identificada por un rasgo común, como migrantes de una misma lengua, fieles de un rito oriental en plena comunión con Roma, comunidades universitarias, grupos culturales específicos o fieles vinculados a una forma litúrgica particular aprobada por la Iglesia.
• Cuenta con un párroco propio, nombrado por el obispo diocesano o arzobispo, con los mismos derechos y obligaciones que los pastores de las parroquias territoriales.
• Tiene un templo o sede asignada con los mismos derechos y obligaciones que una parroquia territorial, desde la cual se desarrollan los sacramentos y la vida pastoral: sacramentos, catequesis, administración y vida comunitaria.
• Opera dentro del territorio de la diócesis, pero no depende de límites geográficos estrictos, sino de la pertenencia de los fieles al grupo que atiende.
• Debe tener estabilidad, es decir, atender a un grupo cuya presencia y necesidades sean permanentes y no circunstanciales.
• Su existencia se orienta a la unidad pastoral, evitando dispersiones o exclusiones.

Requisitos para erigir una parroquia personal

La erección de una parroquia personal es un acto administrativo del obispo diocesano, pero requiere cumplir criterios establecidos por el Derecho Canónico y por las normas particulares de cada diócesis.

De acuerdo con lo establecido en el Derecho Canónico y la praxis de los dicasterios responsables (principalmente el Dicasterio para los Obispos y el Dicasterio para la Evangelización, según la estructura de cada región), los requisitos son:

1. Necesidad pastoral real y estable: Debe existir un grupo de fieles suficientemente constituido que requiera atención especializada que no puede ser brindada adecuadamente desde una parroquia territorial.
2. Estudio previo y justificación pastoral: Las diócesis realizan estudios sobre el número de fieles, necesidades espirituales, disponibilidad de ministros, viabilidad económica y continuidad del proyecto pastoral.
3. Consulta a los órganos pertinentes: El obispo suele consultar al consejo presbiteral, al consejo pastoral diocesano y a los vicarios episcopales antes de tomar una decisión.
4. Asignación de recursos y sostenibilidad: Deben determinarse los medios materiales, económicos y humanos para garantizar que la nueva parroquia pueda cumplir su misión.
5. Decreto formal del obispo diocesano: La parroquia personal se erige mediante un decreto público, en el que se especifica su naturaleza, su sede y el tipo de fieles a los que está destinada.
6. Estabilidad del grupo: debe tratarse de una comunidad numerosa o significativa con continuidad en el tiempo.

¿Cuál es el propósito de una parroquia personal?

La Santa Sede establece que el objetivo de una parroquia personal es garantizar que todos los fieles reciban una atención pastoral adecuada a sus circunstancias particulares.

Así, entre sus finalidades se encuentran:

• Preservar la identidad litúrgica y cultural de ciertos grupos.
• Facilitar la evangelización y acompañamiento espiritual a comunidades con necesidades específicas.
• Integrar pastoralmente a fieles migrantes, minorías lingüísticas o grupos que requieren un cuidado especializado.
• Favorecer la comunión eclesial, evitando que ciertos fieles queden sin atención.

¿Quién es la autoridad responsable de una parroquia personal?

La autoridad inmediata de una parroquia personal es el obispo diocesano o arzobispo, quien tiene la facultad exclusiva de:

• Eregir, modificar o suprimir una parroquia personal.
• Nombrar al párroco y supervisar la vida pastoral de la comunidad.
• Aprobar estatutos particulares, si existen.
• A nivel universal, la competencia doctrinal y pastoral recae en la Santa Sede a través de los dicasterios relevantes según el contexto pastoral.

¿Cómo se delimita su jurisdicción?

A diferencia de las parroquias territoriales, que se definen por una zona geográfica, la jurisdicción de una parroquia personal se determina por:

1. La pertenencia al grupo para el que fue creada, independientemente del domicilio.
2. Un decreto de erección que especifica claramente a qué fieles corresponde.
3. La posibilidad de superponerse geográficamente con otras parroquias sin conflicto, pues su competencia depende del criterio personal (rito, lengua, grupo pastoral, etc.).
4. En términos canónicos, los fieles pertenecen a esa parroquia en cuanto cumplan el criterio personal, no por su ubicación.