Cada vez son más los países donde el aborto está permitido. Los católicos hablamos y discutimos mucho sobre este tema, pero en ocasiones carecemos de ideas y conceptos claros. Por ello, a continuación, damos respuesta a algunos de los principales mitos que los partidarios del aborto plantean.
REALIDAD: Se pretende justificar el aborto como la única salida a la angustiante situación que supone un embarazo no deseado. Pero siempre existen otras alternativas. Gracias a la ayuda que prestan diferentes organizaciones (entre ellas la Iglesia Católica), se han podido salvar de la muerte a miles de bebés en el vientre de su madre. La ayuda que reciben las nuevas madres va desde la orientación educativa sobre el valor de su persona y autoestima, hasta la canalización a organismos que pueden dar bebés en adopción. También se les apoya con despensas, bolsa de trabajo post-parto, media beca para atención prenatal y parto en instituciones públicas y privadas, albergue y respaldo frente a la familia, canalización a instituciones de salud, atención de embarazos de alto riesgo y asistencia psicológica para el tratamiento del síndrome post-violación. Como podemos ver, el aborto no es la única salida.
Esta es una lista de instituciones vinculadas con la Iglesia Católica:
REALIDAD. Los promotores del aborto mencionan una aparentemente insignificante cantidad de semanas, una docena apenas, que en realidad constituye un lapso de tres meses, tiempo suficiente para que el ser humano en desarrollo haya alcanzado un punto importante de crecimiento (cabeza, cuerpo, extremidades). Si carece de sustento científico la afirmación de que el embrión no es más que un grupito de células que no siente (pues ha quedado comprobado que desde el inicio se trata de un ser humano completo, aunque en desarrollo), resulta todavía más insostenible afirmar aquello con relación a un ser humano de tres meses de gestado: es evidente que no es un ‘producto’, una ‘cosa’, sino una persona con ojos, nariz, boca, manitas, pies, etc.
Si deseas conocer el crecimiento de un bebé en el vientre de su madre, te recomendamos:
REALIDAD: En el aborto no se manipula el propio cuerpo, sino que se acaba con la vida de un ser humano en desarrollo sobre el que no se tiene derecho. En años recientes, ciencias como la genética, la inmunología, incluso, la fecundación in vitro, han demostrado que madre e hijo son seres distintos. De la madre, el ser humano en desarrollo recibe alimento y espacio para vivir, pero de ninguna manera el embrión constituye un apéndice de la madre.
REALIDAD: Algunas personas dicen estar a favor de la vida, pero apoyan el aborto por respeto a quienes están de acuerdo con él; sin embargo, ese respeto por la opinión ajena tiene sus límites, porque ninguno apoyaría una ley que protegiera la vida de los demás, pero que permitiera a cualquiera privarle de la suya. El aborto es un acto violento, y quien es indiferente ante esta violencia, favorece a quien la ejerce. En este, como en otros casos, quien busca una posición neutral o apoya la libre elección, favorece el aborto. Siguiendo la lógica de este mito, podríamos decir: si tú no quieres violar, no violes, pero no impongas tu criterio sobre los demás.
REALIDAD: Aunque todos debemos seguir la propia conciencia, el papel de ella no es crear la verdad; y en lo particular respecto al aborto, no es un asunto de la propia conciencia, una cuestión personal, íntima, en la que nadie debe intervenir, porque afecta en concreto a una persona: al no nacido, que es conducido a la muerte. No hay que perder de vista que quien aborta acaba con la vida, la libertad, la intimidad y la conciencia de otra persona; por eso mismo, cuando se defiende la vida humana del no nacido, no se está en contra de la mujer, sino a su favor, ya que estadísticamente está demostrado que, por cada dos abortos, uno era del sexo femenino.
REALIDAD: Muchos no nacidos fallecen; otros no podrán llegar a la vida adulta porque su naturaleza no está preparada para alcanzarla; entonces, ¿por qué acabar con ellos intencionadamente? Gracias a los avances de la técnica aplicada en la medicina se han conseguido adelantos que antiguamente eran inimaginables, y entre ellos está la posibilidad de obtener datos suficientes para pronosticar alguna patología del ser en gestación. Niños y adultos con problemas de discapacidad son felices, mantienen la esperanza, y prefieren vivir a no haber nacido nunca. Existen muchos casos que lo confirman. Si fuera legítimo matar a un ser humano porque corre el riesgo de tener una vida “sin valor”, entonces habría que matar a todos los que entren en ese mismo modelo, porque, ¿en dónde se sitúa la calidad de vida de una persona? Realmente es algo muy subjetivo. Recordemos que, en donde uno es feliz, otro piensa en el suicidio.
REALIDAD: Para asegurar el recambio generacional en el mundo se necesitan 2.1 nacimientos por pareja. Actualmente existen países en los que su índice de crecimiento es menor, por lo cual empieza a desaparecer su población después de años de estar controlando la natalidad. La consecuencia humana más grave de que un país no prevea el recambio generacional sería el aislamiento y abandono de las personas mayores. A medida que la población envejece sin una nueva generación que asuma roles de cuidado y apoyo, muchos ancianos podrían enfrentarse a la soledad, la falta de atención adecuada y el deterioro de su calidad de vida. Sin un número suficiente de jóvenes para sostener los sistemas de salud y cuidado, los ancianos podrían experimentar un acceso limitado a servicios esenciales, lo que llevaría a un aumento en enfermedades no tratadas, pobreza en la vejez y una mayor incidencia de problemas de salud mental. Este abandono no sólo afectaría a los ancianos, sino que también deterioraría el tejido social, al debilitar los lazos intergeneracionales que son fundamentales para el bien común. Es que, como dice la máxima: Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza, nunca.
REALIDAD: Si los católicos lo desean hacer, ¿qué les impide ejercer su derecho como ciudadanos? ¿desde cuándo el hecho de pertenecer a un grupo religioso descalifica a alguien como ciudadano? También tienen derechos. Ser tolerado en la manifestación de las ideas es lo mínimo que se puede esperar, ¿por qué algunos pretenden excluir de este derecho a los demás? Por otra parte, en el mundo son más quienes opinan a favor del respeto de la vida humana desde el momento de la concepción, sin hacer distinción en la religión que cada uno profesa.
REALIDAD. Es importante conocer las técnicas abortistas que se utilizan actualmente. A continuación, enlistamos algunas:
REALIDAD. Cuando en Estados Unidos los que se oponían al aborto comenzaron a identificarse como ‘pro-life’ (es decir, en pro, a favor de la vida), sus oponentes comprendieron que no les convenía emplear el lema opuesto: ‘pro-death’ (es decir, en pro, a favor de la muerte), pues suena feo y nadie querría unirse a semejante causa. Así pues, buscaron y encontraron una manera atractiva para presentar su postura: se autodenominaron: ‘pro-choice’ (es decir, en pro, a favor de elegir); para dar la impresión de ser personas respetuosas de las decisiones ajenas, que no imponen sus ideas sobre otros, que defienden que las mujeres elijan libremente lo que desean hacer. Eso les dio muy buen resultado. Se presentaron al mundo como los paladines de la libertad, del respeto al otro, de la tolerancia, del progreso.
REALIDAD. Los partidarios del aborto piden que esta práctica sea una opción cuando la madre carezca de capacidad para la manutención económica del no nacido. Al respecto, debemos tener muy en cuenta las siguientes consideraciones: de ninguna manera puede ser una solución aceptable acabar con seres humanos, como tampoco puede considerarse un delito ser pobre. Los que así piensan quieren acabar con los pobres en lugar de acabar con la pobreza. La muerte es la misma, antes que después, y al menos después, los niños tienen una oportunidad de sobrevivir. La verdadera solución al problema del hambre no es matar a los pobres, sino crear condiciones dignas de vida para todos los seres humanos, y en este sentido, el Estado no puede eludir su responsabilidad. Hay gobiernos que sí han sabido cumplir con esta obligación. Algunos entregan un subsidio a un bebé por nacer luego de comprobar que la madre, a pesar de querer criar a su hijo, no cuenta con los medios económicos para hacerlo. La experiencia dicta que las mujeres embarazadas en situación económica precaria, lo que necesitan es apoyo, pero esa ayuda no debe consistir en matar a los hijos. Permitir el aborto por razones económicas, no significa ningún progreso o adelanto social, sino todo lo contrario: la civilización que promueve el aborto por razones económicas es totalmente antisolidaria y descubre una gran pobreza y miseria humanas.
REALIDAD. En un aborto hay dos víctimas: el bebé y su madre. Aparentemente el aborto soluciona un problema de la madre –ella no necesitará cuidar a su hijo porque ha muerto–, pero en realidad le crea muchos más problemas. Está comprobado que tras un aborto se acumulan las siguientes consecuencias psíquicas: sentimientos de remordimiento y de culpa, oscilaciones de ánimo y depresiones, llanto inmotivado, estados de miedo y pesadillas. Frecuentemente estos fenómenos van acompañados de perturbaciones físicas, como alteraciones del ritmo cardiaco o de la tensión arterial, migraña, trastornos del aparato digestivo o calambres en el vientre. Inmediatamente, tras el aborto y bastante tiempo después, las pesadillas tienen como tema niños pequeños muertos.
Si deseas conocer más del tema, da clic en los siguientes links:
REALIDAD. En México, la jurisprudencia actual de la Suprema Corte de Justicia de la Nación no permite que la mujer que aborta sea procesada penalmente. Además de ello, desde hace varios años se tiene información oficial de que no existen mujeres encarceladas por aborto en las instituciones penitenciarias del país.
REALIDAD. Los argumentos científicos son claros y precisos, y demuestran que la vida humana inicia en el momento de la concepción. Estos cuatro hechos demostrados científicamente comprueban la existencia de un individuo humano autónomo que exige reconocimiento, respeto y ayuda en todo su proceso de gestación.
Para saber más sobre el Desarrollo Embrionarios desde la Ley y la Ciencia, da clic en el siguiente LINK.
Con información de la edición 526 de Desde la fe, correspondiente al 25 de febrero del 2007, y del artículo: “Mitos y realidades sobre el aborto”, de Óscar Fernández Espinosa de los Monteros.
Con la colaboración de: Jesús Valdés de los Santos y Roberto Alcántara.
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