Los 4 principales motivos por los que la gente recurre al ocultismo
El ocultismo es una falsa salida, como nos lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica; sin embargo, son muchos los que recurren a sus distintas prácticas.
Muchas personas se acercan al ocultismo motivados por una falsa espiritualidad y por creer que es una práctica inofensiva, sin embargo, no se dan cuenta que es una puerta abierta a la acción del demonio.
El padre Andrés Esteban López Ruiz, integrante de la Pastoral de la Consolación y del Ministerio de Exorcistas de la Arquidiócesis Primada de México, explicó que la Iglesia no solamente reconoce la existencia del demonio, sino advierte que actúa entre nosotros, en la vida de las personas y en las realidades sociales para hacer el mal y para destruir.
“El ocultismo, como nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica, comprende todos esos pecados contra el primer mandamiento: magia, adivinación, espiritismo, nigromancia e idolatría”. Además, advierte de otros, como participar en sectas y rendir culto a la muerte.
“Si recurro a estas prácticas, rechazo a Dios, lo hiero, porque le estoy diciendo: ‘Tú no me bastas’; y me meto en un camino no sólo de pecado grave, sino que me introduce en todo un ámbito oscuro, donde los demonios pueden ejercer su poder con mucha fuerza”.
De acuerdo con el padre López Ruiz, quien también forma parte de la Asociación Internacional de Exorcistas, estas son las principales razones por las que las personas se acercan al ocultismo y a la brujería:
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1. Dinero
El dinero es un bien, como nos enseña la Doctrina Social de la Iglesia, que nos puede ayudar a hacer el bien y lo necesitamos para hacer el bien. Pero cuando se convierte en nuestro “dios” se vuelve un ídolo, por el cual somos capaces de perderlo todo, incluso la vida eterna.
2. Poder
Subir de puesto y ejercer el poder para pisotear a otras personas, es una actitud muy común. Frente a eso, démonos cuenta de cómo el daño del demonio nos hace perder nuestra esencia cristiana. Como cristianos, de hecho, no aspiramos a ningún poder.
3. Amor
Muchas personas piden al brujo que una persona se enamore de él o de ella: los famosos ‘amarres’. O por el contrario, le piden la separación de alguna pareja, en aras de un supuesto amor. ¡Qué triste, qué falta de justicia y caridad! ¡Cómo se opone esto al verdadero amor, que es una respuesta de libertad!”.
4. Salud
Hay quienes quieren sanar de un problema o de un mal recurriendo a las prácticas del ocultismo, mismas que la Iglesia rechaza por ser contrarias a nuestra fe cristiana. ¿Qué decimos ante esto? Cuando estamos enfermos podemos recurrir a la medicina, que es un medio lícito, necesario y responsable para procurar nuestra salud. Y también tenemos el recurso de nuestra fe: orar y pedir a Dios por nuestra salud.
El ocultismo es una salida falsa
Las prácticas del ocultismo pueden permitir la acción extraordinaria del demonio: “Lo señala el Papa Francisco: ‘con el diablo no se dialoga’. Con esto no se juega, no se puede jugar a invocar espíritus y pensar que no nos va a pasar nada; por lo menos, caes en pecado (…) pero pueden venir otros daños. Los exorcistas constatamos el gran daño del ocultismo en las personas, daños en todos los niveles: psicológicos, morales, espirituales e incluso económicos, porque en esto no hay límites”.
“Muchas personas confundidas por estas falsas espiritualidades se están apartando de Dios y tenemos que dar respuesta y salir al encuentro, sobre todo de los jóvenes, que están cayendo en tantas trampas y están olvidando el amor a Jesucristo, y lo están cambiando por una sopa de lentejas”.
¿Qué podemos hacer si algún miembro de nuestra familia o de nuestros amigos está en los caminos del ocultismo?
A esta pregunta el padre Andrés López responde: “Con mucha caridad, poco a poco, gradualmente, anunciémosle el Evangelio de Jesús, y que sea la luz del Evangelio la que vaya disipando esas tinieblas para rescatarlos y volverlos a llevar a la verdadera fe”.
“Debemos formarnos, catequizarnos, evangelizarnos y descubrir que no tenemos necesidad de nada de eso. La única necesidad que tenemos es de Dios. Él es nuestra luz, nuestra esperanza y nuestra fe, y estando unidos a Él ¿Qué más podemos necesitar?”.