¿Es cierto que el Vaticano invalidará millones de bautismos en el mundo?
El Director de la Doctrina de la Fe del Arzobispado de México explica los alcances de un documento publicado recientemente sobre la fórmula del Bautismo.
En los últimos días, algunos medios de comunicación difundieron la noticia de que el Vaticano invalidaría millones de bautismos en todo el mundo porque algunos sacerdotes no pronunciaron correctamente la fórmula durante el rito, y por lo tanto, ahora los fieles tendrán que volverse a bautizar.
Esto ha generado confusión en algunos fieles católicos, por lo que Desde la fe platicó con el Director de la Dimensión para la Doctrina de la Fe Arquidiócesis Primada de México, el padre Rogelio Alcántara. Esta es su explicación:
Desde la fe: Padre, ¿Es cierto lo han estado difundiendo algunos medios?
P. Rogelio Alcántara: Lo primero que hay que aclarar que no es el Vaticano, ni la Santa Sede en general quien publicó recientemente una nota aclaratoria, sino la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF), la cual es un organismo de la Santa Sede que vela por salvaguardar la doctrina de la fe y de las cuestiones morales relacionadas con ella en la Iglesia universal.
Así pues, la CDF, en el Responsum del 6 de agosto del 2020, aclaró que las fórmulas arbitrarias para llevar a cabo el Bautismo son inválidas. Hay una única “fórmula absoluta” válida para realizar un Bautismo que es la siguiente: “N. yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.
Cualquier otra fórmula que se utilice no es válida, como por ejemplo: “Nosotros te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, o: “En nombre de padre y madre, padrino y madrina, abuelos, familiares, amigos, en nombre de la comunidad nosotros te bautizamos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Desde la fe: ¿Qué busca la CDF con este pronunciamiento?
P. Rogelio Alcántara: Recordar la auténtica doctrina sobre los sacramentos.
Primero, que sólo hay 7 sacramentos, y no puede haber más ni menos.
Segundo. Que los sacramentos son de institución divina, han sido instituidos por Cristo y por tanto, ningún ser humano, ni la misma Iglesia puede instituir nuevos sacramentos o quitar los ya instituidos por el Señor.
Tercero. Que los sacramentos son signos sensibles de la gracia, que tienen una forma (las palabras que se dicen) y una materia (los gestos que se hacen y las cosas sensibles usadas), y ningún individuo puede cambiar ni la forma ni la materia, porque, de lo contrario, no se daría el sacramento.
Así pues, los sacramentos no pueden estar sujetos a los gustos personales, a la creatividad u originalidad del ministro, quien debe ser fiel administrador de Cristo y manifestar esta disposición en la fidelidad a las fórmulas en la confección de cada sacramento.
Recordemos que ya en el año 2008 la CDF había respondido a la pregunta sobre la validez de la siguiente fórmula: “I baptize you in the name of the Creator, and of the Redeemer (or Liberator), and of the Sanctifier (or Sustainer)”. La respuesta fue negativa.
Desde la fe: ¿En qué países se han dado estos abusos y a cuántos ha afectado?
P. Rogelio Alcántara: La CDF no lo dice; sin embargo, si en el lapso de 12 años ha aclarado dos veces la cuestión, es señal de que se ha venido dando. ¿Cuántos son los afectados?, no lo sabemos.
Desde la fe: ¿Sabe si en México se ha llegado a utilizar esta fórmula modificada a la que se hace referencia?
P. Rogelio Alcántara: En los últimos 12 años no ha llegado a la Comisión para la Doctrina de la Fe de la Arquidiócesis de México ningún caso denunciado.
Desde la fe: ¿Cómo sabe una persona si fue bautizada con una fórmula modificada?
P. Rogelio Alcántara: Para las nuevas generaciones sería muy sencillo comprobarlo, viendo la grabación del video que seguramente tomaron el día de su Bautismo.
Para quienes somos mayores y no había videograbadoras cuando nos bautizaron, hemos de creer, con fundamento en la realidad, que hemos sido bautizados correctamente. Si persiste la duda se podrían buscar los medios para informarse sobre este asunto (comunicándose con el párroco, si aún vive, con el obispado, etc.).
Desde la fe: ¿Qué pasa con las personas que fueron bautizadas con esa fórmula modificada, pero no lo saben?
La exposición doctrinal de la CDF es muy clara: las fórmulas arbitrarias no bautizan. El responsable directo del Bautismo es el ministro, de modo que a él se le pedirán cuentas de sus actos.
La persona que accedió al Bautismo y no la bautizaron, no ha recibido los beneficios que da este sacramento. Estos beneficios son: la gracia santificante, que borra el pecado original y los pecados personales que se tuvieran hasta ese momento, y el carácter que imprime el Bautismo, por el cual se abren las puertas a acceder a los demás sacramentos.
El no tener este carácter significa que, aun en el caso de que esta persona hubiera hecho un acto de contrición perfecta en su vida, no le sería válida la recepción de cualquier otro sacramento (es decir, la Confirmación, la sagrada Comunión, la absolución sacramental, el Matrimonio, el Sacerdocio, etc.).
Es por esto que es un grave problema el cambiar las fórmulas, y por lo que la CDF ha tenido que publicar estas aclaraciones.
Desde la fe: ¿Qué pasa con quienes fueron bautizados con la fórmula correcta, pero temen que su Bautismo no sea válido?
Lo que le da su eficacia al Bautismo son las palabras y la intención del sacerdote al realizarlo con la materia debida, no el grado de seguridad que se tiene de que haya sido realizado adecuadamente. Por tanto, quienes fueron correctamente bautizados tendrán todos los beneficios que el Bautismo ofrece, aunque en algún momento duden de que lo hayan recibido.
Desde la fe: Si una persona está segura que fue bautizada con una fórmula modificada, ¿a dónde debe acudir?
P. Rogelio Alcántara: Debe acudir a su parroquia, hablar con el párroco y exponerle su caso. Si tiene evidencia de que se utilizó una de estas fórmulas inadecuadas, debe ser bautizado con la fórmula válida.
El Bautismo es un sacramento que imprime carácter, es decir, pone un sello imborrable en el alma, que “dice”: “Hijo de Dios por adopción”; por esto no se puede repetir, de modo que cuando se recibió el Bautismo ya recibió para siempre, para toda la eternidad.
Si se tiene la certeza de no haberlo recibido, debe prepararse para recibirlo con mucho fervor. Si no se tiene certeza, sino duda, se pueden buscar los medios para salir de la duda, como se explicó en la respuesta número 5.