4 de julio: la Iglesia celebra a Nuestra Señora del Refugio
Nuestra Señora del Refugio es una de las advocaciones más veneradas. Aquí te contamos su origen, significado y mucho más.
Nuestra Señora del Refugio es una de las advocaciones marianas con más devoción en todo el mundo. Pero, ¿conoces su origen? Aquí te lo contamos.
Índice de Contenido
- Día de Nuestra Señora del Refugio
- Origen de la devoción
- Significado de la imagen
- Su llegada a la Nueva España
- Una advocación auxiliadora y protectora
- Oración a Nuestra Señora del Refugio
Fiesta de Nuestra Señora del Refugio
La festividad litúrgica de Nuestra Señora del Refugio es el 4 de julio, pues en 1719 fue coronada con este nombre por el Papa Clemente XI, en tiempos en los cristianos evangelizados por los jesuitas eran perseguidos en China imperial.
Origen de la devoción a Nuestra Señora del Refugio
El origen de la imagen de Nuestra Señora del Refugio se encuentra en Italia. En 1690, en un lugar cercano a Montepulciano (Monte de las Pulgas), se refugiaban muchos malhechores.
Un campesino llamado Antonio Rossi encontró la imagen en un pajar y, con el deseo de alejar a los malvados, la colocó en el tronco hueco de una encina del bosque.
El lugar pronto recuperó la paz. Algunos malhechores se alejaron y otros regresaron al camino correcto.
El lugar se convirtió en un punto de refugio y descanso para los caminantes que, con cariño, llamaron a la imagen: Nuestra Señora de la Encina o Nuestra Señora del Refugio.
Significado de la imagen de Nuestra Señora del Refugio
La imagen de Nuestra Señora del Refugio representa la protección maternal de María. En ella, la Virgen aparece ataviada con vestido color rosa y manto azul. La virgen está sentada y sostiene en sus brazos al niño Jesús.
La imagen presenta a la Virgen casi de la media cintura hacia arriba. El niño se sostiene del brazo derecho de su madre y se levanta de pie cubierto sólo por un delicado velo que funge como pañal.
La Virgen y el Niño están coronados. Ella tiene una aureola formada por doce estrellas.
La imagen, tal y como la conocemos, es una copia de una pintura que el beato Antonio Baldinucci, misionero jesuita, mandó hacer del original de Italia. Esta copia se venera en Frascati, al sureste de Roma, cuyo santuario es centro de peregrinaciones.
La llegada de la Virgen del Refugio a la Nueva España
En 1719 llegó a la Nueva España la primera estampa traída por el jesuita Juan José Giuca.
Inmediatamente se le comenzó a venerar en parroquias, capillas e, incluso, en los nichos de las esquinas de las calles, especialmente en Zacatecas, Guanajuato, la Sierra Gorda de Querétaro, Puebla e, incluso hasta la Alta California y Guatemala.
Es patrona de Matamoros, Tampico, Acámbaro y Ciudad Victoria.
Una advocación auxiliadora
La Virgen María ha sido representada al paso de los siglos bajo distintas advocaciones: bajo inspiración bíblica, como Inmaculada; la Encarnación, en el momento de la concepción; como Señora de la Esperanza, de los Dolores, Angustias o la Soledad; y a veces por sus cualidades y virtudes, como intercesora de la humanidad, como Auxiliadora o como Madre de Dios.
Las ordenes monásticas crearon nuevas representaciones marianas que dieron a los artistas mayor libertad en sus trazos, como la Virgen del Carmen vinculada con los Carmelitas; la Virgen del Rosario, propia de la Orden Dominica; la de los Mercedarios, la del Perpetuo Socorro, la del Buen Consejo, etc.
Se calcula que en España hay más de cinco mil advocaciones marianas, muchas de las cuales son patronas de ciudades, pueblos e instituciones, y muchas de ellas pasaron a América por los indianos y viajeros, y en estas tierras, los íconos marianos también se multiplicaron.
Nuestra Señora del Refugio pertenece al grupo de las intercesoras o auxiliadoras.
Oración
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