¿Cómo hablar con Dios y que Él te responda?
Escribir una carta es el método más efectivo para hablar con Dios. Te explicamos por qué.
¿Sabías que hablar con Dios es más fácil de lo que parece? Lo que pasa es que como no lo vemos nos cuesta un poco de trabajo. Normalmente hablamos con la gente cuando la tenemos frente a frente; pero no es el único modo de hablar con alguien. También hablamos por teléfono o escribimos WhatsApps, etc.
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De hecho si quieres comunicarte con Él te recomiendo que le escribas “una carta”.
Te preguntarás ¿una carta? Pues sí, una carta; porque como Él está en todos lados se entera de lo que le decimos, de hecho le puedes hablar en y desde tu corazón, pero la carta te puede ayudar a concentrarte, a evitar distracciones, a que el diálogo que se puede entablar con Él fluya más fácilmente.
No hay nada como comunicarse con Dios que es un Padre bueno y cariñoso que está especialmente pendiente de nosotros y quiere lo mejor para nosotros.
Por lo tanto, querría animarte a que adquieras el hábito de escribirle con la mayor frecuencia de que seas capaz.
Podría ser todos los días, no tiene que ser una carta muy larga, le cuentas lo que te va pasando, le vas pidiendo ayuda para lo que necesites, le das las gracias por todo lo bueno que te pase, piensas si lo has ofendido y si te tienes que confesar… Verás que con el tiempo empezarás a no necesitar el papel y la pluma porque habrás empezado a concentrarte y comunicarte con Él con cierta facilidad.
Otros medios para comunicarse con Dios
Hay distintas formas de hacer oración, o de hablar con Dios, ordinariamente empezamos aprendiendo oraciones vocales, como el Padrenuestro, el Avemaría u otras, que siempre son muy útiles para comunicarnos con Dios; sin embargo otro modo, se podría decir que más profundo de hacer oración es cuando se eleva la mente, o el corazón, a Dios y es por esto que te recomiendo la carta.
Una consideración que se deriva de esto es que, como en toda comunicación, se estrechan los lazos de amistad; es decir, con constancia descubrirás que vas cultivando la amistad con Dios y que no prescindirás de Él para todo lo que te vaya sucediendo. Te deseo que puedas llegar a decir que tu mejor Amigo es Dios.
Yo por mi parte voy a rezar por ti para que no se te olviden ni tus oraciones de todos los días, ni tus cartas a Dios.
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