Este es el canto de Semana Santa que la Iglesia prohibía difundir
Esta magnífica canción sólo se podía escuchar en la Capilla Sixtina durante la celebración Triduo Pascual de Semana Santa.
Este canto de la iglesia se podía escuchar en la Capilla Sixtina
El canto de Semana Santa que la iglesia prohibía difundir es muy relevante, ya que durante más de un siglo este se hacía durante el Triduo Pascual en la Capilla Sixtina. Estaba prohibido que se difundiera fuera de dicho lugar y si alguien se atrevía a hacerlo era condenado a la pena de la excomunión. Si quieres saber de qué canción se trata, sigue leyendo.
Historia del canto de Semana Santa que se prohibía dar a conocer
Actualmente, durante la celebración de la Semana Santa, todos podemos escuchar y apreciar las notas y letra de la hermosa canción Miserere Mei, Deus (Ten piedad de mí, oh Dios) escrita por el sacerdote italiano Gregorio Allegri y basada en el Salmo 50.
Pero, ¿sabías que esta magnífica canción sólo se podía escuchar en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano durante la celebración de la Semana Santa e incluso si una persona se atrevía a difundirla fuera de ese sitio era condenado a la excomunión?
Pues así es y si quieres saber cómo es que esta composición de Allegri se pudo escuchar posteriormente fuera de ese lugar e incluso en cualquier momento, a continuación te contamos la historia.
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¿Quiénes eran algunos de los privilegiados que podían escuchar el canto?
El canto de la Iglesia se conoce como Miserere Mei, Deus. Es una de las canciones más hermosas que se pueden escuchar durante Semana Santa, en especial en el Vaticano, y que fue compuesta en 1638 por el padre Gregorio Allegri, durante el pontificado del Papa Urbano VIII.
Esta obra musical se sustenta en el Miserere, el Salmo 51, que se reza en las celebraciones penitenciales y que se compuso para que fuera cantado en la Capilla Sixtina durante el Triduo Pascual de Semana Mayor.
Por esa razón, las notas de este canto de Semana Santa de la Iglesia y su letra solo podían sonar y escucharse en dicha capilla e incluso existía una disposición puntual que señalaba que difundiera la composición fuera de dicho lugar sufriría la pena de la excomunión.
Sin embargo, pese a tal amenaza, se hicieron algunas copias de la canción y, por ejemplo, el emperador Leopoldo I de Austria pudo obtener una, aunque no se trataba de la más fidedigna.
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Por culpa de Mozart el canto de Semana Santa de la iglesia trascendió la Capilla Sixtina
Tuvieron que pasar 132 años después de que se compusiera Miserere Mei, Deus, y más de un siglo que esta obra solo se interpretara por el coro de la Capilla Sixtina, para que alguien se atreviera a conseguir las partituras.
En 1770 un joven prodigio de la música de tan solo 14 años de edad acompañó a su padre a Roma y en ese viaje, que se verificó precisamente durante las celebraciones de Semana Santa, tuvieron la oportunidad de escuchar la canción de Allegri en la Capilla Sixtina.
Ese genio musical, que respondía al nombre de Wolfgang Amadeus Mozart, solo requirió de escuchar una ocasión la obra musical, durante la Misa del Jueves Santo, para transcribirla de memoria en una partitura en el lugar en el que se alojaban.
No satisfecho con el resultado, Mozart decidió acudir nuevamente a la capilla a la Misa del Viernes Santo para escuchar la composición y hacer las correcciones correspondientes a la partitura, a fin de que quedara lo mas perfecta posible.
Mozart es condecorado por difundir el canto de Semana Santa de la iglesia
Mozart fue sorprendido con la pluma y los papeles en la mano, por lo que fue conducido hasta el Papa Clemente XIV, quien se sorprendió por la pericia que tenía aquel joven a la hora de transcribir de memoria tal partitura.
El joven músico explicó al Pontífice que había hecho la transcripción el día anterior y que había vuelto a la Capilla Sixtina para escuchar nuevamente la canción y realizar unas correcciones.
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Ante esta confesión que lo asombró aún más, el Papa Clemente XIV le concedió, en una audiencia privada, la Orden de la Espuela de Oro, una de las más importantes condecoraciones pontificias con las que se honraba a personalidades que se distinguían a favor del Catolicismo y les daba derecho al título de Caballero.
En el breve pontificio dirigido a Mozart, fechado el 26 de junio de 1770, y enviado junto con las insignias propias de la Orden, se puede leer, entre otras cosas, un elogio al joven músico: “tú, a quien entendimos excelente en el sonido más dulce del címbalo desde tu primera juventud”.
La copia original hecha por Mozart no se conserva, pero se tiene la certeza de que la versión que suena de Miserere Mei, Deus, es la que hizo el genio musical y probablemente la más ajustada a la original que solamente sonaba en la Capilla Sixtina para gozo de unos pocos privilegiados.
¿Qué dice Miserere Mei, Deus?
La gran obra de Allegrine dice en algunas de sus estrofas:
“Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu misericordia:
Conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones…”.
“He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo:
Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría
Purifícame con hisopo, y será limpio:
Lávame, y seré emblanquecido más que la nieve…”.
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio
Y renueva un espíritu recto dentro de mí
No me eches de delante de ti
Y no quites de mí tu santo espíritu…”.
Con información de Aleteia